Todo el mundo pendiente del Vaticano

Es un vaticanismo sobrevenido en quienes niegan a la Iglesia virtud alguna

May 9, 2025 - 15:20
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Todo el mundo pendiente del Vaticano

No deja de ser paradójico que en un mundo tan secularizado, tan descreído y tan woke las miradas de todos se centren en lo que está sucediendo en el cónclave del que ha de surgir el nuevo Papa. Conocidos tertulianos de izquierda hablan, opinan y pontifican, nunca mejor dicho, acerca de quién tiene más pasibilidades. Es un vaticanismo sobrevenido en quienes niegan a la Iglesia virtud alguna que no deja de sorprenderme. Lo suyo sería que mirasen de pasada lo que sucede entre esos muros impenetrables al ojo humano porque para lo zurdo, lo woke, el catolicismo y la figura de Jesús deberían ser meras notas a pie de página. Ellos abogan por una religión nueva – Soros dixit – que no contiene el menor ápice de misterio, lo que es equivalente a decir que no tiene grandeza.

En esta sociedad que pretenden convertir en ajena al concepto de la divinidad y la trascendencia que ofrece el catolicismo, sin embargo, se sigue la elección de quien ha de ser quien se calce las sandalias del pescador y prosiga la obra gigantesca que asumió sobre sus hombros Pedro. Tu est Petrus, se le dice al nuevo Santo Padre, y ahí radica el mensaje profundo que representa la continuidad de la figura papal a lo largo de los siglos.

Muchos hablarán de la historia de los papas, de lo que hizo este o aquel, de la maldad de algunos, de la hipocresía de otros y se remontarán a los libros de historia para justificar su animadversión hacia lo católico. Pero no mencionarán la obra espiritual, intelectual, social, humanísima al fin y a la postre, de eso que ellos desprecian. La iglesia, con todos sus defectos y virtudes, se ha perpetuado a lo largo de dos mil años como referencia de fe para aquellos que buscan la iluminación y ahí es donde se estrellan quienes, muy a su pesar, siguen fascinados la peripecia del Cónclave sin percatarse de la incoherencia que eso supone con su credo relativista.

Toda esa pléyade de sabios de salón opinando acerca de conspiraciones cardenalicias, de politiqueos entre la Curia, de intereses oscuros y siniestros. Señores, eso es el Mundo

Es el eterno problema de siempre: o se cree en Dios o no se cree. Punto. Las medias creencias, las medias apostasías o ese estúpido “yo no sé en lo que creo, pero creo en algo” se acaban cuando estamos a punto de entrar en un quirófano y decimos “Dios mío, ayúdame”. Créanme, he pasado por las suficientes intervenciones quirúrgicas como para saber que Dios y tu madre son los últimos recursos a los que acudes en busca de auxilio cuando las cosas pinta bastos. De ahí que me pique la curiosidad al ver a toda esa pléyade de sabios de salón opinando acerca de conspiraciones cardenalicias, de politiqueos entre la Curia, de intereses oscuros y siniestros. Señores, eso es el Mundo y el ser humano siempre será débil por lo cual no sería extraño que tales cosas pudiesen suceder más o menos, pero esto no es una serie de Netflix. Esto es otra cosa.