Más de 50 eventos deportivos ponen en jaque a la sierra mallorquina que es Patrimonio Mundial

La Serra de Tramuntana sufre año tras año una creciente presión humana y turística que dificultan su protección. "No puede convertirse en un simple escenario para eventos masivos sin tener en cuenta sus consecuencias", alertan los ecologistasVecinos en pie de guerra por las carreras ilegales de motos en Mallorca: “Nos da miedo salir a la carretera” Declarada en 2011 Patrimonio Mundial por la UNESCO, la Serra de Tramuntana, el mayor espacio protegido de Balears, vuelve a situarse en el centro del debate público tras nuevas alertas por masificación y deterioro ambiental. La emblemática cordillera mallorquina, que se extiende a lo largo de unos 90 kilómetros por la costa noroeste de la isla y alberga algunos de los enclaves más simbólicos y visitados de la isla, no solo sufre una creciente presión humana y turística que pone en jaque su protección, sino que este año se sumarán hasta 26 rallies, 20 eventos ciclistas y numerosas pruebas de atletismo, marchas senderistas y carreras de montaña sobre los que los ecologistas ya han puesto su mirada. Lo ha denunciado la plataforma Tramuntana XXI, que trabaja en favor de los valores naturales, la calidad ambiental, el patrimonio cultural y el bienestar de los habitantes de esta cadena montañosa de 63.084 hectáreas y 20 municipios. La Serra lleva, además, varios años en el foco de residentes y entidades sociales y conservacionistas a raíz de las carreras ilegales de motos celebradas tardes, noches y, sobre todo, fines de semana, cuando numerosos motoristas a bordo de vehículos de gran cilindrada se dan cita en un punto determinado de la sierra para iniciar peligrosas carreras que han culminado en varias ocasiones en graves accidentes. El último acontecimiento celebrado en parte de la Serra fue, el pasado fin de semana, la carrera cicloturista Mallorca 312 Mobility, que reúne cada año a miles de participantes. En esta ocasión, además, un ciclista de 40 años y nacionalidad británica falleció sábado tras sufrir un grave accidente cuando disputaba la prueba. Según explicó la organización, el participante se desplomó sobre su bicicleta durante el transcurso de la carrera, entre los municipios de Esporles y Valldemossa. Una de las pruebas deportivas que se celebran cada año en la Serra de Tramunata, la Challenge Ciclista. En la imagen, el pelotón a su paso por el municipio de Escorca el pasado mes de enero Medidas insuficientes para minimizar molestias Colectivos ecologistas y vecinos de distintos núcleos de la Serra han alzado la voz ante lo que consideran una “degradación progresiva” del entorno. El aumento del tráfico motorizado en carreteras de montaña, la turistificación de senderos tradicionales y el auge de eventos deportivos masivos en entornos frágiles son sus principales motivos de preocupación. “Desgraciadamente, año tras año, vemos cómo no se aplican suficientes medidas para minimizar sus molestias e impactos negativos”, lamentan desde Tramuntana XXI. “Si bien reconocemos la importancia del deporte y el turismo activo, consideramos fundamental evaluar el impacto que estas actividades generan en términos de masificación, cortes de tráfico, afectación al patrimonio natural y cultural, así como la presión añadida sobre los residentes y los servicios públicos”, aseveran desde la plataforma. No en vano, la UNESCO reconoció en la Serra “una simbiosis casi perfecta entre la acción del ser humano y la naturaleza, legado de siglos en los que cultura, tradiciones y avances constructivos y técnicos han sabido convivir con la naturaleza y el paisaje”, características que los ecologistas velan por preservar. 

May 3, 2025 - 06:43
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Más de 50 eventos deportivos ponen en jaque a la sierra mallorquina que es Patrimonio Mundial

Más de 50 eventos deportivos ponen en jaque a la sierra mallorquina que es Patrimonio Mundial

La Serra de Tramuntana sufre año tras año una creciente presión humana y turística que dificultan su protección. "No puede convertirse en un simple escenario para eventos masivos sin tener en cuenta sus consecuencias", alertan los ecologistas

Vecinos en pie de guerra por las carreras ilegales de motos en Mallorca: “Nos da miedo salir a la carretera”

Declarada en 2011 Patrimonio Mundial por la UNESCO, la Serra de Tramuntana, el mayor espacio protegido de Balears, vuelve a situarse en el centro del debate público tras nuevas alertas por masificación y deterioro ambiental. La emblemática cordillera mallorquina, que se extiende a lo largo de unos 90 kilómetros por la costa noroeste de la isla y alberga algunos de los enclaves más simbólicos y visitados de la isla, no solo sufre una creciente presión humana y turística que pone en jaque su protección, sino que este año se sumarán hasta 26 rallies, 20 eventos ciclistas y numerosas pruebas de atletismo, marchas senderistas y carreras de montaña sobre los que los ecologistas ya han puesto su mirada.

