Última hora: Ya hay nuevo Papa

Un cónclave más rápido de lo esperado.

Una densa humareda blanca ha comenzado a elevarse desde la chimenea de la Capilla Sixtina, anunciando al mundo que los cardenales han alcanzado un consenso. En el corazón del Vaticano, las campanas de la Basílica de San Pedro han empezado a repicar, rompiendo el silencio con una señal clara: el cónclave ha terminado. Tras un proceso marcado por la diversidad cultural de sus participantes, ya hay un nuevo líder para la Iglesia católica.

El elegido ha obtenido 89 sufragios, justo los dos tercios requeridos para consagrarse como papa en este ritual milenario. Aún se mantiene en secreto el nombre del cardenal que ha sido investido como el nuevo pontífice, aunque se espera que su identidad se revele en cuestión de minutos. La ceremonia culmina con una frase que resuena a través de los siglos: “Annuntio vobis gaudium magnum: habemus Papam!” (“¡Os anuncio una gran alegría: tenemos Papa!”).

Tradiciones que perduran.

El anuncio lo realiza el protodiácono, figura clave en el protocolo vaticano, quien también revela el nombre que adoptará el nuevo papa. Este momento, cargado de simbolismo y emoción, es seguido desde la plaza de San Pedro y por millones de fieles a través de transmisiones globales. La escena, repetida a lo largo de la historia, conserva su fuerza intacta.

La rapidez del proceso ha recordado a los dos últimos cónclaves, que también se resolvieron con agilidad. En 2005, la elección de Benedicto XVI requirió tan solo un día y cuatro votaciones. Ocho años después, el papa Francisco fue elegido tras cinco rondas. La Iglesia parece mantener una línea de eficiencia en sus decisiones más trascendentales.