A la caza de un okupa por mutilar a otro en un edificio abandonado en Vallecas
La Policía busca al hombre de 25 años y con DNI español que el pasado domingo acuchilló salvajemanente a otro en un edificio abandonado del distrito de Puente de Vallecas. Justo después de la agresión, el sospechoso levantó a su novia de la cama y marcharon corriendo del lugar. Ella ha sido localizada, pero autor material está en busca y captura. Una de las hipótesis es que hubiese tomado un tren o un autobús y huyera de Madrid. El suceso ocurrió a las diez y diez de la mañana, aproximadamente. La Policía Municipal fue comisionada para ir a la calle de al cruce de la calle del Corral de Cantos con la de Palomeras, por una agresión con un machete. Se trata de un edificio abandonado, en la calle de Francisco Laguna, 38, que albergó el conocido colegio Fernán Caballero, en la zona de Entrevías. Lleva muchos años sin uso y son distintas las propuestas para reutilizarlo, desde una museo del flamenco a una casa de al cultura. De cualquier modo, ahora está tomado por okupas. Fue a uno de ellos al que los agentes se encontraron tirado en el suelo, entre Palomeras con Corral de Cantos, en la trasera del edificio principal, donde sobreviven unas canchas deportivas. Allí estaba un hombre de 52 años y oriundo de Sierra Leona. Tenía un tajo en una mano, a punto de perderla. Él mismo se había quitado su camiseta para anudársela en torno a la zona de la herida, a modo de vendaje improvisado, porque presentaba una importante hemorragia. Los agentes le practicaron un torniquete hemostático de urgencia en el brazo izquierdo para parar el sangrado masivo, mientras llegaba el Samur. Los sanitarios aparecieron rápidamente y estabilizaron a la víctima, que cada vez se sentía peor, y le trasladaron al hospital Gregorio Marañón, en estado grave. Un testigo se acercó a los policías y les explicó lo que sabía. Indicó que él también pernoctaba en el edificio abandonado, concretamente en la habitación contigua a la del presunto agresor, español pero de origen extranjero. Dijo que esa mañana, un rato antes, había escuchado gritar: «¡Te voy a matar, te mato!». Y vio al fugitivo, de piel negra, salir a la carrera con un cuchillo de grandes dimensiones y con su pareja. Escaparon, dijo, hacia la calle de la Sierra de Alcaraz. La Policía Nacional también estaba en el escenario. Subieron en el coche patrulla al testigo, quien les dijo que el otro okupa podría haber huido a la estación de Méndez Álvaro, para escapar en un autobús. Los agentes y él se trasladaron al intercambiador, pero no lograron dar con él, explican a ABC fuentes de la investigación. El informador, entonces, propuso que miraran en el mismo edificio donde había ocurrido todo. Los policías siguieron el rastro del reguero de sangre, hasta el interior del inmueble usurpado y accedieron al interior, sin éxito. Supieron entonces su identidad, que había nacido en octubre de 2000 y que cuenta con nacionalidad española. Además, cuenta con una orden de alejamiento por agresión sobre otro varón que no es al que acababa de acuchillar. Lograron dar con la novia en la calle de Peña Gorbea, el conocido como bulevar de Vallecas y donde se reúnen, entre la ciudadanía honrada, tanta gente de mal vivir. Los funcionarios hablaron con ella, que les confirmó: «Estaba durmiendo con mi pareja cuando me ha despertado y me ha dicho: '¡Vane, vámonos, corre, vamos!'». La mujer se mostró colaboradora y llamó al móvil al huido, pero este no accedió a decirle dónde se encontraba escondido.
La Policía busca al hombre de 25 años y con DNI español que el pasado domingo acuchilló salvajemanente a otro en un edificio abandonado del distrito de Puente de Vallecas. Justo después de la agresión, el sospechoso levantó a su novia de la cama y marcharon corriendo del lugar. Ella ha sido localizada, pero autor material está en busca y captura. Una de las hipótesis es que hubiese tomado un tren o un autobús y huyera de Madrid. El suceso ocurrió a las diez y diez de la mañana, aproximadamente. La Policía Municipal fue comisionada para ir a la calle de al cruce de la calle del Corral de Cantos con la de Palomeras, por una agresión con un machete. Se trata de un edificio abandonado, en la calle de Francisco Laguna, 38, que albergó el conocido colegio Fernán Caballero, en la zona de Entrevías. Lleva muchos años sin uso y son distintas las propuestas para reutilizarlo, desde una museo del flamenco a una casa de al cultura. De cualquier modo, ahora está tomado por okupas. Fue a uno de ellos al que los agentes se encontraron tirado en el suelo, entre Palomeras con Corral de Cantos, en la trasera del edificio principal, donde sobreviven unas canchas deportivas. Allí estaba un hombre de 52 años y oriundo de Sierra Leona. Tenía un tajo en una mano, a punto de perderla. Él mismo se había quitado su camiseta para anudársela en torno a la zona de la herida, a modo de vendaje improvisado, porque presentaba una importante hemorragia. Los agentes le practicaron un torniquete hemostático de urgencia en el brazo izquierdo para parar el sangrado masivo, mientras llegaba el Samur. Los sanitarios aparecieron rápidamente y estabilizaron a la víctima, que cada vez se sentía peor, y le trasladaron al hospital Gregorio Marañón, en estado grave. Un testigo se acercó a los policías y les explicó lo que sabía. Indicó que él también pernoctaba en el edificio abandonado, concretamente en la habitación contigua a la del presunto agresor, español pero de origen extranjero. Dijo que esa mañana, un rato antes, había escuchado gritar: «¡Te voy a matar, te mato!». Y vio al fugitivo, de piel negra, salir a la carrera con un cuchillo de grandes dimensiones y con su pareja. Escaparon, dijo, hacia la calle de la Sierra de Alcaraz. La Policía Nacional también estaba en el escenario. Subieron en el coche patrulla al testigo, quien les dijo que el otro okupa podría haber huido a la estación de Méndez Álvaro, para escapar en un autobús. Los agentes y él se trasladaron al intercambiador, pero no lograron dar con él, explican a ABC fuentes de la investigación. El informador, entonces, propuso que miraran en el mismo edificio donde había ocurrido todo. Los policías siguieron el rastro del reguero de sangre, hasta el interior del inmueble usurpado y accedieron al interior, sin éxito. Supieron entonces su identidad, que había nacido en octubre de 2000 y que cuenta con nacionalidad española. Además, cuenta con una orden de alejamiento por agresión sobre otro varón que no es al que acababa de acuchillar. Lograron dar con la novia en la calle de Peña Gorbea, el conocido como bulevar de Vallecas y donde se reúnen, entre la ciudadanía honrada, tanta gente de mal vivir. Los funcionarios hablaron con ella, que les confirmó: «Estaba durmiendo con mi pareja cuando me ha despertado y me ha dicho: '¡Vane, vámonos, corre, vamos!'». La mujer se mostró colaboradora y llamó al móvil al huido, pero este no accedió a decirle dónde se encontraba escondido.
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