Agárrate, que vienen los Micro Machines: "Al menos que lo tengan en miniatura”

¿Recuerdan esa época en la que coleccionar Scalextric era lo último? Cada cual se tuneaba el suyo con las pegatinas al gusto y los gatillos de los mandos...

Mar 31, 2025 - 06:51
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Agárrate, que vienen los Micro Machines: "Al menos que lo tengan en miniatura”

¿Recuerdan esa época en la que coleccionar Scalextric era lo último? Cada cual se tuneaba el suyo con las pegatinas al gusto y los gatillos de los mandos se desgastaban del ferrete que le dabas. Buenos tiempos, sí señor. La responsabilidad quedaba relegada a hacerse con el modelo más rápido y la traición sólo la encarnaban quienes se pasaban a los Micro Machines. Años de tu vida perfeccionando la caricia al gatillo, para que, de la noche a la mañana, se pusieran de moda los Hot Wheels quemando plástico con una barata pulsada a un botón. Lejos de aquellas herejías, hay quien alcanzada la madurez se niega a apolillar esa tierna sensación de juego. Te atormentan la hipoteca, los impuestos o el despertar de las primeras canas. Y te plantas. Asumes que no puede estar la existencia siempre plegada a la más latosa responsabilidad. Así que, o te subes a la toxicomanía o vuelves al Scalextric y a los Hot Wheels. Regresas a la llama de lo sencillo. ¿Suena friki? Huelga decir. ¿Pero acaso no son las frikadas que nos apasionan lo que nos hace saltar de la cama y barrer las legañas? "No todo va a ser follar", que decía Javier Krahe. Ni una pelma madurez ininterrumpida.

Contra el prejuicio asaltante, la afición por los coches a escala es tan popular como la que se tiene por sus hermanos mayores. Lejos queda la imagen de un ejército de cerúleos okupas de los sótanos maternos. O de esmegmáticos miopes con insuficiencia social. La marabunta euforizada que aterriza en el Real Aeroclub de España, el último domingo de marzo, revela la variedad demográfica de la afición por los coches a escala. Es el segundo y último día del Diecast Con y el ritmo no ha dado descanso desde el descorche de la primera jornada. En taxi, transporte urbano o a los mandos de alguno de los coches aquí presentes en miniatura, cientos de asistentes se codean curiosos a la caza y captura de su juguete.

¿Juguete he dicho? ¡Mil perdones! Hablar de estos 4 ruedas como si fueran simples trebejos es una herejía. Al menos, eso piensan Vanesa y su marido: "Ya no sólo por el precio, que puede ser de miles de euros, es que son productos fabricados con un mimo admirable. Lo mismo que la gente colecciona arte, nosotros coleccionamos coches a escala", asegura esta madrileña que lleva coleccionando estos mini-carros desde que se los robaba a su hermano mayor de pequeña. "Heredé su pasión y acabé enganchando también a mi marido", confiesa risueña. “Ahora ya no sé a quién le gustan más”, remata mirando con complicidad a su pareja. Se conoce que existen narcóticos a los que no les hace falta entrar en el cuerpo para causar adicción. Y algunos hasta tienen ruedecitas.

Miguel va dando saltos como un mono entre la marea de sardinas humanas, todas bien apiñadas. Su padre, José, lo sigue medio desesperado. Ya van tres veces que este niño de 11 años mete mano a las maquetas, a pesar de los carteles donde está escrito ‘NO TOCAR’. "A mi hijo lo vuelven loco. En cuanto descubrió los míos de cuando era crío se flipó. Ahora busca todos los de ‘Fast & Furious’. Yo era más de querer el Seat de mi viejo”. Este inquieto progenitor asegura que a él el mundo de los coches siempre le ha fascinado, y que a pesar de los años las maquetas le hacen una ilusión tremenda. Igual que cuando era un niño. “Esto es una afición que va mucho de la mano de que te guste el mundo del motor. Hay una nostalgia muy agradable”, concluye antes de salir disparado tras Miguel, que ha mangado un camión miniatura de una de las muchas cestas metálicas plagadas de automóviles chiquititos.

