De director “autodidacta” a estrenar con Amazon una película a ritmo de trap que mira al barrio sin prejuicios

David Valero dirige 'Enemigos' su película más grande con el apoyo de Prime Vídeo y José Antonio Félez. Una mirada a la adolescencia y al acoso en las callesPor qué Hollywood podría ser el gran perjudicado por el arancel de Trump al cine Lo habitual es que los directores de cine aprendan a hacerlo en una escuela oficial, con la Escac y la Ecam como puntas de lanza formativas. Sin embargo, cuando le preguntan a David Valero donde aprendió a hacer cine responde que fue con sus amigos de la infancia. Grababan vídeos e imitaban las películas que le gustaban. El cine lo aprendió “en la calle, en el pueblo”. En cuanto tuvo una cámara de vídeo empezó a grabar lo que ocurría a su alrededor, a contar historias. Dice que fue “viviendo y jugando” como descubrió una vocación.  Por eso se define como “autodidacta”, y la expresión sorprende, porque pocas veces gente que no ha salido de los canales oficiales llega a estrenar una película con el apoyo de Amazon y de un productor como José Antonio Félez, responsable de aupar la carrera de realizadores como Alberto Rodríguez. Valero nació en Alicante, y aunque tiene unas cuantas películas y documentales a sus espaldas, todos se habían hecho a contracorriente, casi desde los márgenes de la industria. Hasta que Félez y Amazon vieron el proyecto de Enemigos —que se estrena este viernes— y entraron en esta historia que plantea el bullying fuera de las aulas y lo traslada a las calles de los barrios. Lo hace desde un punto de vista que cambia las tornas, ¿y si el acosador tras un accidente necesitara que alguien le cuidara constantemente? Valero apuesta por la empatía, por entender qué hay detrás de los matones de barrio y lo hace a ritmo de trap. Es la música lo que unirá a acosador (Hugo Welzel) y acosado (Christian Checa), y esta tiene una presencia visual y narrativa muy importante en la historia. David Valero confiesa que lleva intentando levantar este proyecto “muchos años” y vuelve a remarcar que aprendió a hacer cine por su cuenta. “Me pagaba mis cortos, con ayuda de mi familia y mis amigos. Yo vivo en Alicante, en San Vicente del Raspeig. No estoy en el centro de la industria, en Madrid o Barcelona. Todo ha sido a base de picar piedra hasta que en un festival conocí a José Antonio Félez y ahí se creó un vínculo hasta que les ha cuadrado el proyecto de Enemigos. Apostaron por él y fuimos a por todas. Amazon decidió que le gustaba mucho el guion y ya se puso en marcha toda la rueda, pero han sido muchos años. Empezamos a escribir el guion en 2019”, rememora. Por eso define lo que ha pasado como “un sueño”. A pesar de que ha estado en festivales importantes, todos sus proyectos han sido “muy pequeños”. “No estaba tan arropado como estoy ahora. Esto me ha desbordado en el buen sentido. Es una experiencia increíble, pero me he dado cuenta de que yo pensaba que la meta era hacer una película grande con una productora o plataforma grande y parece que se ha disipado la nube. Me he dado cuenta de que aún queda mucho camino y que mi siguiente película va a depender mucho de cómo funcione en taquilla y en la plataforma. Pero estoy muy expectante con mi futuro”, dice sobre la presión que aumenta proporcionalmente con el tamaño del filme que estrena. Christian Checa en 'Enemigos' El origen de Enemigos está en su propia adolescencia y en su entorno. “Había un chaval, un acosador del barrio que sembraba el pánico por donde pasaba y había gente muy cercana a mí, amigos y familia que sufrieron esa violencia y quería sacarlo de alguna manera, y ha sido escribiendo y dirigiendo como lo he hecho”, recuerda. Esa vivencia ya estaba en su corto Scratch, en 2016, pero aquí lo desarrolla más allá y trata de bucear en qué hay detrás de quien inflige ese dolor.  El propio Valero explica que fue investigando con el paso del tiempo a aquel acosador de su barrio para entender de dónde llegaba esa v

May 6, 2025 - 22:23
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De director “autodidacta” a estrenar con Amazon una película a ritmo de trap que mira al barrio sin prejuicios

De director “autodidacta” a estrenar con Amazon una película a ritmo de trap que mira al barrio sin prejuicios

David Valero dirige 'Enemigos' su película más grande con el apoyo de Prime Vídeo y José Antonio Félez. Una mirada a la adolescencia y al acoso en las calles

Por qué Hollywood podría ser el gran perjudicado por el arancel de Trump al cine

Lo habitual es que los directores de cine aprendan a hacerlo en una escuela oficial, con la Escac y la Ecam como puntas de lanza formativas. Sin embargo, cuando le preguntan a David Valero donde aprendió a hacer cine responde que fue con sus amigos de la infancia. Grababan vídeos e imitaban las películas que le gustaban. El cine lo aprendió “en la calle, en el pueblo”. En cuanto tuvo una cámara de vídeo empezó a grabar lo que ocurría a su alrededor, a contar historias. Dice que fue “viviendo y jugando” como descubrió una vocación. 

