'Home market', el negocio en auge que vacía casas ajenas de forma exprés: "Se vende todo, una vez hasta los dientes del propietario"

"Se ha hecho muy viral" en redes, llegando a crecer "un 60%" en el último año, detallan los gerentes.

May 4, 2025 - 07:51
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'Home market', el negocio en auge que vacía casas ajenas de forma exprés: "Se vende todo, una vez hasta los dientes del propietario"

Grandes cuadros presidiendo el salón, armarios repletos de ropa de vestir, exitosas novelas copando estanterías o decenas de figuritas de porcelana adornando el salón. Así luce el interior de un chalet de La Moraleja (Madrid) a pocos minutos de convertirse en el escenario de un home market, un singular 'mercadillo' de segunda mano que convierte la vivienda en una tienda exprés durante un fin de semana. Todo está en venta, listo para tentar a la suerte en búsqueda de un nuevo dueño, mientras a escasos metros, en la entrada de la urbanización, decenas de curiosos ya esperan con impaciencia a que abra sus puertas. Aún queda media hora para que empiece el 'juego', pero las innumerables miradas al tic tac del reloj no paran de sucederse. El 'baile' está a punto de empezar.

Pero ¿por qué deshacerse de todo lo que hay en una vivienda? "Este negocio responde a una necesidad que se lleva viendo desde hace años. La gente necesita vaciar sus casas de forma rápida cuando hay una mudanza, un fallecimiento o una herencia familiar", explica a 20minutos Palmira González del Campo, directora de gestión de negocio de La Moraleja Home Market (LMHM), encargada del evento.

"Ayudamos a que la gente vacíe la vivienda y, además, otras personas pueden darle una segunda vida a todo lo que hay en ella", comenta mientras ella y sus ocho compañeros ultiman los detalles antes del comienzo del primero de los tres días de 'puertas abiertas'.

Se trata de un novedoso negocio que "se ha hecho muy viral" a través de redes sociales, llegando a crecer "un 60%" aproximadamente en el último año, reconoce Gonzalo López-Van Dam, gerente de la inmobiliaria Promora y socio de la empresa organizadora. Estos markets, además, dejan tras de sí transacciones tan sorprendentes como peculiares. "Una vez llegamos a vender los dientes del propietario", comenta entre risas José Antonio Ibarra, dueño de La Decó Antigüedades, compañía del sector asentada en Gran Canaria.

Un ritmo frenético

Los primeros visitantes atraviesan el jardín y empiezan a desfilar escaleras arriba en busca de ofertas y chollos. Con las manos llenas de bolsas en las que cargar sus compras, y los ojos abiertos como platos, inspeccionan todo lo que encuentran a su paso tratando de aprovechar los primeros segundos de tranquilidad que brinda el inicio del 'mercadillo'.

Instantes después, en el salón de la vivienda ya no cabe un alfiler. El ritmo es frenético. Vajillas para arriba, menaje de cocina para abajo, movimiento de sillas, lámparas analizadas al milímetro... La casa solo tiene una planta y no es para nada una mansión, pero hasta el rincón más recóndito es objeto de miradas críticas y juicios.

"Creo que esta americana puede ser de mi talla", afirma una mujer en una de las habitaciones, mientras otro usuario se sube en un pequeño taburete para ojear los libros (todos a dos euros) de la balda más alta de una estantería. De la habitación contigua sale una mujer con varias maletas. Con prisa recorre el pasillo de la vivienda y cruza el salón, aunque ya es demasiado tarde.

La cola para pagar llega hasta la puerta de entrada y las tres mujeres de la organización encargadas de cobrar no dan abasto. Mientras consultan los precios en sus ordenadores, hacen caja de todo lo que se vende y responden a todo tipo de preguntas. "¿Puedo dejar esto aquí hasta que pague para no cargar con ello?", le preguntan a una de ellas. El ajetreo se apodera de los presentes.

Los usuarios, encantados

Gracias a este tipo de negocio, algunas frases como 'qué sofá más mono' o 'qué bien quedaría este espejo en mi habitación' han dejado de ser una utopía para convertirse en una realidad. Y si no, que le pregunten a Armando. Sonriente, y apenas 10 minutos después de haber entrado en la casa, deja atrás el trajín y se fuma un cigarro en la terraza mientras disfruta de la satisfacción de haber encontrado lo que quería.

"Venía buscando ropa, porque suele ser muy barata. Me he comprado por 30 euros una cazadora que nueva valdría 200. Y está perfecta", asevera feliz. "Yo he venido cientos de veces desde hace poco más de dos años y es que me he aficionado. Vas picando, vas picando y al final te dejas una pasta", comenta entre carcajadas.