A mi hijo lo vuelven loco. Cuando descubrió los míos de cuando era crío se flipó. Ahora busca todos los de ‘Fast & Furious’

Por lo general, el público presente suele coincidir en que la melancolía es un elemento muy determinante. Al dejarse embrujar por una de estas maquetas, reciclan su niñez y satisfacen al rapaz que todos albergamos dentro. Joan Miró se pasó la vida intentando pintar con el fluido desparpajo de los niños para revivir ese sensación de pureza. Visto lo visto, también podría haber acumulado maquetas de coche. Aunque no hubiera ganado tanto. “Lo que me gusta de los coches a escala es el coleccionismo y la amistad que se genera dentro de este mundo”, afirma Juan Andrés, quien ha venido a esta feria en condición de vendedor. “Es la primera convención que se hace en Madrid y la verdad es que está siendo un éxito. La gente está respondiendo bien, están viniendo en buena cantidad y estamos muy contentos con la acogida”. No es para menos, en vista de la tropelía que no se agota en el mirador de Cuatro Vientos ni aunque se acerque la hora de comer, y su pluralidad: “Hay de todo”, asegura Juan Andrés. “Desde niños que coleccionan coches de 2€, hasta personas mayores. Algunos coleccionan el coche que tenían cuando eran pequeños, otros el coche de sus sueños. Incluso si no pueden conseguir el coche real, al menos lo tienen en miniatura”, sentencia antes de seguir con las enérgicas labores de venta.

Jenny empezó en el coleccionismo con su marido hace años y la cosa, como quien dice, se les fue de las manos. Tanto, que han hecho de su pequeño hobby un motor económico: “Ahora estamos iniciando nuestra propia marca, llamada San Maquetas. Lo que empezó como una afición ha crecido hasta convertirse en una pequeña empresa. Actualmente sólo nos encuentras en Wallapop, pero estamos trabajando en nuestra propia página web”.

La pareja, absolutamente maravillada con la respuesta que ha recibido la feria, está en preparativos para partir a Portugal, donde se celebra otro encuentro alrededor de este curioso fanatismo. En vista de su experiencia, Jenny da su opinión respecto a las razones que mueven a estos coleccionistas: “Lo que más llama la atención es el coche antiguo, ese coche que tenías desde toda la vida o que siempre has estado buscando. Es el recuerdo. Para los más jóvenes, los coches como el de Carlos Sainz o los relacionados con las carreras de rally también despiertan mucho interés. Y, bueno, un poco lo de siempre, ¿no? Quizás como no puedes comprarte el coche real, al menos lo tienes en maqueta”, un argumento, ya digo, muy compartido en esta Diecast Con.

Estamos iniciando nuestra marca, llamada San Maquetas. Empezó como una afición y ha crecido hasta una pequeña empresa

Huelga decir, como dentro de toda afición, aquí también cuentan con estrellas del mundillo. O, sino estrellas, sí capitanes de la industria. Entre esas personas que son tan admiradas por su colección, como por cuanto pilotan del mundo del motor, tenemos a Teo Martín, de la escudería Teo Martín Motorsport y el MSI Motor & Sport Institute de Madrid. Afable y con humildad, Teo asegura llevar toda la vida ligado a la automoción: “Es una pasión para mí, algo que tengo desde que era niño. Cuando tenía un año me regalaron un triciclo, y desde ahí siempre me atrajeron las ruedas y el mundo del motor. La devoción ha estado presente toda mi vida”.

