América Latina: la única región donde la derecha tradicional está en alza
En gran parte de la región, la 'marea rosa' se está desvaneciendo y le ofrece al capital mundial nuevas esperanzas.

Conforme se desvanece la manía por el "excepcionalismo estadounidense", Europa e incluso China han surgido como nuevos destinos para el capital. Pero la región con mejores resultados del mundo este año es América Latina, y está ausente de la conversación global.
Sus acciones han subido un 21 por ciento en dólares, muy por delante de Europa, en segundo lugar, y de la rentabilidad promedio del 6 por ciento de los mercados emergentes.
Tras impulsar la meteórica subida del mercado estadounidense en los últimos años, los inversionistas mundiales están intentando reasignar capital a los mercados más deprimidos, entre los que se incluye América Latina.
La mayor parte de la región no está entre las prioridades de los objetivos arancelarios del presidente Donald Trump, lo que la convierte en un refugio de las guerras comerciales. Pero quizás la razón menos apreciada por la que a sus mercados les va bien sea la política cambiante.
El expresidente de Chile Sebastián Piñera me dijo una vez que América Latina giraba "a la izquierda en los buenos tiempos, a la derecha en los malos". Tras la pujante década de 2000, una "marea rosa" llevó al poder a muchos populistas de izquierda, que han hecho retroceder a la región en la última década.
El crecimiento de la productividad se volvió profundamente negativo; ha sido el peor de todas las regiones. Como decía Piñera, la marea política está cambiando una vez más.
Los poderosos líderes de la izquierda están conteniendo sus instintos izquierdistas, bajo la presión del mercado. El año pasado, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva prometía despilfarros casi a diario; ahora está mostrando algunas señales de disciplina fiscal.
La progresista mexicana Claudia Sheinbaum ofrece "austeridad republicana" junto con una postura en general más favorable a las empresas que su predecesor, Andrés Manuel López Obrador. Conforme se desvanece la manía por el "excepcionalismo estadounidense", Europa e incluso China han surgido como nuevos destinos para el capital. Foto: Archivo.
Otras naciones están virando decididamente hacia la derecha tradicional del gobierno limitado y la reforma del libre mercado. Aunque a menudo lo presentan como una copia latina de Trump, el argentino Javier Milei está impulsando acuerdos comerciales en lugar de aumentos arancelarios, y reduciendo el gobierno de forma consistente en lugar de errática. El resultado: un giro espectacular en la economía y los mercados financieros del país.
La proporción de votantes que dicen que la "economía de mercado" es el mejor camino a seguir ha aumentado hasta un inusualmente alto 66%. Este giro a la derecha se produce en un momento crítico.
Entre este año y el próximo se llevará a cabo un calendario electoral extremadamente lleno en América Latina, en el que acudirán a las urnas naciones que representan el 85% del producto interno bruto (PIB) de la región.
El mes pasado, en Ecuador, el derechista Daniel Noboa obtuvo una inesperada victoria sobre una oponente que podría haberse visto empañada por sus estrechos vínculos con el expresidente Rafael Correa, una leyenda progresista que ahora vive en el exilio tras haber sido condenado por corrupción. En Ecuador, Daniel Noboa logró una sorpresiva victoria sobre una rival ligada estrechamente al expresidente Rafael Correa. Foto: Reuters.
A continuación, Argentina, donde hay grandes expectativas de que Milei lleve a su partido a la victoria en las elecciones legislativas de octubre.
En toda la región, las redes sociales hablan del "modelo Milei". En Chile, los rivales de derecha dominan las encuestas preelectorales. La favorita, Evelyn Matthei, es una conservadora fiscal que rechaza la improvisación, y su rival más cercano, Johannes Kaiser, adopta una línea aún más dura: uno de sus asesores guarda una pequeña estatua de Milei blandiendo una motosierra como símbolo de sus profundos recortes del gasto.
Los favoritos para las elecciones son todos de derecha. Colombia tiene su primer líder de izquierda de ese país desde la independencia en 1810, Gustavo Petro, quien se ha visto plagado por escándalos. Sus medidas para aumentar el control estatal sobre sectores, desde la salud hasta la energía han disparado el déficit fiscal y contribuido a convertir a la nación, rica en petróleo, en una importadora de gas.
El sucesor elegido por Petro marcha en las encuestas por detrás de dos candidatos de derecha, uno de ellos un exalcalde de Bogotá muy elogiado por su gasto público responsable.
Perú presenta un panorama similar: un campo amplio liderado por contendientes de derecha y la presidenta en funciones, Dina Boluarte, bajo ataques aún más severos. Boluarte, a quien se la acusa de corrupción e indiferencia mientras muchos peruanos tienen dificultades para comprar alimentos, tiene un índice de aprobación del 3%, posiblemente el peor jamás registrado en el mundo. Los tres principales contendientes se clasifican como de "centroderecha".
En Brasil, el índice de aprobación de Lula alcanzó recientemente su mínimo histórico. La economía está creciendo, pero los votantes están enojados por el aumento de los precios y la delincuencia.
En las elecciones locales de octubre del pasado año, los votantes se volvieron contra la izquierda, y más marcadamente hacia la derecha moderada que hacia la extrema derecha. Lula, de 79 años, ha tenido problemas de salud y parece probable que sea sustituido por un líder muy a su derecha en las elecciones del próximo año.
Con la extrema derecha en ascenso en gran parte de Occidente, es notable que América Latina no esté girando en una dirección similar, hacia una economía trumpista cerrada.
En cambio, está favoreciendo a líderes con agendas más tradicionales, basadas en el libre mercado y las economías abiertas. Esto aumenta las posibilidades de que la región pueda salir de su perjudicial bajón de crecimiento y atraer capital en este mundo post excepcionalismo estadounidense.