A escasos metros de él, Alberto cruza la puerta de entrada. "Ya hemos encontrado cosas y solo llevamos 15 minutos", advierte con alegría mientras le dicta a una de las organizadoras el número de referencia del sofá de jardín que acaba de comprar. "Es la segunda vez que vengo a algo así y estoy muy contento. Hay cosas muy baratas que en tiendas te cuestan mucho más caras", defiende.

Y es que uno de los grandes atractivos de estos 'mercadillos' son los asequibles precios de sus artículos, teniendo en cuenta el buen estado que presentan. Camisas de vestir por 10 euros, maletas de diversos tamaños por no más de 15... Sin embargo, también hay lugar para sorpresas negativas. "¿15 euros por cada plato?", se pregunta en voz alta una mujer mientras ojea una vajilla reluciente expuesta en la mesa de centro del salón. Su cara de incredulidad no deja lugar a dudas.

En la puerta del jardín, las luces de marcha atrás de un coche se apagan. Los dos primeros afortunados en entrar a la casa ya se van, pero antes empacan con cuidado sus compras. Con cautela juegan al tetris con los cuadros y figuras que han comprado para no dañar nada. A su lado, varias personas ya hacen cola para acceder a la vivienda en el segundo turno de visitas.

Controlando el acceso, Juan López-van Dam, encargado de marketing y redes de LMHM, hace balance del inicio del 'mercadillo': "Han venido muchas personas, el aforo está completo y la gente está yendo a por todas". A pesar de que cree que "los visitantes irán más calmados en las siguientes horas", vaticina que el evento, como viene siendo habitual, será un éxito rotundo: "Yo creo que el domingo (último día de 'puertas abiertas') la casa va a quedar vacía y sin nada que falte por vender".

"El domingo la casa va a quedar vacía y sin nada que falte por vender"

Lo mejor, "darle una segunda vida a las cosas"

Aunque algunos usuarios lamentan no haber encontrado lo que querían, destacan lo más positivo de estos eventos. "Lo mejor es poder darle una segunda vida a las cosas. Es muy útil hacerlo sin tener que pasar por intermediarios", afirma Nuria, aunque con un gesto de contrariedad dibujado su rostro: "Quería unas cosas para el jardín, pero está todo vendido".

Con ella coincide Natalia. "Es igual que los anticuarios, pero 10 veces más barato. Además, no te tienes que dar la vuelta al mundo para buscar algo", reconoce con una sonrisa de oreja a oreja que la delata: "Me he comprado unas butacas". A pesar de haber participado en varios eventos de este tipo, no deja de asombrarse con lo que puede llegar a encontrar en algunos domicilios ajenos: "Lo que más me sorprende es cómo vive la gente, su modo de vida".

"Hay que estar abierto a lo que se pueda encontrar", aclara también Charo, otra veterana de estos eventos. "Yo algunas veces me he topado con algunas cosas un poco raras, como objetos de caza o cabezas de animales disecados", explica con un soplido de incredulidad. No obstante, y a pesar de aspectos como este, cree "que es un negocio floreciente que facilita la venta", por lo que seguirá apuntándose a compras como estas.

Se vende "absolutamente todo"

Esta alegría de los usuarios, no obstante, no es una rara avis: las empresas del sector funcionan muy bien. "Se vende absolutamente todo, incluso algunas cosas que ni siquiera están catalogadas, como ha pasado otras veces con las cortinas del baño o fundas de los trajes", reconoce el gerente de Promora.

Tal es el auge de estas empresas que, cuando los markets se anuncian en redes, las entradas vuelan: "Las 6.000 que puede haber para un chalet independiente pueden llegar a 'venderse' en 3 minutos". Lo mismo le ocurre a Virginia López, una de las tres socias de Circular Market, otra empresa que también opera en la capital: "Durante nuestros cuatro años siempre hemos tenido una clientela, pero en el último año y medio sí que ha habido un gran crecimiento".

Dada la situación, y "debido a esta necesidad de venta", poco a poco han ido naciendo este tipo de empresas, como la de Gran Canaria. Su funcionamiento es simple. El primer paso es que los usuarios contacten con estas compañías. "Nosotros vamos a la vivienda, vemos las condiciones de habitabilidad y analizamos su contenido para ver si es rentable realizar el evento", añade Ibarra.

Una vez se verifica que esta cumple las condiciones "un equipo de especialistas va a la casa para hacer un inventario: se hace un listado de lo que hay, se tasa, se pone el precio y se coloca para su presentación", en un proceso que suele durar en torno a 10 o 15 días. Tras realizarse este trabajo previo se suele "sacar un vídeo de todo lo que hay y se sube a redes sociales para que la gente pueda ver lo que hay y decidir si van".

Después se vende todo, "absolutamente todo", tal y como ha sucedido en este chalet de Las Rozas, donde, tras el fin de semana, la vivienda ha quedado vacía, reportando un beneficio total de 17.000 euros a repartir entre la empresa y los propietarios de la vivienda, concluye Gonzalo López-van Dam.