España, a la cola de la UE en capacidad de almacenar energía renovable para evitar un nuevo apagón
El Gobierno pone el acento en la interconexión con Francia mientras corre para tramitar ayudas a baterías

España está en los puestos de cabeza de la UE en generación de electricidad con energías renovables, pero su posición no se corresponde con la que ocupa por lo que respecta a la capacidad de almacenar la que sale de plantas fotovoltaicas o eólicas, que no se consume al momento y que habría sido una electricidad disponible en el sistema para contrarrestar eventos como el apagón de la semana pasada. El año pasado, la generación renovable marcó su mejor dato histórico porque fue origen del 56,8% de la energía que se consumió. Sin embargo, por capacidad de almacenamiento, España está lejos de países europeos como Reino Unido, Alemania o Italia, con los que destaca por su producción renovable.
Que la electricidad que se genera en una planta fotovoltaica o eólica —la mayoría de los casi 148.000 GWh que se produjeron en España en el año récord de 2024, un 10,3% más que en 2023— puedan almacenarse para que no se pierda nada más ser producida es un elemento clave tanto para ajustar su precio como para permitir que más electricidad esté disponible en el sistema ante eventos como el del pasado 28 de abril.
Para ello, en España se contemplan dos sistemas, el bombeo hidráulico —con dos embalses con distinta altura, con el agua almacenada en el superior que se desembalsa al inferior para generar electricidad cuando es preciso—y, en mucha menor medida, baterías de tecnología electroquímica, sin que ninguno de los dos alcance niveles alineados con su generación eléctrica renovable. Fuentes del sector lamentan que todavía "no existe un mercado" que haga atractivo invertir en baterías y que las ayudas que pueda dar el Gobierno para ello no parecen ser todavía suficientes como para garantizar la recuperación de las inversiones.
La importancia de haber tenido más de estas tecnologías en pie el lunes de la semana pasada se ve en la reflexión que al día siguiente hizo la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) sobre lo ocurrido durante el apagón, con un origen aún desconocido pero en el que existen fundadas sospechas de que pudo originarse en plantas fotovoltaicas del sur y suroeste de España. "Hay sistemas fotovoltaicos con baterías que son perfectamente estables. Ayer [por el 28 de abril] los sistemas autónomos de autoconsumo fotovoltaico con baterías en 'modo isla' desconectados de la red funcionaron sin problemas".
Aagesen pone el foco en la interconexión con Francia
En la crisis actual tras el apagón del 28 de abril, además, el Ministerio para la Transición Ecológica ha optado por poner más el acento en la necesidad de incrementar la interconexión eléctrica de la Península Ibérica con Francia que en la necesidad de disponer de más almacenamiento, en una tendencia de no prestar suficiente atención al almacenamiento que en el sector creen que se arrastra desde los tiempos de Teresa Ribera al frente de Transición Ecológica.
Ahora, el Ministerio que dirige la vicepresidenta tercera, Sara Aagesen, lleva insistiendo desde la semana pasada que el apagón habría provocado un "menor problema" si en lugar de en España se hubiera producido en Alemania, "conectada por media Europa", mientras que los Pirineos siguen siendo una frontera casi infranqueable para que transite la electricidad que se produce a ambos lados.
En una entrevista en TVE a primera hora de este lunes, Aagesen ha recordado que el nivel de interconexión con Francia está muy lejos de los objetivos fijados por la UE, de un 10% en 2020 y un 15% en 2023, cuando en 2025 todavía "está por debajo del 3%". "Aislando el evento del 'cero nacional', el sistema siempre es más robusto cuanto más interconectado", ha señalado Aagesen, que también este lunes mantuvo una reunión telemática con el ministro de Industria y Energía de Francia, Marc Ferracci, con quien ha acordado "cooperar" para establecer las causas del apagón y que la UE debería abordar este suceso en el Consejo informal de Energía que celebrará la semana que viene en Varsovia.
El 8,3% de la toda la UE
Al margen de las interconexiones, sin embargo, tanto el sector eléctrico como los datos señalan que la instalación de almacenamiento en España no está en línea con sus buenas cifras de generación eléctrica renovable. Según la Asociación Europea de Almacenamiento de Energía, en la UE había en 2024 89 GW de potencia instalada de almacenamiento, de los que 53 GW eran de bombeo hidráulico y 35 de almacenamiento químico. Las cifras en estos momentos en España, según Eurostat, son 7,4 GW en total, más otros 3,5 GW "anunciados". Eso supone el 8,3% del almacenamiento de toda la UE.
"Estamos evolucionando en esta capacidad de almacenamiento", afirmaba este lunes Aagesen, que aludía al "ambicioso" objetivo que ha fijado el Gobierno para que en el 2023 haya 22,5 GW -casi el triple que en la actualidad- y a las inversiones en ello que se han hecho con el Fondo Europeo de Recuperación. "Van a permitir la entrada de al menos 4,5 GW y nuevas iniciativas, como otros 700 millones que espero que traigan consigo otros 4,5 GW", ha afirmado.
Proyectos de innovación y ayudas de urgencia
Estos 700 millones son una remesa de ayudas para proyectos de almacenamiento procedentes de los fondos europeos que el Ministerio tiene previsto poner sobre la mesa, a través del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE). Por su propia naturaleza, deberán estar adjudicadas antes de que termine el año, para no perder unos recursos que provienen de la UE, con unas prisas que, según apuntan en el sector, casan muy mal con una actividad incipiente en España y en la que los inversiones todavía no ven muy claro un rédito económico. Entre los actores más pequeños del sector eléctrico, cunden las quejas sobre la lentitud para dar estas ayudas económicas, que relacionan con un motivo de fondo por el que España ha dado de lado al almacenamiento a pesar de disparar el desarrollo renovable.
A esta última partida, para una convocatoria que todavía no está abierta, se suman otras del pasado, de 50 y 150 millones, también de fondos europeos, para financiar proyectos innovadores de almacenamiento.
Tal y como apunta un empresario del sector renovable, el origen está en la antecesora de Aagensen y hoy vicepresidenta de la Comisión Europea. A pesar de ser una convencida de la transición ecológica y del despliegue renovable, los pequeños actores consideran que ralentizó el desarrollo de almacenamiento por los largos plazos que necesita el bombeo hidráulico -hasta 10 años- y, en el caso del almacenamiento con baterías, por el escaso interés que hasta ahora habían mostrado las grandes eléctricas.
También desde la UNEF, se reclama almacenamiento para evitar situaciones como la del lunes pasado y "agilizar la tramitación" de instalaciones híbridas, en las que ya pone el foco también Transición Ecológica para unir parques renovables con instalaciones de baterías.
"Aunque las baterías ya sean una solución viable técnica y económicamente que se adopta globalmente, en España seguimos sin tener un sistema eléctrico verdaderamente moderno y que permita integrarlas", lamenta por su parte Miguel Marroquin, de Our New Energy, que pide que en España se "eliminen obstáculos al desarrollo", "rediseñar" el mercado para que se "valorice" el almacenamiento e "incentivos" a la inversión en él.