Por eso se define como “autodidacta”, y la expresión sorprende, porque pocas veces gente que no ha salido de los canales oficiales llega a estrenar una película con el apoyo de Amazon y de un productor como José Antonio Félez, responsable de aupar la carrera de realizadores como Alberto Rodríguez. Valero nació en Alicante, y aunque tiene unas cuantas películas y documentales a sus espaldas, todos se habían hecho a contracorriente, casi desde los márgenes de la industria.

Hasta que Félez y Amazon vieron el proyecto de Enemigos —que se estrena este viernes— y entraron en esta historia que plantea el bullying fuera de las aulas y lo traslada a las calles de los barrios. Lo hace desde un punto de vista que cambia las tornas, ¿y si el acosador tras un accidente necesitara que alguien le cuidara constantemente? Valero apuesta por la empatía, por entender qué hay detrás de los matones de barrio y lo hace a ritmo de trap. Es la música lo que unirá a acosador (Hugo Welzel) y acosado (Christian Checa), y esta tiene una presencia visual y narrativa muy importante en la historia.

David Valero confiesa que lleva intentando levantar este proyecto “muchos años” y vuelve a remarcar que aprendió a hacer cine por su cuenta. “Me pagaba mis cortos, con ayuda de mi familia y mis amigos. Yo vivo en Alicante, en San Vicente del Raspeig. No estoy en el centro de la industria, en Madrid o Barcelona. Todo ha sido a base de picar piedra hasta que en un festival conocí a José Antonio Félez y ahí se creó un vínculo hasta que les ha cuadrado el proyecto de Enemigos. Apostaron por él y fuimos a por todas. Amazon decidió que le gustaba mucho el guion y ya se puso en marcha toda la rueda, pero han sido muchos años. Empezamos a escribir el guion en 2019”, rememora.

Por eso define lo que ha pasado como “un sueño”. A pesar de que ha estado en festivales importantes, todos sus proyectos han sido “muy pequeños”. “No estaba tan arropado como estoy ahora. Esto me ha desbordado en el buen sentido. Es una experiencia increíble, pero me he dado cuenta de que yo pensaba que la meta era hacer una película grande con una productora o plataforma grande y parece que se ha disipado la nube. Me he dado cuenta de que aún queda mucho camino y que mi siguiente película va a depender mucho de cómo funcione en taquilla y en la plataforma. Pero estoy muy expectante con mi futuro”, dice sobre la presión que aumenta proporcionalmente con el tamaño del filme que estrena.

Christian Checa en 'Enemigos'

El origen de Enemigos está en su propia adolescencia y en su entorno. “Había un chaval, un acosador del barrio que sembraba el pánico por donde pasaba y había gente muy cercana a mí, amigos y familia que sufrieron esa violencia y quería sacarlo de alguna manera, y ha sido escribiendo y dirigiendo como lo he hecho”, recuerda. Esa vivencia ya estaba en su corto Scratch, en 2016, pero aquí lo desarrolla más allá y trata de bucear en qué hay detrás de quien inflige ese dolor. 

El propio Valero explica que fue investigando con el paso del tiempo a aquel acosador de su barrio para entender de dónde llegaba esa violencia, y vio que todo venía de la familia, “de un entorno de mucho odio y mucha violencia, y él era un reflejo y lo volcaba sobre la gente de la calle”. “Para mí era importante mostrar de dónde puede venir esa violencia tan extrema”, explica. Para no quedarse solo en su experiencia personal también se documentaron. Hablaron con gente del barrio, con amigos y fueron a institutos para hablar con los directores, que les contaron “cómo son las dinámicas de acoso en los institutos y cómo intentan educar sobre las consecuencias y crear conciencia para que haya un cambio en los alumnos”, subraya.

Cine de barrio

Como recientemente ocurría con A nuestros amigos, de Adrián Orr, Enemigos acierta al retratar el barrio y su gente sin caer en condescendencia ni miserabilismo. Una mirada sin prejuicios de quien ha vivido en sus calles. A Valero le preocupaba “muchísimo” ese retrato, y por eso quería que fuera “lo más realista posible”, para huir de “un tipo de cine en el que no hay sinceridad a la hora de contar el barrio y se ve al director o la mano del departamento de producción”.

Hugo Welzel, en el centro, es el acosador en 'Enemigos'

Ahí se nota también su pasado como documentalista. De hecho, inicialmente quiso que todo el filme contara con actores no profesionales, pero finalmente para los protagonistas sí que eligieron a rostros con experiencia, mientras que para el resto de gente buscaron a personas “de los barrios, que viven allí y tienen esa frescura y esa realidad que no hubieran tenido figurantes de otros lugares”.

La película apuesta por el encuentro y la escucha, y como puente para ello, la música urbana con el trap por bandera. Para su director, el trap es “el hilo conductor narrativo para contar ese punto de encuentro entre los jóvenes, pero también sirve como vía de escape de sus mundos y una forma de expresar lo que llevan dentro”. “Una forma terapéutica de poder sanar todo el odio y la rabia que llevan dentro”, añade.

Hay en esa idea, en que la música puede unir a dos enemigos, algo en lo que cree el cineasta. Para él, “el cine puede cambiar a la gente, o al menos hacerles reflexionar sobre cosas en las que nunca habían pensado”. Por ello no cree en un cine simplemente evasivo, sino en uno que haga a la gente “conectar con la vida y con las emociones, que se replanteen cosas”.

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