Arrancó un nuevo round en la política bonaerense y no es solo por el calendario
No habrá PASO, pero se votará dos veces en el principal distrito del país. Las incógnitas sobre cómo se desarrollarán esos comicios vuelven a encender las alertas y oficialistas y opositores temen que haya "desorden"

El lunes pasado, después de dos meses de un debate álgido y casi sin cuartel, la Legislatura bonaerense comenzó a encaminar la modalidad electoral que este año usarán 13 millones de personas, pero el proceso está bastante lejos de poder considerarse como cerrado y todo hace prever más choques entre el oficialismo y la oposición, pero también al interior del peronismo.
"Hace dos meses que estamos con esto y vamos a seguir discutiendo, y después entramos en modo campaña, como si la Provincia de Buenos Aires no tuviera problemas que discutir", señaló hace pocas horas un diputado provincial para graficar el malestar político que se vive en La Plata por estas horas.
Ahora que se sabe cuántas veces se votará, hay que resolver la logística inédita que supone organizar una votación en la Provincia.
De eso se trató la reunión de "Reforma Política" que el martes pasado encabezó el presidente de la Cámara de Diputados, el massista Alexis Guerrera, y de la que participaron el jefe de Gabinete provincial, Carlos "Carli" Bianco, autoridades de la Justicia Electoral local y varias decenas de legisladores.
Según pudo reconstruir El Cronista, no fue un encuentro cordial. Bianco había llegado hasta el lugar con la idea de presentar los fundamentos para una modificación del calendario de presentación de frentes y de listas -algo que también pide la Junta Electoral- pero todo se salió de cauce.
Primero diputados opositores y luego aquellos referenciados en La Cámpora le pidieron al hombre fuerte de Kicillof que explique sobre el estado y rumbo de las licitaciones y que brinde detalles de cómo se organizarán los comicios. Se pudieron escuchar quejas sobre la desorganización y, en boca de un dirigente cercano a Cristina Kirchner se oyó la expresión "esto es un quilombo" (sic).
La presentación de Bianco se convirtió casi en una interpelación: quién custodiará las urnas, quienes las transportarán, cuáles serán los métodos de escrutinio, fueron algunas de las dudas que se manifestaron y que el funcionario prefirió no contestar en el momento, pero que se comprometió a hacerlo a través de oficios.
"No fueron conscientes o subestimaron lo que significa hacer una elección. Por eso los ves yendo a la Casa Rosada a pedir el Comando Electoral, comprando cosas sin fechas puntuales. Se dieron cuenta que había que rehacer la legislación de 1946", señaló una fuente legislativa opositora.
Si bien todos coinciden en que es un tema prioritario que hay que abordar, propios y extraños, es decir, oficialistas y opositores se quejan por el lento trámite legislativo que se inició a fines de febrero y que parece ser el único tema de agenda política: las decisiones de la Nación de ir hacia la Boleta Única Papel y la de suspender las PASO fueron dos patadas al hormiguero bonaerense.
En la Asamblea Legislativa de comienzos de marzo, el gobernador Axel Kicillof pidió a diputados y senadores que traten la eliminación de las Primarias, pero se avanzó poco y nada, en particular por la reticencia de los otros sectores del oficialismo.
Cuando se había cumplido un mes de ese discurso, visiblemente molesto por la situación, el jefe del Ejecutivo envió su propio proyecto de suspensión de las PASO y además, desdobló la elección respecto del calendario nacional a través de un decreto. La jugada tenía como objeto provocar la reacción legislativa ya que, de otra forma los bonaerenses hubieran tenido que votar tres veces.
El efecto secundario fue abrir la caja de pandora oficialista, con acusaciones de desafío a la conducción que, según La Cámpora, detenta de manera indiscutible, Cristina Fernández de Kirchner. Carlos Bianco, el hombre fuerte de Kicillof para negociar con la Legislatura
Hubo munición gruesa. La expresidenta, a través de una extensa nota en las redes, finalmente le pidió a sus legisladores que acompañen la suspensión de las PASO y que, además, retiren un proyecto que buscaba reunificar el calendario con la Nación. Cristina lo hizo no sin lanzar una advertencia sobre el efecto funesto que tendrá para la performance peronista haber dividido las elecciones.
Como todo es más complejo, la Legislatura avanzó y suspendió las Primarias, pero no modificó el calendario, tal como pedía la Justicia bonaerense y como había propuesto el Ejecutivo, que señaló a esa movida como un desplante a la autoridad de Kicillof.
Con tiempos ajustados por delante, desde el martes se inició el otro debate, el de las fechas de presentación de listas y el de la organización que ya está siendo objetada con dureza por propios y extraños.
"Lo de Bianco mostró a un Gobierno sobrepasado, sin tener el expertise en lo legal y en lo operativo. Habría que consultar a la Justicia Electoral Nacional y, en base a eso, tratar de optimizar los tiempos para no estar en una campaña permanente de 3 meses que se suman dos que ya perdimos desde marzo", señaló a El Cronista el diputado del PRO, Matías Ranzini, uno de los pocos dispuestos a expresarse públicamente mientras en otros espacios cunde el silencio de radio.
La mención a la Justicia Electoral Nacional no es antojadiza ya que siempre existió coordinación con la esfera provincial, pero no hay aun ningún convenio oficial firmado entre las partes para cooperar.
Cerca de Bianco, en tanto, señalaron que el encuentro con los legisladores "no hubo reproches" pero que las consultas que realizaban "no hacían a la cuestión del calendario". "La convocatoria era para debatir la necesidad de modificar los plazos, nada más. El resto de las cuestiones Carlos las explicó en conferencia de prensa y las va actualizando cada lunes", añadieron.
La modificación de los plazos requerirá de la articulación de nuevos consensos que nadie sabe si son posibles de construir. Hoy por hoy, el optimismo no cunde en La Plata y lo que suceda en la Legislatura no será parte de la organización para la campaña electoral, sino que será tomado como una parte en sí de la misma campaña y, allí, habrá poco espacio para negociaciones cordiales.