Lo ha denunciado la plataforma Tramuntana XXI, que trabaja en favor de los valores naturales, la calidad ambiental, el patrimonio cultural y el bienestar de los habitantes de esta cadena montañosa de 63.084 hectáreas y 20 municipios. La Serra lleva, además, varios años en el foco de residentes y entidades sociales y conservacionistas a raíz de las carreras ilegales de motos celebradas tardes, noches y, sobre todo, fines de semana, cuando numerosos motoristas a bordo de vehículos de gran cilindrada se dan cita en un punto determinado de la sierra para iniciar peligrosas carreras que han culminado en varias ocasiones en graves accidentes.

El último acontecimiento celebrado en parte de la Serra fue, el pasado fin de semana, la carrera cicloturista Mallorca 312 Mobility, que reúne cada año a miles de participantes. En esta ocasión, además, un ciclista de 40 años y nacionalidad británica falleció sábado tras sufrir un grave accidente cuando disputaba la prueba. Según explicó la organización, el participante se desplomó sobre su bicicleta durante el transcurso de la carrera, entre los municipios de Esporles y Valldemossa.

Una de las pruebas deportivas que se celebran cada año en la Serra de Tramunata, la Challenge Ciclista. En la imagen, el pelotón a su paso por el municipio de Escorca el pasado mes de enero

Medidas insuficientes para minimizar molestias

Colectivos ecologistas y vecinos de distintos núcleos de la Serra han alzado la voz ante lo que consideran una “degradación progresiva” del entorno. El aumento del tráfico motorizado en carreteras de montaña, la turistificación de senderos tradicionales y el auge de eventos deportivos masivos en entornos frágiles son sus principales motivos de preocupación. “Desgraciadamente, año tras año, vemos cómo no se aplican suficientes medidas para minimizar sus molestias e impactos negativos”, lamentan desde Tramuntana XXI.

“Si bien reconocemos la importancia del deporte y el turismo activo, consideramos fundamental evaluar el impacto que estas actividades generan en términos de masificación, cortes de tráfico, afectación al patrimonio natural y cultural, así como la presión añadida sobre los residentes y los servicios públicos”, aseveran desde la plataforma. No en vano, la UNESCO reconoció en la Serra “una simbiosis casi perfecta entre la acción del ser humano y la naturaleza, legado de siglos en los que cultura, tradiciones y avances constructivos y técnicos han sabido convivir con la naturaleza y el paisaje”, características que los ecologistas velan por preservar. 

Vistas desde la Serra de Tramuntana

En este contexto, desde Tramuntana XXI reclaman la adopción de medidas concretas para garantizar la sostenibilidad social, ambiental y económica de los eventos deportivos que se celebren en la Serra, como la creación de herramientas de gestión del calendario de eventos que con el objetivo de minimizar su impacto en la vida normal de las personas. Asimismo, solicitan diseñar el recorrido, la duración de las pruebas y la limitación del número de participantes de forma que los efectos negativos en la población residente sean mínimos, mientras que piden dedicar un porcentaje de la inscripción de los participantes a acciones de conservación de la Serra en los municipios por donde transcurren las pruebas.

Futura Ley de la Serra de Tramuntana

La entidad quiere que las instituciones se aseguren de que todas las actividades que se realicen cumplan con los requisitos ambientales: “Es imprescindible que la administración y los organizadores de estos eventos trabajen conjuntamente con entidades locales y especializadas en conservación para establecer límites claros y medidas de mitigación. La Serra de Tramuntana no puede convertirse en un simple escenario para eventos masivos sin tener en cuenta sus consecuencias a largo plazo”, abundan.

Reciententemente, el Consell de Mallorca dio a conocer una selección de refotografías compuesta por 35 composiciones de la Serra de Tramuntana en las que se comparan los lugares más representativos de la zona, ilustrados en el Die Balearen in Wort und Bild Geschildert (Las Baleares descritas por la palabra y la imagen), del archiduque Luis Salvador de Austria (1847-1915), con su imagen actual, con el objetivo de poner al alcance de los ciudadanos una herramienta para comparar el estado de conservación del patrimonio cultural y la evolución del paisaje entre finales del siglo XIX y el siglo XX y tomar así conciencia de la impronta del ser humano sobre su propio entorno. 

La institución insular ha iniciado, además, el procedimiento para elaborar la futura Ley de la Serra de Tramuntana, cuyo objetivo pasa por regular la protección del paisaje cultural de la cordillera mediante la rehabilitación, restauración y reconstrucción del patrimonio. La administración ha recogido hasta 33 aportaciones de ayuntamientos, particulares y entidades dedicadas a la gestión y conservación del ámbito de la Serra a fin de que la normativa sea lo más consensuada y adaptada posible a las necesidades reales del territorio. 

