Trump dice no saber si tiene que acatar la Constitución de EE.UU.

En unas declaraciones incendiarias durante una entrevista televisiva, el presidente Donald Trump ha puesto en duda principios constitucionales básicos, ha amenazado a Europa con una invasión militar de Groenlandia y ha defendido su derecho a perpetuarse con la posibilidad de un tercer mandato, que de momento es inconstitucional. Consultado sobre si tanto ciudadanos como no ciudadanos tienen derecho a las garantías judiciales más esenciales que ofrece la Constitución Trump respondió: «No soy abogado. No lo sé», evitando comprometerse con una garantía fundamental del sistema legal estadounidense. Además, aseguró que es «altamente improbable» que se necesite el uso de la fuerza para convertir a Canadá en el «estado 51», aunque dejó abierta la puerta a una posible a nexión del territorio danés de Groenlandia «por razones de seguridad nacional». Sobre la economía, rechazó cualquier responsabilidad por la reciente contracción del PIB, culpó a su antecesor Joe Biden y minimizó el impacto de sus políticas arancelarias al declarar: «Las niñas no necesitan 30 muñecas. Pueden tener tres». Por último, aunque dijo que no está «buscando» un tercer mandato, afirmó que existe «apoyo considerable» y deslizó que «hay métodos» para lograrlo, desafiando lo que dice la Enmienda 22 de la Constitución. Lo más llamativo, Trump evitó comprometerse claramente con su obligación de respetar la Constitución. En la entrevista en el programa 'Meet the Press' en la cadena NBC, emitida este domingo, cuando la periodista Kristen Welker le preguntó si su trabajo no es defender una aplicación adecuada de la Constitución, el presidente dijo, llanamente: «No lo sé». En lugar de afirmar que su trabajo como presidente incluye defender los derechos constitucionales, delegó la responsabilidad en sus abogados: «Tengo abogados brillantes… y ellos obviamente van a seguir lo que dijo el Tribunal Supremo». Esa respuesta es controvertida, ya que el juramento presidencial incluye «preservar, proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos», algo que Trump no reafirmó explícitamente en sus declaraciones, a pesar de haber hecho la juramentación. Sobre la economía, Trump reconoció que Estados Unidos atraviesa un «periodo de transición» y minimizó los efectos de la contracción del PIB en el primer trimestre del año, atribuida en parte a sus aranceles. «Vamos a tener el mayor auge económico de la historia», aseguró, y aunque dijo asumir la responsabilidad final, también culpó a su antecesor: «Las partes buenas son la economía de Trump, las malas son la economía de Biden». Uno de los momentos más comentados de la entrevista, fue cuando Trump justificó los posibles efectos de la inflación y las restricciones al consumo con un ejemplo provocador: «No creo que una niña preciosa de once años necesite tener 30 muñecas. Puede tener tres o cuatro». Añadió: «Los niños no necesitan tener 250 lápices. Pueden tener cinco». Afirmó que estos ajustes serían aceptables a cambio de una balanza comercial más favorable con China: «Los aranceles nos van a hacer ricos». Esta idea de una economía donde los consumidores «pueden tener menos» contrasta con el discurso habitual sobre crecimiento y prosperidad de todos los presidentes en campaña, incluido el propio Trump, y refleja una postura poco común en un mandatario estadounidense ante señales de enfriamiento económico. Uno de los factores clave en la retirada de los aranceles recíprocos anunciados en abril fue una serie de conversaciones con los máximos directivos de grandes cadenas de supermercados estadounidenses que le advirtieron de que pronto comenzarían a escasear bienes en sus grandes superficies. Trump cedió con casi todos, pero no con China. Los aranceles a ese país siguen siendo del 145%, y el régimen comunista no ha pestañeado, no ha cedido ni un milímetro ante las exigencias de Trump. Esos aranceles son los que más pueden influir en la venta de productos como juguetes o material escolar a que el presidente se refería en la entrevista. Con Canadá, Trump ha rebajado el tono notablemente, y ya no propone una invasión militar. El nuevo primer ministro de ese país, Mark Carney , se dispone a visitarlo en la Casa Blanca este martes. Como antesala de esa bilateral, Trump dijo: «No necesitamos sus coches, ni su madera, ni su energía. Ellos nos necesitan a nosotros, pero nosotros a ellos, no». Aunque aseguró que el uso de la fuerza militar es «altamente improbable» en el caso canadiense, dejó abierta la puerta a una intervención en Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca, alegando razones de «seguridad internacional». «Necesitamos Groenlandia con urgencia», dijo Trump, antes de añadir que sus habitantes «serán bien cuidados».

May 4, 2025 - 21:25
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Trump dice no saber si tiene que acatar la Constitución de EE.UU.
