Pablo Vázquez y 'Vivir dentro de una canción': "La industria musical disfraza la precariedad de la libertad creativa"

Una historia cruda, musical y generacional sobre el éxito, el fracaso y la necesidad de sentir para poder seguir

May 2, 2025 - 07:53
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Pablo Vázquez y 'Vivir dentro de una canción': "La industria musical disfraza la precariedad de la libertad creativa"

No todas las novelas nacen con la vocación de publicarse. Algunas, como 'Vivir dentro de una canción', surgen de un impulso, un colapso emocional, un momento de lucidez en medio del caos. Así fue como Pablo Vázquez Vázquez escribió, casi sin proponérselo, el manuscrito que hoy muchos lectores consideran un retrato generacional.

“Yo estaba en un mal momento. Y lo peor es que mi entorno también lo estaba, pero nadie se paraba a pensarlo demasiado”, recuerda el autor. Fue en una sesión de estudio, en uno de esos días largos y anodinos, cuando encontró un papel con una nota escrita. “Fue como una señal. Me encerré y escribí un manuscrito. Nada más terminarlo lo guardé en un cajón, como si aquello solo sirviera para desahogarme. Pensaba que no le importaría a nadie”.

Sin embargo, un par de años después, mientras leía unas cartas de Scott Fitzgerald, algo hizo clic. “Vi similitudes brutales entre el protagonista y Fitzgerald en un momento muy concreto de su vida. Aquellas cartas me llevaron a desempolvar el manuscrito. Y aquí lo tienes”.

Charley Horse y Mireia: retratos emocionales con nombres propios

Los protagonistas de la novela, Charley Horse, un músico en caída libre, y Mireia, una periodista tan perdida como brillante, son mucho más que personajes ficticios. Son emociones condensadas, heridas camufladas, recuerdos que vuelven. “Charley y Mireia son una concreción de sensaciones que yo mismo he vivido de una forma u otra”, admite Vázquez.

Pero hay más. “Algunos personajes secundarios sí están directamente inspirados en personas reales de la industria. Y luego están los cameos: músicos de la escena madrileña que aparecen con su nombre real. Es una mezcla entre ficción emocional y verdad cruda”.

Y lo cierto es que esa mezcla se siente real. La novela no idealiza la vida del artista ni la convierte en una tragedia romántica: la muestra como es. Inestable, acelerada, cruel y, a veces, vacía.

La industria musical: una adopción sin correa

Una de las reflexiones más demoledoras del libro (y de la entrevista) tiene que ver con el modo en que tratamos a los artistas, especialmente a los jóvenes. ¿Es la industria más cruel de lo que creemos?

“No. Los crueles somos todos”, responde el autor sin dudar. “La industria lo que ha hecho es disfrazar la precariedad de libertad creativa. Es como adoptar un cachorro precioso y sacarlo sin correa a un sitio distinto cada día. Si un día ya no te gusta cómo va creciendo, lo dejas atrás y te vas. Sin remordimiento”.

Vázquez Vázquez ha trabajado con músicos de todo tipo: emergentes, consagrados, olvidados. Ha visto cómo las luces ciegan y cómo el silencio posterior ensordece. “La fama repentina y el olvido suelen ir juntos. Lo complicado es tener todavía el sabor de la primera en la boca mientras empiezas a digerir la segunda”.

La periodista, el músico y las heridas sin curar

El eje narrativo de la novela gira en torno a una entrevista desastrosa que marca un punto de quiebre. No es casual: “Sí, he visto entrevistas donde los artistas, sobre todo jóvenes, se quedan en blanco o meten la pata. De repente hay un foco enorme sobre ellos y nadie les ha dado las herramientas para afrontarlo”.

La figura de Mireia, la periodista, ha generado muchas reacciones. ¿Es victimaria o víctima? “Es ambas cosas. Mireia es una curranta nata. Se cayó pronto y buscó una alternativa rápida. Su problema es que se ha llenado de tiritas sin mirar bien la herida. Y quizás su salvación pase por hurgar ahí donde duele”.

Charley, el músico protagonista, toca fondo. Y desde ahí, intenta reconstruirse. Pero no es fácil, ni épico. Es lento, doloroso, muchas veces frustrante. “Lo más difícil es la velocidad. El tren de vida del artista exitoso no te prepara para el parón. Y reinventarse requiere tiempo, paciencia y sombra. Justo lo que más ansiedad le da a quien está acostumbrado a no parar nunca”.

Una historia sin moraleja pero con alma

Pablo Vázquez Vázquez no pretendía dar una lección con esta novela. “No es un libro con moraleja. No soy quién para eso. Solo quería contar una experiencia íntima y energética. Para lograrlo, dejé de pensar desde la cabeza de los personajes y me metí en su pecho. En sus tripas. Ahí es donde quiero que se mueva el lector”.

Y se nota. La novela respira emoción cruda. Tiene un ritmo interno que va más allá de la prosa. “No escucho música mientras escribo. Necesito estar totalmente centrado. Pero si lees el libro, verás que hay todo un tracklist de canciones que acompañan el viaje. Como una película”.

Una portada con dos extremos y un pasado compartido

La portada, firmada por el artista Misterpiro, también tiene su historia. “Andrés y yo somos amigos desde adolescentes. Trabajamos mucho juntos en esa época. El cuadro completo tiene dos extremos de color que se funden en el centro. A mí me interesaba eso: la fusión de opuestos, el antagonismo. Éxito y fracaso, él y ella”.

Parte de la historia de 'Vivir dentro de una canción' también se ha trasladado al audiovisual. El cortometraje 'Los primeros días de nosotros', dirigido por el propio autor, ahonda en el origen de la relación entre los protagonistas.

“Quería ampliar la visión del lector, darle más contexto. Y también, siendo sinceros, me apetecía mucho dirigir un corto. Además, lo pongo en las presentaciones del libro y me libro de hablar tanto”, ríe.

Cuando le pregunto si se considera más escritor o músico, responde sin dudar: “No soy ni una cosa ni la otra. Nadie me ha enseñado a hacer música ni a escribir. Pero sé que soy impostor, así que no sufro el síndrome del impostor”.

Y añade algo que resume su vínculo con la escritura de forma preciosa: “Escribir para mí es como reencontrarme con el amor de los quince años. Irrepetible, pero mejor. Irrenunciable”.

Una novela generacional, sí: porque todos tenemos sueños rotos

Desde que se publicó, 'Vivir dentro de una canción' ha sido señalada como una novela generacional. Vázquez Vázquez no lo buscaba, pero lo acepta. “Me lo han dicho muchas veces. Y creo que tiene que ver con eso que te decía antes: si tienes entre 25 y 35 años, probablemente lo que más te duela del libro sean los sueños rotos”.

Y es que esta historia no habla solo de músicos, ni de fama. Habla de perderse, de buscar sentido, de intentar volver a sentir algo verdadero cuando ya todo parece un escenario.

'Vivir dentro de una canción' no pretende enseñarnos nada, y quizá por eso consigue tanto. Es una novela que no se entiende, se siente. Que no busca cerrar heridas, sino mostrarlas. Que no grita, pero resuena.

“Si esto llega a alguien, que sea porque lo ha sentido. No porque lo haya entendido”, concluye Pablo.