Proyecto de refotografía que compara la evolución del paisaje de la Serra de Tramuntana desde el siglo XIX

Plan de Gestión de la Serra de Tramuntana

En los últimos años, los residentes de los municipios ubicados a lo largo y ancho de la cordillera han presenciado de un importante auge del turismo de naturaleza y senderismo, especialmente tras la pandemia y principalmente en recorridos emblemáticos como la conocida como la Ruta de la Pedra en Sec. La ausencia de regulación en algunos tramos ha derivado incluso en situaciones de riesgo para los caminantes.

El Govern aprobó en 2015 el Plan de Gestión de la Serra de Tramuntana, que contempla una batería de medidas para conservar el carácter paisajístico, agrícola y cultural de este enclave, incluyendo la rehabilitación de bancales, la protección de las construcciones tradicionales y el fomento de cultivos autóctonos. Sin embargo, las organizaciones locales denuncian que muchos de estos objetivos apenas se han materializado debido a la falta de financiación y coordinación entre las administraciones.

En paralelo, la Fundación Serra de Tramuntana, impulsada por el Consell de Mallorca, ha promovido diversas campañas de sensibilización ambiental, restauración de caminos históricos y ayudas a propietarios para la conservación de elementos patrimoniales. En 2023, la institución destinó más de 800.000 euros a proyectos de mantenimiento del paisaje cultural. Unas actuaciones que, a juicio de los ecologistas, son insuficientes ante los nuevos desafíos derivados del turismo masivo y la presión urbanística.

Protesta vecinal contra las carreras ilegales de motos en la Serra de Tramuntana

Las grandes fortunas, a la búsqueda de fincas

El creciente interés por adquirir fincas rústicas en la sierra por parte de grandes fortunas extranjeras ha disparado, además, los precios de la vivienda y de los recursos básicos y ha alterado el tejido social en pueblos como Deià, Fornalutx, Banyalbufar o Valldemossa. La revalorización de la zona, motivada por su atractivo paisajístico y su vinculación con el turismo de alto poder adquisitivo, ha empujado a numerosas familias a abandonar sus municipios. Unos pueblos que antaño mantenían un equilibrio entre actividad local y turismo y que van vaciándose de residentes locales para dar paso a la compra de segundas residencias o a la explotación de las viviendas como alquiler vacacional.

En algunos casos, los nuevos propietarios han cerrado, incluso, accesos tradicionales a caminos públicos, alegando motivos de seguridad o conservación, lo que ha generado conflictos legales y protestas ciudadanas.

Los atascos kilométricos en las estrechas carreteras de acceso son otras de las problemáticas que acusan los residentes, como los de Sóller, además de presenciar senderos desbordados por excursionistas, basuras abandonadas en zonas de difícil acceso, aparcamientos ilegales en márgenes protegidos, ruido, deterioro del entorno natural y saturación de infraestructuras. Para muchos municipios de la Serra, el crecimiento exponencial de visitantes ha supuesto un reto constante para sus limitados recursos.

Vistas de Deià, uno de los pueblos más afectados por la gentrificación y la compra de viviendas por parte de extranjeros de elevado poder adquisitivo

Una de las polémicas más sonadas estalló en verano de 2022, cuando los vecinos y alcaldes de varios pueblos de la Tramuntana exigieron restricciones al tráfico en los tramos más sensibles. En especial, el acceso a Sa Calobra o al mirador de Formentor fue objeto de críticas por las aglomeraciones de vehículos, en su mayoría coches de alquiler, que colapsaban las vías y complicaban el tránsito incluso para ambulancias o servicios de emergencia. El Consell de Mallorca ha buscado dar respuesta con medidas como el sistema de control de aforo en Formentor, aplicado en temporada alta, o la reconversión de ciertas rutas en senderos regulados.

El reconocimiento de la Serra como Patrimonio Mundial por parte de la UNESCO debía servir para reforzar su protección. No obstante, en sus últimos informes, el organismo ha advertido del riesgo de pérdida de valores si no se implementan medidas más contundentes frente a la presión turística. El plan de gestión aprobado hace más de una década ha quedado, según los ecologistas, obsoleto ante los nuevos desafíos del turismo de masas y, en este sentido, asociaciones como Tramuntana XXI, GOB o Terraferida continúan reclamando una política valiente que no se limite a pequeños parches, sino que priorice la sostenibilidad real, la movilidad controlada, la participación ciudadana y el respeto al entorno. “Queremos que la Serra de Tramuntana siga siendo un espacio de valor para residentes, visitantes y generaciones futuras”, sentencian.

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