Los ultraprocesados no tienen nada bueno y ahora tienen otra cosa mala: también pueden acelerar el párkinson
Ya sabemos que se vincula el consumo frecuente de alimentos ultraprocesados con hasta 32 efectos perjudiciales en la salud, pero la comunidad científica coincide en que son necesarias más investigaciones para comprender exactamente cómo afectan al organismo y qué consecuencias específicas que tienen en la salud de la población mundial. Ahora, un nuevo estudio apunta directamente a su posible relación con la enfermedad de Parkinson. El trabajo Long-Term Consumption of Ultraprocessed Foods and Prodromal Features of Parkinson Disease (Consumo a largo plazo de alimentos ultraprocesados y características prodrómicas de la enfermedad de Parkinson), publicado esta semana en la revista Neurology, afirma que el consumo continuado de comida ultraprocesada puede acelerar los signos prodómicos del párkinson, es decir, los primeros síntomas que preceden a la enfermedad en sí. Esto no quiere decir que los ultraprocesados se vinculen directamente con desarrollar párkinson, pero sí que una dieta basada en un consumo frecuente de estos alimentos, mantenida en el tiempo, podría adelantar muchos de los signos comunes en los pacientes diagnosticados con la enfermedad. En su estudio, los investigadores plantean que la ciencia ya ha confirmado la relación entre los ultraprocesados y diversas enfermedades crónicas, pero señalan que apenas hay estudios que hayan abordado directamente su posible vinculación con el párkinson, una de las enfermedades neurológicas crónicas que más está aumentado su prevalencia en todo el mundo, según datos de la OMS. Se trata de un análisis de seguimiento basado en dos grandes estudios de cohortes de la Universidad de Harvard, con más de 42.000 participantes procedentes del ámbito sanitario estadounidense. Los autores pudieron observar cómo en quienes consumían más alimentos ultraprocesados (unas once raciones diarias), era 2,5 veces más frecuente que desarrollaran tres o más signos prodrómicos no motores para la enfermedad que quienes consumían tres ultraprocesados al día. En el caso de los participantes que tomaban, de media, seis ultraprocesados diarios, era 1,5 veces más común. Entre tales signos o síntomas tempranos ligados al párkinson se encuentran problemas de olfato (hiposmia), estreñimiento, trastornos de conducta del sueño, problemas de visión con los colores, somnolencia diurna, dolor corporal y síntomas depresivos. Son signos que suelen aparecer entre 10 y 20 años antes de que los pacientes manifiesten síntomas motores y de que se produzca un diagnóstico clínico. En opinión de los expertos consultados por SMC España como Maira Bes-Rastrollo, catedrática de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra, este trabajo sigue una metodología científica muy sólida que confirma que los hábitos alimentarios juegan un papel clave no solo en la salud general a medio y largo plazo, sino también específicamente en la salud mental. Sin embargo, también recomiendan prudencia con las conclusiones. Eef Hogervorst, catedrática de Psicología de la Universidad de Loughborough (Reino Unido), señala que muchos de esos síntomas "son bastante comunes en el envejecimiento y no son necesariamente indicativos de la enfermedad de Parkinson", y lamenta la cierta confusión de los autores al definir o discernir entre qué alimentos son ultraprocesados y cuáles no. Es de una opinión similar Daniel J. van Wamelen, profesor clínico senior de Neurociencia y neurólogo consultor honorario del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres. Valorando que se trata de un trabajo sólido con resultados interesantes, destaca que no encontró un aumento directo en el riesgo de padecer la enfermedad en sí. "Para comprender mejor las implicaciones a largo plazo, necesitaríamos un seguimiento más prolongado para ver cuántos participantes desarrollan párkinson y cómo esto se asocia con su dieta". En Directo al Paladar Sabíamos que los ultraprocesados son insanos. Lo que no sabíamos es que sus mezclas de aditivos podrían causar diabetes Los expertos sí destacan que es un trabajo en cierta medida pionero que cuenta con conclusiones bien respaldadas por datos sólidos, y que viene a confirmar la relación entre la comida ultraprocesada y las enfermedades cerebrales. "Una dieta saludable y variada a base de alimentos integrales está asociada con la prevención de muchas enfermedades, incluida la demencia", afirma Hogervorst. Los autores del trabajo concluyen que sus resultados apuntan a la necesidad de elaborar más estudios para confirmar si la disminución del consumo de ultraprocesados puede prevenir la aparición de síntomas no motores que a menudo preceden al diagnóstico de párkinson. Imágenes | Unsplash/Nico Smit - Maxime En DAP | Hasta qué punto son realmente malos todos los ultraprocesados: "No hay realmente mucha ciencia al respecto" En DAP |

Ya sabemos que se vincula el consumo frecuente de alimentos ultraprocesados con hasta 32 efectos perjudiciales en la salud, pero la comunidad científica coincide en que son necesarias más investigaciones para comprender exactamente cómo afectan al organismo y qué consecuencias específicas que tienen en la salud de la población mundial. Ahora, un nuevo estudio apunta directamente a su posible relación con la enfermedad de Parkinson.
