“En contra de la ciencia”: el gobierno de EE.UU. busca cambiar la forma de probar las vacunas y desata una ola de críticas
La posible modificación, esbozada por Kennedy en una declaración, obligaría a todos los sueros nuevos a pasar por un testeo contra placebo; preocupación entre los médicos y los sanitaristas

WASHINGTON.- Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, pretende cambiar la forma en que se prueban las vacunas. Según la Secretaría a su cargo, esa medida aumentará la transparencia del proceso, pero los expertos médicos temen que, dependiendo de cómo se implemente, pueda limitar el acceso a las vacunas y socavar la confianza pública en la inmunización.
El posible cambio fue esbozado en un comunicado y señala que todas las nuevas vacunas deberán someterse a pruebas de placebo, un procedimiento en el que algunas personas reciben la vacuna y otras, una sustancia inerte, como una inyección de solución salina, para luego comparar los resultados.
“Para su aprobación, todas las nuevas vacunas deberán ser sometidas a pruebas de seguridad en ensayos controlados con placebo, lo que supone un cambio radical respecto a las prácticas anteriores”, le dijo un vocero de la Secretaría de Salud y Servicios Humanos (HHS) a The Washington Post en respuesta a preguntas sobre los comentarios de Kennedy sobre las vacunas contra el sarampión y la política de vacunación en general.
Las vacunas contra nuevos patógenos suelen probarse de esa manera. Sin embargo, en el caso de enfermedades ya muy investigadas, como el sarampión y la polio, los expertos en salud pública aseguran que no tiene mucho sentido volver a hacerlo y que hasta puede ser poco ético, ya que el grupo placebo no recibiría una aplicación de eficacia comprobada contra la enfermedad. La HHS no aclaró cómo se implementará el cambio ni a qué vacunas se aplicarán las pruebas, y tampoco definió qué entendía por “nueva vacuna”. Sin embargo, el gobierno señaló que no se aplicaría a la vacuna contra la gripe, que se actualiza anualmente y que según la HHS “ha sido probada y corroborada durante más de 80 años”. En respuesta a consultas sobre si se volverían a hacer ensayos con vacunas cuya seguridad ya estaba comprobado, la HHS se centró en su preocupación por las vacunas contra el coronavirus, pero no respondió respecto a otras inmunizaciones.
Kennedy menosprecia las vacunas desde hace tiempo, afirmando en repetidas ocasiones que no se han comprobado adecuadamente que sean seguras, y ya anteriormente había reclamado pruebas con placebo para las vacunas aprobadas.
“El secretario Kennedy no está en contra de las vacunas: está a favor de la seguridad, la transparencia y la rendición de cuentas”, declaró la HHS en un comunicado.
Inquietud
La declaración del HHS generó preocupación entre los expertos médicos y sanitaristas, que señalan que la medida puede marcar un cambio significativo en la forma en que Estados Unidos garantiza que las vacunas sean seguras desde hace décadas, además de poner en duda la seguridad, la eficacia y la importancia de la vacunación para la salud pública en general. Además, este posible cambio llega justo cuando la confianza pública en las vacunas sigue disminuyendo, en medio de un creciente brote de sarampión, y con la preocupación por los mensajes contradictorios de Kennedy sobre la vacunación en general.
Los expertos médicos y de salud pública también dicen estar consternados por el cambio en las pruebas, que podría obligar a que las vacunas contra el coronavirus, y potencialmente otras, sean sometidas a estudios costosos y en su opinión innecesarios, que probablemente limitarían la producción y el acceso de la gente a las vacunas, y expondrían a más norteamericanos al riesgo de enfermedades prevenibles.
“Estamos presenciando el gradual desmantelamiento de la infraestructura de vacunas de este país”, dispara Paul Offit, director del Centro de Educación sobre Vacunas del Hospital Infantil de Filadelfia. “Y el objetivo es claro: reducir la disponibilidad y aumentar el precio de las vacunas”.