En unas declaraciones incendiarias durante una entrevista televisiva, el presidente Donald Trump ha puesto en duda principios constitucionales básicos, ha amenazado a Europa con una invasión militar de Groenlandia y ha defendido su derecho a perpetuarse con la posibilidad de un tercer mandato, que de momento es inconstitucional. Consultado sobre si tanto ciudadanos como no ciudadanos tienen derecho a las garantías judiciales más esenciales que ofrece la Constitución Trump respondió: «No soy abogado. No lo sé», evitando comprometerse con una garantía fundamental del sistema legal estadounidense. Además, aseguró que es «altamente improbable» que se necesite el uso de la fuerza para convertir a Canadá en el «estado 51», aunque dejó abierta la puerta a una posible a nexión del territorio danés de Groenlandia «por razones de seguridad nacional». Sobre la economía, rechazó cualquier responsabilidad por la reciente contracción del PIB, culpó a su antecesor Joe Biden y minimizó el impacto de sus políticas arancelarias al declarar: «Las niñas no necesitan 30 muñecas. Pueden tener tres». Por último, aunque dijo que no está «buscando» un tercer mandato, afirmó que existe «apoyo considerable» y deslizó que «hay métodos» para lograrlo, desafiando lo que dice la Enmienda 22 de la Constitución. Lo más llamativo, Trump evitó comprometerse claramente con su obligación de respetar la Constitución. En la entrevista en el programa 'Meet the Press' en la cadena NBC, emitida este domingo, cuando la periodista Kristen Welker le preguntó si su trabajo no es defender una aplicación adecuada de la Constitución, el presidente dijo, llanamente: «No lo sé». En lugar de afirmar que su trabajo como presidente incluye defender los derechos constitucionales, delegó la responsabilidad en sus abogados: «Tengo abogados brillantes… y ellos obviamente van a seguir lo que dijo el Tribunal Supremo». Esa respuesta es controvertida, ya que el juramento presidencial incluye «preservar, proteger y defender la Constitución de los Estados Unidos», algo que Trump no reafirmó explícitamente en sus declaraciones, a pesar de haber hecho la juramentación. Sobre la economía, Trump reconoció que Estados Unidos atraviesa un «periodo de transición» y minimizó los efectos de la contracción del PIB en el primer trimestre del año, atribuida en parte a sus aranceles. «Vamos a tener el mayor auge económico de la historia», aseguró, y aunque dijo asumir la responsabilidad final, también culpó a su antecesor: «Las partes buenas son la economía de Trump, las malas son la economía de Biden». Uno de los momentos más comentados de la entrevista, fue cuando Trump justificó los posibles efectos de la inflación y las restricciones al consumo con un ejemplo provocador: «No creo que una niña preciosa de once años necesite tener 30 muñecas. Puede tener tres o cuatro». Añadió: «Los niños no necesitan tener 250 lápices. Pueden tener cinco». Afirmó que estos ajustes serían aceptables a cambio de una balanza comercial más favorable con China: «Los aranceles nos van a hacer ricos». Esta idea de una economía donde los consumidores «pueden tener menos» contrasta con el discurso habitual sobre crecimiento y prosperidad de todos los presidentes en campaña, incluido el propio Trump, y refleja una postura poco común en un mandatario estadounidense ante señales de enfriamiento económico. Uno de los factores clave en la retirada de los aranceles recíprocos anunciados en abril fue una serie de conversaciones con los máximos directivos de grandes cadenas de supermercados estadounidenses que le advirtieron de que pronto comenzarían a escasear bienes en sus grandes superficies. Trump cedió con casi todos, pero no con China. Los aranceles a ese país siguen siendo del 145%, y el régimen comunista no ha pestañeado, no ha cedido ni un milímetro ante las exigencias de Trump. Esos aranceles son los que más pueden influir en la venta de productos como juguetes o material escolar a que el presidente se refería en la entrevista. Con Canadá, Trump ha rebajado el tono notablemente, y ya no propone una invasión militar. El nuevo primer ministro de ese país, Mark Carney , se dispone a visitarlo en la Casa Blanca este martes. Como antesala de esa bilateral, Trump dijo: «No necesitamos sus coches, ni su madera, ni su energía. Ellos nos necesitan a nosotros, pero nosotros a ellos, no». Aunque aseguró que el uso de la fuerza militar es «altamente improbable» en el caso canadiense, dejó abierta la puerta a una intervención en Groenlandia, territorio autónomo de Dinamarca, alegando razones de «seguridad internacional». «Necesitamos Groenlandia con urgencia», dijo Trump, antes de añadir que sus habitantes «serán bien cuidados».