Así son los 'Kingmakers', los cardenales más experimentados que tendrán gran influencia en el cónclave... aunque no todos votan
Los también llamados 'hacedores de reyes' son los más experimentados y capaces de aglutinar consensos.

Los cardenales llegados a Roma continúan este lunes las congregaciones generales, las reuniones preparativas para el cónclave al que ya este lunes se espera que pongan fecha, con el objetivo de que los purpurados localicen a un candidato y tejan alianzas para votar en la Capilla Sixtina en un cónclave que se fijará entre el 5 y el 10 de mayo para cumplir con los plazos establecidos. En esta hermética reunión solo participan los cardenales de menos de 80 años, pero antes, durante las congregaciones generales que se vienen celebrando desde la semana pasada en el Vaticano, tienen un gran peso e influencia los llamados kingmakers o 'hacedores de reyes', que son los más experimentados y capaces de influir en el voto, a pesar de que no siempre tengan derecho a voto.
De los 133 que entrarán en la Capilla Sixtina, un total de 108 -un 80%-, han sido elegidos por el papa Francisco en sus doce años de pontificado y diez consistorios, pero esto no indica que sean todos 'bergoglianos': muchos de ellos no se han visto en su vida porque llegan de lugares tan periféricos como Mongolia, Irán o Papúa Nueva Guinea y proceden de realidades muy diferentes y con ideas completamente divergentes.
Aquí entrarán en juego los llamados 'hacedores de reyes', un término que los cardenales odian "porque no estamos eligiendo a un rey", como explicó en una rueda de prensa el cardenal Reinhard Marx, de 71 años, pero es cierto que se trata, como él mismo, de los más experimentados del colegio cardenalicio y capaces de aglutinar consensos hacia un candidato.
Los cardenales de mayor edad son los más experimentados y han vivido cónclaves previos, pero si tienen más de 80 años ya no pueden participar en la reunión que tendrá lugar en la Capilla Sixtina para votar al nuevo Papa. En cambio, sí cuentan con una gran influencia en torno al voto. Los purpurados llamados 'hacedores de reyes' o kingmakers tienen gran capacidad para aglutinar los votos a favor de un favorito a nuevo pontífice.
Uno de ellos es el italiano Giovanni Battista Re, de 91 años y decano del colegio cardenalicio, que además es el encargado de organizar el cónclave, quien pronunció la homilía del funeral de Francisco y quien celebrará la misa "pro eligendo Papa", abierta a todos los fieles en la basílica de San Pedro y previa al inicio del encierro en la Capilla Sixtina.
El vicedecano, el ítalo-argentino Leonardo Sandri, de 81 años y que tampoco puede ingresar en el cónclave, también tiene un rol clave en todo el proceso previo a la votación del nuevo Papa. Otros cardenales influyentes son Angelo Bagnasco, de 82 años (en la parte superior izquierda de la cartela de arriba), o Camilo Ruini, de 94 años (en la parte inferior izquierda de la cartela de arriba), ambos referentes en la iglesia italiana. El cardenal Maradiaga (en la esquina inferior derecha de la imagen de arriba), que ya fue esencial en la elección del papa Francisco en 2013, el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo emérito de Viena, de 80 años (en la parte superior derecha de la imagen de arriba), y Marc Ouellet, que fue prefecto del Dicasterio para los Obispos y presidente de la Pontificia Comisión para América Latina de 2010 a 2023, son otros 'kingmakers' que suenan con capacidad para influir en los corrillos de susurros.
Ya en el cónclave, otros 'kingmakers' menores de 80 años que sí votarán en la Capilla Sixtina serán el español Juan José Omella, que es miembro del Consejo de Cardenales C9, y el arzobispo de Luxemburgo, el jesuita Jean-Claude Hollerich, relator del Sínodo que defiende la ordenación de mujeres, el celibato opcional y la bendición de parejas homosexuales.
