Cuarenta años de las cofradías de Córdoba en la Catedral: cuando el Santo Sepulcro abrió la puerta por la que pasaron todas
Alguno de los canónigos que hace cuarenta años formaban parte del Cabildo Catedral de Córdoba fue sincero: «Lo pensamos, pero la forma en que estaba escrita la carta nos hizo imposible decir que no». La petición de la hermandad del Santo Sepulcro de hacer estación de penitencia en la Catedral, cuando ninguna lo hacía, estaba tan bien fundamentada que sólo se podía decir que sí. Desde 2017 todas las cofradías de Córdoba pasan por el gran templo, pero en 1985 ninguna accedía al interior . Sólo las que pasaban cerca bordeaban sus muros y sus puertas cerradas. El Santo Sepulcro quiso hacerlo y lo primero fue enviar al Cabildo una carta con todos los motivos teológicos y espirituales para hacer allí estación de penitencia. La redactó el cofrade Francisco José Mellado , pregonero de la Semana Santa de Córdoba en aquel año, y al deán, Alonso García Molano, le pareció irreprochable. Parecía difícil entonces, pero lo consiguieron. Como recordaba para un reportaje en ABC el entonces diputado mayor gobierno, Antonio Benítez , la cofradía pensaba que todas debían pasar por la Catedral, pero quiso ser la primera y dar ejemplo. Tenían el apoyo de Joaquín Canalejo, párroco de la Compañía y consiliario de la hermandad , pero sería difícil: había que contratar a cuatro vigilantes de seguridad y hacerse cargo de la rampa para acceder desde la Puerta del Perdón hasta el Patio de los Naranjos. En aquella Cuaresma de 1985, hace cuarenta años, el mundo de las cofradías de la ciudad esperaba el momento en que el Santo Sepulcro abriese las puertas del gran monumento, pero hubo que esperar. El Viernes Santo la cofradía se puso en la calle, pero empezó a llover cuando iban por Santa Victoria. Tuvieron que darse la vuelta. Hubo que esperar a 1986 y en aquel año no fueron los nazarenos del Santo Sepulcro los primeros en pisar el suelo del templo: la Misericordia salía y entraba allí por el cierre de San Pedro, pero era distinto que una hermandad que llegaba desde su templo hiciera estación de penitencia y se marchara. La cofradía bajó por la calle Céspedes, como era habitual cuando sólo estaba el paso del Señor, y pidió la venia antes de pasar bajo la Puerta del Perdón hacia el interior. Acceder a la Catedral lo habitual hasta el siglo XIX, pero era una gran noticia para las hermandades en aquel momento. El cofrade sevillano Manuel Palomino , fallecido en 2023 y residente en Córdoba en aquellos años, fue el primer nazareno del Santo Sepulcro, y de todas las hermandades cordobesas, que pisó el suelo catedralicio en estación de penitencia en la época moderna. La hermandad había prometido que el pueblo podría entrar y así fue. Quedó reflejado en el cartel de la Semana Santa de 1987, en que el Santo Sepulcro estaba frente a la Cruz Guiona en el marco inconfundible del monumento. En 1990 se unieron la Buena Muerte y Jesús Nazareno . En los años siguientes muchas más. Desde 2017 es el corazón de la carrera oficial.
Alguno de los canónigos que hace cuarenta años formaban parte del Cabildo Catedral de Córdoba fue sincero: «Lo pensamos, pero la forma en que estaba escrita la carta nos hizo imposible decir que no». La petición de la hermandad del Santo Sepulcro de hacer estación de penitencia en la Catedral, cuando ninguna lo hacía, estaba tan bien fundamentada que sólo se podía decir que sí. Desde 2017 todas las cofradías de Córdoba pasan por el gran templo, pero en 1985 ninguna accedía al interior . Sólo las que pasaban cerca bordeaban sus muros y sus puertas cerradas. El Santo Sepulcro quiso hacerlo y lo primero fue enviar al Cabildo una carta con todos los motivos teológicos y espirituales para hacer allí estación de penitencia. La redactó el cofrade Francisco José Mellado , pregonero de la Semana Santa de Córdoba en aquel año, y al deán, Alonso García Molano, le pareció irreprochable. Parecía difícil entonces, pero lo consiguieron. Como recordaba para un reportaje en ABC el entonces diputado mayor gobierno, Antonio Benítez , la cofradía pensaba que todas debían pasar por la Catedral, pero quiso ser la primera y dar ejemplo. Tenían el apoyo de Joaquín Canalejo, párroco de la Compañía y consiliario de la hermandad , pero sería difícil: había que contratar a cuatro vigilantes de seguridad y hacerse cargo de la rampa para acceder desde la Puerta del Perdón hasta el Patio de los Naranjos. En aquella Cuaresma de 1985, hace cuarenta años, el mundo de las cofradías de la ciudad esperaba el momento en que el Santo Sepulcro abriese las puertas del gran monumento, pero hubo que esperar. El Viernes Santo la cofradía se puso en la calle, pero empezó a llover cuando iban por Santa Victoria. Tuvieron que darse la vuelta. Hubo que esperar a 1986 y en aquel año no fueron los nazarenos del Santo Sepulcro los primeros en pisar el suelo del templo: la Misericordia salía y entraba allí por el cierre de San Pedro, pero era distinto que una hermandad que llegaba desde su templo hiciera estación de penitencia y se marchara. La cofradía bajó por la calle Céspedes, como era habitual cuando sólo estaba el paso del Señor, y pidió la venia antes de pasar bajo la Puerta del Perdón hacia el interior. Acceder a la Catedral lo habitual hasta el siglo XIX, pero era una gran noticia para las hermandades en aquel momento. El cofrade sevillano Manuel Palomino , fallecido en 2023 y residente en Córdoba en aquellos años, fue el primer nazareno del Santo Sepulcro, y de todas las hermandades cordobesas, que pisó el suelo catedralicio en estación de penitencia en la época moderna. La hermandad había prometido que el pueblo podría entrar y así fue. Quedó reflejado en el cartel de la Semana Santa de 1987, en que el Santo Sepulcro estaba frente a la Cruz Guiona en el marco inconfundible del monumento. En 1990 se unieron la Buena Muerte y Jesús Nazareno . En los años siguientes muchas más. Desde 2017 es el corazón de la carrera oficial.
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