Así vivió ElPlural.com las primeras horas de apagón en Gran Vía
La luz se fue de golpe, todos nuestros equipos se apagaron y, al asomarnos al balcón, parecía que Madrid había sido desenchufado. En la redacción de ElPlural.com, lo primero que hicimos fue bajar a la calle, y aunque ya circulaba el comunicado oficial de que se trataba de un apagón masivo en España, era un momento inusual vivirlo en el corazón de la capital madrileña. En Gran Vía, la calle estaba llena de gente que, igual que nosotros, había salido de tiendas, bares y oficinas para ver qué pasaba. Los escaparates de las tiendas recibían únicamente la luz exterior, y las icónicas pantallas de Callao, siempre encendidas, se encontaban apagadas como si ya no tuvieran nada que retransmitir. Pantallas de Gran Vía apagadas Cuando fuimos a bajar al metro, ya lo estaban desalojando. Se encontraban todos los tornos subidos para que la gente pudiera salir sin dificultad, y todas las escaleras mecánicas paradas, complicando la salida de las personas mayores. Las paradas de autobuses se empezaban a llenar en cuestión de minutos, y la gente ya comenzaba a desesperarse intentando parar un taxi y llegar a sus domicilios. El tráfico se iba volviendo una prueba de paciencia debido a que todos los semáforos estaban inhabilitados. Las autoridades comenzaban a organizar las carreteras y el limitado transporte público que se encontraba en funcionamiento cada vez se colapsaba más. A medida que avanzaba el tiempo, se escuchaban cada vez más sirenas de policías y ambulancias, lo que inquietaba a la gente, que se encontraba cada vez más desconcertada. Las calles se iban llenando, y muchas personas caminaban sin rumbo fijo, sin saber bien qué dirección tomar. En pleno 2025, no poder optar a ningún medio para comunicarse resulta casi inconcebible, y eso aumentaba aún más el desconcierto de los ciudadanos. Muchas personas intentaban avanzar por calles laterales con la esperanza de encontrar alguna señal, desesperadas por poder contactar con un amigo o familiar, para aliviar esa sensación de aislamiento que todos sentimos en algún momento durante la jornada del lunes. Sin embargo, no todos se dejaban llevar por la desesperación y el pánico que estas situaciones extraordinarias provocan. Algunos grupos optaban por enfrentar la situación con calma y creatividad, convencidos de que el apagón no se alargaría tantas horas. Un par de jóvenes con guitarras y altavoces comenzó a tocar y cantar en medio de la calle, animando a quienes pasaban con el fin de suavizar la situación. A su alrededor, otras personas se ofrecían voluntariamente para colaborar con el tráfico, ayudando a organizar el paso de peatones y vehículos en ausencia de semáforos. Los más mayores, que fueron sorprendidos por el apagón en plena calle, como en las grandes zonas concurridas de Gran Vía y Callao, recibían colaboración de gran parte de la población. Algunos servicios les ofrecían asientos para descansar, mientras que en los autobuses saturados se les cedían los pocos espacios disponibles. Súmate a Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos. hazte socio
La luz se fue de golpe, todos nuestros equipos se apagaron y, al asomarnos al balcón, parecía que Madrid había sido desenchufado. En la redacción de ElPlural.com, lo primero que hicimos fue bajar a la calle, y aunque ya circulaba el comunicado oficial de que se trataba de un apagón masivo en España, era un momento inusual vivirlo en el corazón de la capital madrileña. En Gran Vía, la calle estaba llena de gente que, igual que nosotros, había salido de tiendas, bares y oficinas para ver qué pasaba. Los escaparates de las tiendas recibían únicamente la luz exterior, y las icónicas pantallas de Callao, siempre encendidas, se encontaban apagadas como si ya no tuvieran nada que retransmitir. Pantallas de Gran Vía apagadas Cuando fuimos a bajar al metro, ya lo estaban desalojando. Se encontraban todos los tornos subidos para que la gente pudiera salir sin dificultad, y todas las escaleras mecánicas paradas, complicando la salida de las personas mayores. Las paradas de autobuses se empezaban a llenar en cuestión de minutos, y la gente ya comenzaba a desesperarse intentando parar un taxi y llegar a sus domicilios. El tráfico se iba volviendo una prueba de paciencia debido a que todos los semáforos estaban inhabilitados. Las autoridades comenzaban a organizar las carreteras y el limitado transporte público que se encontraba en funcionamiento cada vez se colapsaba más. A medida que avanzaba el tiempo, se escuchaban cada vez más sirenas de policías y ambulancias, lo que inquietaba a la gente, que se encontraba cada vez más desconcertada. Las calles se iban llenando, y muchas personas caminaban sin rumbo fijo, sin saber bien qué dirección tomar. En pleno 2025, no poder optar a ningún medio para comunicarse resulta casi inconcebible, y eso aumentaba aún más el desconcierto de los ciudadanos. Muchas personas intentaban avanzar por calles laterales con la esperanza de encontrar alguna señal, desesperadas por poder contactar con un amigo o familiar, para aliviar esa sensación de aislamiento que todos sentimos en algún momento durante la jornada del lunes. Sin embargo, no todos se dejaban llevar por la desesperación y el pánico que estas situaciones extraordinarias provocan. Algunos grupos optaban por enfrentar la situación con calma y creatividad, convencidos de que el apagón no se alargaría tantas horas. Un par de jóvenes con guitarras y altavoces comenzó a tocar y cantar en medio de la calle, animando a quienes pasaban con el fin de suavizar la situación. A su alrededor, otras personas se ofrecían voluntariamente para colaborar con el tráfico, ayudando a organizar el paso de peatones y vehículos en ausencia de semáforos. Los más mayores, que fueron sorprendidos por el apagón en plena calle, como en las grandes zonas concurridas de Gran Vía y Callao, recibían colaboración de gran parte de la población. Algunos servicios les ofrecían asientos para descansar, mientras que en los autobuses saturados se les cedían los pocos espacios disponibles. Súmate a Apoya nuestro trabajo. Navega sin publicidad. Entra a todos los contenidos. hazte socio
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