Las profecías de Ernesto Zedillo
Forbes México. Las profecías de Ernesto Zedillo Desde la perspectiva de quien gobernó México (1994-2000), el futuro no luce nada bien. De algún modo, observa cómo se desmontan muchas de las instituciones que él mismo contribuyó a edificar. Las profecías de Ernesto Zedillo Julián Andrade

Forbes México.
Las profecías de Ernesto Zedillo

Ernesto Zedillo vuelve a colocar el tema del futuro de la democracia en México. Lo hizo hace unos meses, y de nueva cuenta lo sitúa en la agenda las debilidades y riesgos de la elección de ministros, jueces y magistrados, aunada al daño que ya genera la desaparición de los órganos autónomos y al que se puede generar cuando se apruebe, en su momento, la reforma electoral.
El expresidente concedió una entrevista en Nexos y publicó un amplio texto en Letras Libres. Una coincidencia afortunada y, además, en dos de las publicaciones de mayor calado analítico a lo largo de décadas y hasta la actualidad.
Para el expresidente de México, el presente es de alto riego y, por ello, el porvenir luce sombrío, cargado de acechanzas.
El doctor Zedillo, como suele recordarlo, no es afecto a las declaraciones y mucho menos a las que tienen que ver con la gestión de los asuntos públicos en el país que gobernó.
Desde que terminó su mandato se autoimpuso una suerte de silencio, que solo se rompió cuando ya se vislumbraban los efectos nocivos que tendría el desmantelamiento del Poder Judicial y propuso que la medida se suspendiera, propuesta, que, como es evidente, no fue escuchada.
Ahora, en cambio, optó para la defensa y la explicación de las reformas que impulsó, desde los primeros días de su llegada al poder y en particular el cambio en la Suprema Corte de Justicia, reduciendo el número de ministros y ampliando sus atribuciones.
Un aspecto, para tener en cuenta, es que todo se hizo en acuerdo con los partidos políticos, a los que se les convenció y en modo alguno se les avasalló.
Esto se amalgamó con las reformas que también se hicieron en el terreno electoral, dotando de autonomía al IFE (ahora INE) y propiciando un terreno con mayores oportunidades para las fuerzas políticas.
El cambio, trascendente, sin duda, condujo a que el PRI perdiera la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados, que la Ciudad de México fuera gobernada por el PRD en 1997 y en el año 2000, a la primera alternancia en la presidencia de la República, con el triunfo del PAN.
Un contraste, por demás importante, ante el tsunami que desató el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador con las iniciativas que anunció desde febrero del 2024 y que se han ido aprobando una a una.
El doctor Zedillo afirma que “confiaba en que cualquier nueva reforma reforzaría nuestra democracia hasta convertirla en sólida e irreversible, y que siempre se respetaría la legalidad.”
Esto ya no fue así, y reprocha a “los factores reales de poder” a los que ve muy callados, quizá porque piensan que lo que está ocurriendo los puede favorecer. A ellos, el exmandatario, les pronostica que se van a llevar una sorpresa y nada agradable.
¿Qué queda? ¿Qué se puede hacer? Por lo pronto la denuncia, “hay que dar esa batalla deliberando, denunciando, discutiendo, explicando”, lo que recuerda, y no deja de ser paradójico, aquel sabio consejo del dirigente del PMS, Eduardo Valle, exdirigente del movimiento estudiantil de 1968, cuando sostenía, en 1988, que “nos podrán ganar con votos en el Congreso, pero no en argumentos ni en ideas”.
Ahora, ante la cerrazón, queda la posibilidad de rendir testimonio, como hace el propio doctor Zedillo.
Sobre el autor:
Twitter: @jandradej
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
Sigue la información sobre los negocios y la actualidad en Forbes México