El átomo no es "facha" para Macron: Francia da otro impulso a su programa energético nuclear

Emmanuel Macron apuesta sin complejos por una energía que convierte a su país en una potencia mundial

May 4, 2025 - 05:44
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El átomo no es "facha" para Macron: Francia da otro impulso a su programa energético nuclear

Francia no apaga la ambición de aumentar su poder nuclear para convertirlo en uno de los pilares básicos de su futura soberanía energética. Nuestro vecino del norte cuenta ya con 18 centrales nucleares y 57 reactores, a los que va a sumar seis nuevos de gran potencia que serán operativos en 2038. Emmanuel Macron apuesta sin complejos por una energía que convierte a su país en una potencia mundial no solo envidiada, sino también clave en el funcionamiento de la red eléctrica europea. Emmanuel Macron no considera “facha” al átomo y mucho menos sería capaz de lanzarse a criticar la energía nuclear. Al presidente francés, después de un primer mandato lastrado por las dudas y la herencia “ecologista” envenenada de su predecesor, el socialista François Hollande, decidió en febrero de 2022 “retomar el hilo de la gran aventura nuclear francesa”. Hollande, a su vez, había seguido los pasos de otro socialista, esta vez primer ministro, que se dejó llevar a finales de los 90 por la corriente “verde”, que ocupaba algún sillón en su gabinete de “la izquierda plural”. Hollande, ya con todo el poder en sus manos, compuso otro gobierno “Frankestein” barnizado de verde y sensible al “gretinismo” ambiental alentado por una desquiciada adolescente sueca. El presidente socialista mandó clausurar una central nuclear que estaba en pleno funcionamiento y cuyo cierre ha supuesto un gasto de 23.000 miles de millones de euros.

80.000 millones en seis reactores más y asegurar el uranio

El pasado mes de marzo, Macron reunió al Consejo Político Nuclear de su país para estudiar, entre otros puntos, la financiación de su ambicioso programa. Los seis futuros reactores de gran potencia EPR2 costarán en torno a 80.000 millones de euros. El Estado se hará cargo de la mitad de los costes de producción. El precio estimado del megavatio/hora será de 100 euros. Si el precio en el mercado es inferior al propuesto, el Estado compensará a la empresa “EDF” (Electricidad de Francia); si es más alto, EDF devolverá al Estado el superávit. (EDF obtuvo en 2024 un beneficio neto de 11.000 millones de euros, un 14% más que el año anterior). Este sistema de ayuda pública ya fue aprobado en abril de 2024 por la Unión Europea y es el que prevé utilizar también la República Checa para el desarrollo de sus de reactores nucleares.

En el plan de relanzamiento nuclear francés también se incluye asegurar el aprovisionamiento de uranio, cuya responsabilidad corresponde a la empresa “Orano”, que hoy tiene acuerdos con Canadá, Níger y Kazajistán y que explora extender la importación desde Uzbekistán y Mongolia. Una oportunidad perdida para España – otra más- aunque una de nuestras especialistas, Sara Aagesen, responsable de la transición ecológica hacia lo desconocido, asegure que “España no tiene uranio, pero sí sol y viento”, a lo que se podría añadirse “sangría y paella” para poder convertirlo en un cutre reclamo turístico para jóvenes turistas alcoholizados de Birmingham.

La vicepresidenta tercera desconoce o silencia que "La Ley de Cambio Climático», puesta en vigor en 2021, provocó la muerte de la industria del uranio en España al prohibir la concesión de nuevos permisos para la exploración y explotación de minerales radiactivos. España llegó a extraer de su suelo 5.236 toneladas de uranio entre dos minas, que supusieron el 25% de las necesidades totales de combustible de las centrales españolas. La de Salamanca, abierta en 1957, produjo hasta su cierre en 2000 entre 200 y 300 toneladas al año. La de La Haba (Badajoz), operativa desde 1966 a 1990, produjo unas 30 toneladas al año, según recoge el libro “La historia del uranio de España”. Sector considerado estratégico en la etapa franquista, no podía tener futuro en la era “ecolosanchista”.

Volviendo a Francia, hay que añadir al plan de Macron una ayuda del Banco Europeo de Inversiones - que preside Nadia Calviño - de 400 millones de euros para la extensión de la fábrica de enriquecimiento de uranio de Tricastin, centra nuclear con cuatro reactores situada en el Sur del país. El Consejo Nuclear francés invita a los tres pilares del sector energético - EDF, Orano y Framatome – a relanzar también la investigación sobre reactores de neutrones rápidos, reactores de 4ª generación que permitirán evitar la importación de uranio natural. Asimismo, en su plan “Francia 2030” (nada que ver con la agenda coloreada de la ONU) París apoya proyectos de construcción de pequeños reactores, obra de empresas jóvenes (“start up”), que tiene una dotación publica de 1.200 millones.

Ser el número uno de la energía nuclear civil en el mundo no significa que Francia desdeñe las energías renovables. El pasado lunes, el primer ministro, François Bayrou, presentó en la Asamblea Nacional el proyecto de “Programación plurianual de la energía” (PPE), pensado para los diez próximos años y que quiere plasmar “la soberanía energética de Francia”.

En ese plan, el jefe extremo-centrista jefe de gobierno propone reducir del 60% actual a 42% en 2035 de la energía fósil, doblar la capacidad eólica terrestre y multiplicar por cuatro la solar. Pero, eso sí, respetando y aumentando la fuerza nuclear y renunciando a la idea de cerrar algún reactor. Por supuesto, la PPE recibió la crítica de los que consideran que hay que reducir la energía atómica, de aquellos que quieren aumentarla, de quienes estiman que la eólica destruye territorios, incluido el marino, y de otros que denuncian la extensión de los paneles solares.

Francia, controlador de apagones en Europa

La carrera al desarrollo de las energías renovables en Francia choca con una bajada del consumo de electricidad que representa ya un 6.5% entre 2017 y 2024. En ausencia de compromiso en un hemiciclo dividido y sin mayoría, el plan ha sido enviado “ad calendas graecas”. Bayrou sabe que se arriesga a una moción de censura en cualquier momento.

Casi una semana después del apagón que dejó a oscuras a la Península Ibérica, los especialistas franceses esperan también las conclusiones de la investigación española, aunque temen que tardarán en llegar y “podrían disgustar a muchos”. En lo que sí insisten es en el vital papel de distribución de la energía que Francia representa para todo el continente europeo. Así, aclaran, el exceso de energía solar proveniente de países como España y Alemania (menos sol, pero inundado de parques solares) les obliga a redistribuirlo de uno otro país, según el momento. Regular ese intercambio de energía no sería posible sin las centrales nucleares francesas.