Alerta ambiental en Yucatán: tala ilegal en Sisal no se detiene
¿Sabías que en pleno 2025 sigue la tala ilegal de mangle en Yucatán? Aunque parezca increíble, en Sisal (uno de los destinos más hermosos del estado) grupos armados con machetes devastan este ecosistema protegido, sin que haya sanciones reales, y sí, hay videos que lo prueban. A pesar de las clausuras, los sellos de la […]

¿Sabías que en pleno 2025 sigue la tala ilegal de mangle en Yucatán? Aunque parezca increíble, en Sisal (uno de los destinos más hermosos del estado) grupos armados con machetes devastan este ecosistema protegido, sin que haya sanciones reales, y sí, hay videos que lo prueban. A pesar de las clausuras, los sellos de la PROFEPA y los operativos con Guardia Nacional, el ecocidio no se detiene.
La tala ilegal en Sisal no es nueva, pero sí más descarada
Desde febrero, los pobladores venían denunciando cómo el manglar botoncillo (clave para la flora y fauna del puerto) estaba siendo destruido. Y no hablamos de unos cuantos arbustos: más de 23 mil metros cuadrados fueron arrasados en una zona federal. La denuncia llegó hasta la FGR, se montaron operativos con Marina, Ejército y SSP… pero como en una escena repetida, tras unos días de calma, todo volvió a empezar.
El desarrollo inmobiliario, el verdadero depredador del ecosistema
El boom turístico tras la designación de Sisal como Pueblo Mágico en 2020 atrajo a inmobiliarias sin control. Proyectos de hoteles y fraccionamientos han talado hectáreas de manglares, dunas y selvas inundables, a menudo sin permisos. En abril, vecinos denunciaron una “impresionante deforestación” a 8.7 km de Sisal, mientras la PROFEPA clausuró tres proyectos en 2025, incluido uno en Sisal. Sin embargo, la alcaldesa de Hunucmá ha sido señalada por ofrecer lotes a quienes “limpien” terrenos. Aunque hubo acuerdos en marzo para frenar la tala y reubicar a pobladores, la devastación sigue. La lentitud burocrática y la falta de vigilancia efectiva frustran a activistas, que exigen demoliciones de obras ilegales.
#SOS| Sigue la devastación del mangle de #Sisal, #Yucatán. La alcaldesa de Hunucmá ofrece lotes de 8 por 20, a quienes “limpien” el terreno de 10 hectáreas frente al mar.@PROFEPA_Mx @GobYucatan pic.twitter.com/WUeUAfudMP
— Don Kau (@xkau) May 3, 2025
¿Por qué el mangle importa tanto?
Si crees que perder manglares es solo “cuestión de plantas”, piénsalo de nuevo. El investigador Jorge Herrera lo resume claro: los manglares son la primera línea de defensa contra tormentas e inundaciones, además de ser el hogar de miles de especies marinas y terrestres. Son esenciales para el equilibrio ecológico y también para la economía local: pesca, turismo, biodiversidad… todo depende de ellos.
Las voces locales no se callan, aunque las ignoren
Vecinos y activistas han sido hostigados por alzar la voz. Algunos reportan agresiones al documentar el daño ambiental. “No creo que no sepan que está prohibido, simplemente no les importa”, declaró Trinidad Estrada, habitante de Sisal. También organizaciones mayas han levantado la voz ante la destrucción de su territorio y la pasividad de las autoridades.
El conflicto social detrás del ecocidio
La tala ilegal en Sisal no es solo ambiental; es también social. Pobladores, frustrados por la especulación inmobiliaria, dicen que talan para reclamar tierras donde vivir, mientras extranjeros y foráneos acaparan la costa. En marzo, un operativo de la Guardia Nacional y la Marina escaló a enfrentamientos, con pobladores armados con palos y motosierras. “Queremos vivienda, no lujo,” reclaman, pero sus acciones dañan un ecosistema que los protege. Activistas mayas y vecinos como Estrada piden diálogo, pero también sanciones claras para quienes lucran con el ecocidio.
El futuro de Sisal está en juego. No se trata solo de un pueblo bonito para las fotos de Instagram, se trata de preservar un equilibrio natural que nos protege a todos. Con ecosistemas en riesgo y una comunidad dividida, Yucatán enfrenta una encrucijada. La PROFEPA y el gobierno prometen acción, pero la lentitud y la falta de sanciones alimentan el ecocidio. Sisal no solo necesita clausuras; necesita un plan que equilibre vivienda, turismo y conservación.