Cuenta Eusebio de Cesarea en su 'Historia Eclesiástica' que a la muerte del Papa Ponciano en Cerdeña, durante la persecución de Maximino el Tracio, le sucedió el Papa Fabián (236-250), elegido mediante un acontecimiento prodigioso. Mientras la comunidad romana se hallaba unida para elegir a su nuevo obispo, una paloma se posó encima de Fabián, un hombre en el que nadie había pensado. Ese hecho fue considerado una indicación divina. Durante esta semana, que sepamos, no se ha posado ninguna paloma dentro de las Congregaciones Generales de los cardenales reunidos en Roma. Sí se ha hecho un diagnóstico de la situación de la Iglesia y se ha ido trazando el dibujo de un Papa que deberá afrontar no pocos retos,...
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