Incertidumbre
En las últimas semanas, el gobierno de Trump generó incertidumbre sobre la aprobación anual de la vacuna actualizada contra el coronavirus, que tradicionalmente se ofrece en el otoño boreal, diciendo que podría ser necesario “contar con más datos”.
“Excepto la vacuna contra el Covid-19, ninguna de las vacunas del calendario de vacunación infantil recomendado por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) fue probada contra un placebo inerte, lo que significa que sabemos muy poco sobre el real perfil de riesgo de esos productos”, dice la HHS en su comunicado.
Los inmunólogos y expertos en vacunas afirman que el comunicado de la HHS es un combo de desinformación y de exageración o tergiversación de estudios científicos.
“Hacer una declaración tan general como esa va directamente en contra de la ciencia”, apuntó Sean O’Leary, médico pediátrico especializado en enfermedades infecciosas y presidente del comité de enfermedades infecciosas de la Academia Nacional de Pediatría de Estados Unidos.
La decisión se tomó después de que esta semana, durante una entrevista con Phil McGraw, conocido como el Dr. Phil, Kennedy instara a los padres a “investigar por su cuenta” y afirmara una de sus principales prioridades era “garantizar de que las vacunas sean seguras”.
Desde que Kennedy asumió como secretario de la HHS, su cartera ha designado a un escéptico de las vacunas para investigar la científicamente desacreditada relación entre la vacunación y el autismo. Peter Marks, el principal regulador de vacunas del país, tuvo que renunciar bajo presión. Y en medio de un brote de sarampión en todo el país, Kennedy no se ha pronunciado con la misma firmeza a favor de la vacunación en curso como lo hizo el primer gobierno de Trump.
El comunicado de la HHS y otras declaraciones de Kennedy sembrando dudas sobre la seguridad de las vacunas forman parte de su prolongado esfuerzo por socavar la confianza de la gente en la vacunación en general, afirmó David Gorski, profesor de cirugía y oncología de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Wayne y editor en jefe de Science-Based Medicine, una publicación científica dedicada a desmentir la información falsa en el ámbito médico.
“Ahora, en vez de decirlo un activista antivacunas cualquiera, lo dicen el gobierno federal, la HHS y la FDA. Eso influye”, dice Gorski.
“Socava la transparencia real”
A pesar de que las vacunas se controlan de forma continua y rigurosa, ya anteriormente Kennedy ha afirmado que los estudios de pruebas de vacunas no son lo suficientemente largos como para detectar posibles problemas de seguridad.
“Muchos de los problemas derivados de los fármacos son autoinmunes, alérgicos y del desarrollo neurológico, que tienen horizontes diagnósticos o periodos de incubación largos, por lo que se puede realizar el estudio, pero los daños no se observarán durante cinco años”, declaró Kennedy en una entrevista de 2021. Esperar para realizar un estudio plurianual, como sugirió Kennedy, retrasaría el desarrollo y la comercialización de las vacunas. Ahora, como director de la HHS, Kennedy ha declarado que desea restablecer la ciencia de referencia en las agencias federales de salud y analizar los datos.
“El HHS está elaborando sistemas de vigilancia que medirán con precisión los riesgos y beneficios de las vacunas, porque la ciencia real exige transparencia y rendición de cuentas”, declaró un vocero de la HHS a The Post.
Los expertos médicos descartan la idea de que se necesite un nuevo sistema, y afirman que el actual rastrea adecuadamente los eventos adversos asociados con las vacunas.
“Afirmar que las vacunas tienen riesgos que los datos no muestran o intentar exagerar los riesgos de las vacunas no es transparencia”, apunta Dorit Reiss, profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de California en San Francisco, que se encarga del seguimiento de la legislación sobre vacunas en materia de salud pública. “Eso es desinformación, y socava la transparencia real y el consentimiento informado”.
Por Lauren Weber, Rachel Roubein, Lena H. Sun y Carolyn Y. Johnson
(Traducción de Jaime Arrambide)