Un impulso por el universo de los capós que lo invita a un coleccionismo de altura, de billetera, porque no se reduce sólo a los coches que se pueden dejar en una estantería: “Yo tengo una gran colección de coches reales en escala 1:1, de carreras, como los del Grupo B y otros. Pero las maquetas también me encantan. ¿Sabes por qué? Porque las maquetas no tiran aceite, no tienes que preocuparte de que se manchen, las limpias de vez en cuando y las colocas como te gusta…”. Un apunte coherente que no es óbice para que esta afición implique un sacrificio y un desembolso significativo: “Cada vez salen más modelos, es impresionante. Ahora, por ejemplo, he visto la maqueta del R5 Turbo 3E. ¡Es una maravilla! Ese coche va a salir el año que viene, y ya está disponible la maqueta. Algunas veces he comprado ediciones limitadas y la verdad es que me ha costado mucho encontrarlas. Hace poco conseguí una en Australia, ¡y es una auténtica joya! Nosotros, en nuestro caso, solemos hacer maquetas de los coches con los que competimos, pero no lo hacemos como negocio. A fin de cuentas, lo importante es que la gente las disfrute”.

Las maquetas no tiran aceite, no tienes que preocuparte de que se manchen, las limpias de vez en cuando y las colocas como te gusta

Y, desde luego, disfrute se ve a espuertas en esta concentración de apasionados del volante. De todo tipo de volantes, claro. Incluso de aquellos que han pasado por una sesión con el rayo reductor de Rick Moranis en ‘Cariño, he encogido a los niños’. Javier Martín, cabeza de la organización de la Diecast Con, explica que la idea del evento surgió entre los expositores, quienes son profesionales y habituales en el mundo del coleccionismo. Participantes de otras ferias relacionadas con el motor, como competiciones y eventos de coches clásicos, notaron la necesidad de crear un evento monográfico, exclusivo y pensado para coleccionistas.

En España hay una comunidad muy grande de coleccionistas, y queríamos ofrecerles algo más enfocado y diferente. Los eventos de este tipo requieren un espacio muy grande y unos costes organizativos elevados. Esto hace que el precio para los participantes y para el público visitante sea alto. Para evitar eso, decidimos salirnos del formato tradicional de las grandes ferias y buscar un recinto singular, más íntimo y accesible. Por primera vez, hemos logrado que las propias marcas, como Sólido, Mini GT, Automobile y GT Spirit, estén presentes. Esto es un logro importante, porque en otros países ya se hace, pero en España es algo nuevo. Además, por primera vez, hemos podido ofrecer la miniatura oficial del evento, algo que nos hace sentir muy orgullosos”.

¿Cómo no?, desde luego. Si Sevilla tuvo a Curro y Zaragoza al demoníaco Fluvi, el Diecast Con también debía contar con su ‘mascota’ mecánica: “Abrimos las puertas ayer a las 9 de la mañana, y a las 10 de la mañana, la miniatura oficial del evento ya se había agotado. Hicimos entre 200 y 300 unidades, de las cuales 100 estuvieron disponibles solo para los asistentes a una cena de gala que organizamos con coleccionistas y marcas. El resto del público tuvo la oportunidad de adquirirla por la mañana, pero a las 10 ya se había agotado. Fue una experiencia única, aunque también fue una lástima que muchos no pudieran conseguir la miniatura. Sin embargo, el hecho de que tuviéramos que cortar varias veces el acceso por la gran cantidad de público nos demuestra el éxito del evento”.

Sin duda, un puntazo que lo llevará a repetir el año que viene ya que, como afirma Javier: “Los coches a escala tienen un atractivo transversal. En todas las familias ha habido coches, y eso nos conecta con la nostalgia. Muchas personas empiezan a coleccionar buscando los coches que tuvieron en su infancia, y eso genera un vínculo emocional. La gente también se siente atraída por los coches de los pilotos que admiran, ya sea de la Fórmula 1 o de Le Mans”.

Y aunque el organizador teme que el relevo generacional sea complejo porque “las nuevas generaciones, que han crecido con patinetes y coches eléctricos, no tienen el mismo vínculo emocional con los coches que nosotros”, Javier sí confía en la popularidad del mundo del videojuego para atraer público joven: “Aunque el coleccionismo de coches a escala sigue siendo fuerte, es interesante ver cómo las tendencias cambian y cómo las marcas deben adaptarse a estos nuevos intereses”.

Un cambio que, sin duda, podremos ver en la siguiente edición del Diecast Con.