Partidarios de un candidato más conservador son otros cardenales influyentes como el español Rouco Varela, el africano Robert Sarah, el estadounidense Leo Burke o el alemán Gehrard Ludwig Mueller, que empezó a calentar el cónclave afirmando que el próximo papa tendrá que volver a ver el tema de la bendición de las parejas homosexuales, su relación con el Islam y otras cuestiones doctrinales
Diferencias con el cónclave de 2013
Una de las diferencias con respecto al cónclave que hace doce años se reunió para elegir a Jorge Bergoglio es el número de cardenales electores, es decir, los que tienen menos de 80 años el día de la renuncia o de la muerte del papa, que es mucho mayor que en otras ocasiones. Si en 2013 eran 115 los cardenales electores, en 2025 son 133. Como un candidato necesita dos tercios para ser elegido: es decir, frente a los 77 votos que necesitaba hace 12 años, en esta ocasión necesitará diez más, 87.
A pesar de haber sido elegidos en su mayoría por el papa Francisco, fallecido hace una semana a los 88 años, los 133 cardenales que formarán el cónclave que elegirá a su sucesor son un grupo heterogéneo que no se conoce y sin una idea común sobre el futuro de la Iglesia. Ocho de cada diez cardenales que participan en el cónclave fueron nombrados por Francisco (108), frente a los 21 nombrados por Benedicto XVI y los 4 de Juan Pablo II.
Por grupos de edad, solo 15 cardenales tiene menos de 60 años. El más joven es el ucraniano Mykola Bychok, obispo en la ciudad australiana de Melbourne, de 45 años. 45 tienen entre 60 y 70 años y la mayoría (73) tienen entre 71 y 80. El de más edad es el español Carlos Osoro Sierra, de 79 años y cardenal arzobispo emérito de Madrid. Por lugar de procedencia, el continente más representado en el cónclave es Europa, con 49 cardenales, seguido de América, con 37; Asia, con 24; África, con 19, y Oceanía, con 4.
Corrientes del cónclave
Los diplomáticos miran hacia el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano. Son cardenales de la Curia que en estos años han podido conocer bien al 'número dos', o aquellos que han pasado por el cuerpo diplomático o exnuncios. Para ellos, Parolin sería el candidato ideal, porque se le considera capaz, moderado e incluso capaz de poner orden en situaciones complicadas.
Por otro lado, son 14 cardenales los que provienen de Estados Unidos. Aunque podrían formar un grupo único, están fuertemente divididos. Algunos se sitúan frente con Timothy Dolan, arzobispo de Nueva York, muy activo en redes sociales y que se ha mostrado en contra de la política migratoria de Donald Trump. Otros apuestan por el moderado, reservado, cardenal estadounidense Robert Francis Prevost, una de las grandes apuestas del papa Francisco, que lo designó responsable de los obispos de todo el mundo y de su comisión para Latinoamérica.
Asimismo, los moderados son un grupo que podría apostar por la continuidad de la experiencia del Sínodo, apoyando así al cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, o a Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y relator general del último sínodo sobre la sinodalidad. O Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat: español, con pasaporte sudamericano, cardenal en África y defensor del diálogo interreligioso con el Islam.
Entre los conservadores, aquellos que han criticado más o menos abiertamente el pontificado de Francisco, hay divisió entre el cardenal Wilhelm Eijk, arzobispo de Utrecht, que pidió al papa Francisco un documento sobre género, o a Peter Erdo, arzobispo de Esztergom-Budapest. Este último es un candidato que también gusta al 'frente moderado', que agrupa a todos los cardenales que no se encuentran ni en un lado ni en el otro.
Entre los más cercanos a Francisco está Luis Antonio Tagle, al que conocen como el "Francisco filipino" entre los favoritos para convertirse en el nuevo papa. Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y con posiciones muy parecidas a las de Jorge Bergolio respecto a los homosexuales.
El cardenal Matteo Zuppi, el presidente de la Conferencia Episcopal italiana que fue el enviado del papa para mediar en la guerra en Ucrania, cuenta con experiencia en la resolución de conflictos como Mozambique, Burundi o Guatemala y con gran atención a los desfavorecidos, en línea con el pontificado de Francisco.
En cuanto a los 55 electores italianos que participarán en el cónclave, será muy difícil poner de acuerdo a cada uno de una corriente diferente. Pero lo que se respira en los medios italianos en estos días es una verdadera campaña para que el próximo papa sea italiano después de tres pontífices extranjeros. Sus apuestas son Zuppi, Parolin y Pizzabala, el patriarca de Jerusalén con una visión internacional, pero nacido en la norteña Bergamo.