Recuerda David G. Torres al crítico Robert Nickas (les une, además de su actividad profesional, su pasión por el punk ) cuando escribe «toda muestra colectiva comisariada con sentimiento es un retrato del curador, no de los artistas. Los artistas son simplemente los accidentes, las ocasiones». Normal que se pillara un rebote Robert Morris y le dijera que nanai a Harald Szeemann a participar en su Documenta 5. Viene a colación este gurú del comisariado porque es uno de los primeros a los que menciona David G. Torres en el que es su ensayo más reciente: un texto de más de 400 páginas en las que intentar fijar las premisas que singularizan la labor del comisario de exposiciones (‘ curador’,...
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