El trabajo Long-Term Consumption of Ultraprocessed Foods and Prodromal Features of Parkinson Disease (Consumo a largo plazo de alimentos ultraprocesados y características prodrómicas de la enfermedad de Parkinson), publicado esta semana en la revista Neurology, afirma que el consumo continuado de comida ultraprocesada puede acelerar los signos prodómicos del párkinson, es decir, los primeros síntomas que preceden a la enfermedad en sí.
Esto no quiere decir que los ultraprocesados se vinculen directamente con desarrollar párkinson, pero sí que una dieta basada en un consumo frecuente de estos alimentos, mantenida en el tiempo, podría adelantar muchos de los signos comunes en los pacientes diagnosticados con la enfermedad.
En su estudio, los investigadores plantean que la ciencia ya ha confirmado la relación entre los ultraprocesados y diversas enfermedades crónicas, pero señalan que apenas hay estudios que hayan abordado directamente su posible vinculación con el párkinson, una de las enfermedades neurológicas crónicas que más está aumentado su prevalencia en todo el mundo, según datos de la OMS.
Se trata de un análisis de seguimiento basado en dos grandes estudios de cohortes de la Universidad de Harvard, con más de 42.000 participantes procedentes del ámbito sanitario estadounidense. Los autores pudieron observar cómo en quienes consumían más alimentos ultraprocesados (unas once raciones diarias), era 2,5 veces más frecuente que desarrollaran tres o más signos prodrómicos no motores para la enfermedad que quienes consumían tres ultraprocesados al día. En el caso de los participantes que tomaban, de media, seis ultraprocesados diarios, era 1,5 veces más común.
Entre tales signos o síntomas tempranos ligados al párkinson se encuentran problemas de olfato (hiposmia), estreñimiento, trastornos de conducta del sueño, problemas de visión con los colores, somnolencia diurna, dolor corporal y síntomas depresivos. Son signos que suelen aparecer entre 10 y 20 años antes de que los pacientes manifiesten síntomas motores y de que se produzca un diagnóstico clínico.

En opinión de los expertos consultados por SMC España como Maira Bes-Rastrollo, catedrática de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra, este trabajo sigue una metodología científica muy sólida que confirma que los hábitos alimentarios juegan un papel clave no solo en la salud general a medio y largo plazo, sino también específicamente en la salud mental.
Sin embargo, también recomiendan prudencia con las conclusiones. Eef Hogervorst, catedrática de Psicología de la Universidad de Loughborough (Reino Unido), señala que muchos de esos síntomas "son bastante comunes en el envejecimiento y no son necesariamente indicativos de la enfermedad de Parkinson", y lamenta la cierta confusión de los autores al definir o discernir entre qué alimentos son ultraprocesados y cuáles no.
Es de una opinión similar Daniel J. van Wamelen, profesor clínico senior de Neurociencia y neurólogo consultor honorario del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres. Valorando que se trata de un trabajo sólido con resultados interesantes, destaca que no encontró un aumento directo en el riesgo de padecer la enfermedad en sí. "Para comprender mejor las implicaciones a largo plazo, necesitaríamos un seguimiento más prolongado para ver cuántos participantes desarrollan párkinson y cómo esto se asocia con su dieta".
Los expertos sí destacan que es un trabajo en cierta medida pionero que cuenta con conclusiones bien respaldadas por datos sólidos, y que viene a confirmar la relación entre la comida ultraprocesada y las enfermedades cerebrales. "Una dieta saludable y variada a base de alimentos integrales está asociada con la prevención de muchas enfermedades, incluida la demencia", afirma Hogervorst.
Los autores del trabajo concluyen que sus resultados apuntan a la necesidad de elaborar más estudios para confirmar si la disminución del consumo de ultraprocesados puede prevenir la aparición de síntomas no motores que a menudo preceden al diagnóstico de párkinson.
Imágenes | Unsplash/Nico Smit - Maxime
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La noticia
Los ultraprocesados no tienen nada bueno y ahora tienen otra cosa mala: también pueden acelerar el párkinson
fue publicada originalmente en
Directo al Paladar
por
Liliana Fuchs
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