Cuando Alejandra Herrera y su esposo Yury dejaron Caracas en busca de un futuro mejor en Estados Unidos, no imaginaron que años después serían el alma de un negocio que llevaría a sus comensales a conocer su tierra natal a través del paladar. Sin experiencia en gastronomía, fundaron “Encuentro Café”, un espacio enclavado en el casco histórico de San Diego donde combinan el sabor, los aromas y la calidez caribeña en cada plato de arepas y tequeños.

De Caracas a San Diego: la pareja que emigró a EE.UU. por la crisis de Venezuela

Alejandra y Yuri, una pareja venezolana, tomaron la difícil decisión de abandonar Caracas y emigrar a Estados Unidos en 2014. La crisis social y económica que aquejaba a su país los empujó a buscar nuevos rumbos. “Todo lo que teníamos por ofrecer como seres humanos y profesionales, no podía desarrollarse sanamente en el ambiente en el que Venezuela vive. Así que nuestra decisión personal fue optar por no truncar ese desarrollo y buscar otro ambiente más propicio fuera de nuestro país”, explicó Alejandra en una entrevista con La Patilla.

Llegaron a EE.UU. y se instalaron en San Diego, California. Alejandra, quien en su país dirigía una empresa de outsourcing, y Yury, especialista en ventas, comenzaron a pensar en fundar un negocio propio. “Siempre fuimos emprendedores”, contó la mujer.

Crear un emprendimiento gastronómico no fue su primera opción, ya que ninguno de los dos tenía experiencia en ese rubro. Sin embargo, cuando vieron la oportunidad, eso no los frenó.

Fue Alejandra, quien trabajaba para un grupo de empresas en la zona turística de San Diego, quien descubrió The Congress Café, un restaurante mexicano que los inspiró. Comenzaron a frecuentarlo y conocieron a sus dueños, Karen Abbott y Andrés Ortiz, quienes les mostraron el funcionamiento del local. “Su generosidad y apoyo fue fundamental para lograr este sueño”, reconoció la caraqueña.

Así, cuando tiempo después decidieron vender el restaurante mexicano, Alejandra y Yury aprovecharon la oportunidad. Compraron el comercio y comenzaron a darle vida a su propio proyecto: Encuentro Café.

Cómo es el Encuentro Café: aires y sabor caribeño en pleno San Diego

Alejandra y Yuri decidieron convertir su lugar, tal como su nombre lo indica, en un lugar de encuentro donde pudieran sentirse cerca de su hogar, con sus platos típicos. Sin embargo, también se propusieron difundir la comida venezolana al público californiano. Su propuesta, centrada en el brunch criollo, con comidas típicas de su país de origen, lograron enamorar tanto a locales como turistas.

Entre sus especialidades se destacan las arepas, las cachapas, los tequeños y el pabellón criollo. “Al ser tan poco conocida, incluso la arepa, nuestro propósito fue comenzar por el principio y hacer que cada vez más personas conocieran la base que constituye nuestra gastronomía”, comentó Alejandra.

Entre los platos más pedidos por sus comensales figura “El Criollo”, compuesto por carne mechada, caraotas negras, perico, arepa asada, aguacate y queso blanco.

Para conectar con el público estadounidense, incorporaron opciones como panqueques, tortillas, huevos rancheros y burritos. No obstante, la comida venezolana es todavía la estrella en cada mesa.

Cómo adaptaron los sabores venezolanos al púbico de California

Instalar un restaurante venezolano en la costa oeste no resultó tarea sencilla. Alejandra recordó que al principio casi nadie conocía platos tradicionales como las arepas. Además, enfrentaron el reto de conseguir ingredientes auténticos, por lo que tuvieron que traerlos de proveedores en Florida y Texas.

La pareja también confió que se inspiró en otros emprendimientos venezolanos en California. “Al principio tuvimos que ir a otras ciudades californianas para observar cómo otros venezolanos habían tenido éxito en esta importante misión”, señaló Alejandra.

Desde su apertura, Encuentro Café se transformó en mucho más que un restaurante. “Es un lugar donde, con la excusa de comer rico, terminas haciendo amigos y reencontrándote con tus raíces”, contó la mujer, quien definió su negocio como “un pedacito de Venezuela en San Diego".