Un estudio europeo pone cifras a la dirofilariosis felina en España: un 4,2% albergan el parásito

En Ibiza se ha detectado una alta prevalencia de Dirofilaria immitis en gatos.

May 15, 2025 - 11:20
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Un estudio europeo pone cifras a la dirofilariosis felina en España: un 4,2% albergan el parásito

Un estudio reciente ha detectado la presencia de un parásito con potencial zoonótico, es decir, transmisible a humanos, en la población felina de varios países de la cuenca mediterránea, incluida España. Los datos, recogidos en seis países, muestran que el 4,2% de los gatos analizados en nuestro país dieron positivo en alguna de las pruebas empleadas para detectar la presencia de Dirofilaria spp., un grupo de parásitos transmitidos por mosquitos.

La investigación ha sido liderada por un equipo internacional de científicos, entre los que se encuentra Guadalupe Miró, profesora titular del Departamento de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid. Los resultados del estudio han sido publicados en el medio especializado Diario Veterinario, que informa de que en Ibiza se ha alcanzado una prevalencia del 20% en los gatos analizados, lo que convierte a la isla en uno de los principales focos de circulación felina de este parásito en el sur de Europa.

¿Qué es la Dirofilaria y por qué preocupa?

Dirofilaria immitis y Dirofilaria repens son los dos principales parásitos de este género. Ambos se transmiten a través de picaduras de mosquito y afectan sobre todo a perros, aunque también pueden infectar a gatos, animales silvestres y, en casos más excepcionales, a personas. El papel del gato en esta cadena es más limitado que el del perro, ya que suele presentar una menor carga parasitaria y, a menudo, ni siquiera llega a desarrollar síntomas.

Sin embargo, en los gatos infectados pueden aparecer signos clínicos sutiles o inespecíficos, como tos, dificultad respiratoria, apatía, pérdida de apetito o vómitos. Estas señales pueden tardar meses en manifestarse, lo que complica mucho la detección. Cuando los parásitos mueren en las arterias pulmonares, pueden provocar una inflamación grave y trombos, lo que desemboca en una patología conocida como HARD (siglas en inglés de enfermedad respiratoria aguda asociada al gusano del corazón), a menudo fatal.

Un diagnóstico complejo y fácil de pasar por alto

Detectar la presencia de Dirofilaria en gatos no es sencillo. A diferencia de los perros, los gatos pueden tener infecciones ocultas, sin presencia visible del parásito en la sangre, o mostrar signos muy leves. Por eso, el estudio recurrió a un enfoque multimodal, es decir, al uso combinado de varias pruebas de laboratorio: detección de antígenos, anticuerpos y análisis genético mediante PCR.

En total se analizaron muestras de sangre y suero de 1.083 gatos con acceso al exterior en España, Portugal, Italia, Grecia, Francia e Israel. El 3,8% de los gatos dio positivo en alguna de las pruebas, con una prevalencia que osciló entre el 2% en Israel y el 7,8% en Grecia. En España, la tasa fue del 4,2%, aunque con variaciones geográficas importantes: en Ibiza, 8 de los 40 gatos analizados resultaron infectados, lo que supone un 20%.

El caso particular de las islas

Los investigadores destacan que las condiciones epidemiológicas de las islas pueden favorecer la circulación de estos parásitos. En el caso de Ibiza y Kythnos (Grecia), la prevalencia detectada fue muy superior a la media. Esta concentración podría estar relacionada con factores como el clima, la presencia constante de vectores (mosquitos), la densidad de la población felina no protegida y la falta de controles preventivos sistemáticos en gatos.

En perros, el uso de medicación preventiva es común en zonas endémicas. Pero los gatos no suelen recibir este tipo de tratamientos, lo que los convierte en posibles reservorios secundarios del parásito.

¿Qué riesgo hay para las personas?

El párasito de Dirofilaria repens, que suele alojarse en la piel en lugar de en el corazón o los pulmones, es la especie con mayor interés zoonótico. Aunque en gatos esta infección es más rara y, generalmente, sin síntomas o con lesiones cutáneas leves, el hecho de que este parásito pueda infectar a humanos ha despertado el interés del ámbito científico. En Europa, su prevalencia en gatos es baja, pero su presencia no puede descartarse.

Además, en algunos de los animales infectados se detectó ADN de Wolbachia, unas bacterias esenciales para la supervivencia de los parásitos de este género y que pueden estar presentes incluso en infecciones ocultas. Su detección sirve, por tanto, como una herramienta adicional en el diagnóstico.

Qué gatos están en riesgo

Según el estudio, los factores de riesgo asociados a la infección por este nematodo en gatos son la edad avanzada, ciertos signos clínicos como pérdida de apetito, dificultad respiratoria o presencia de caspa, así como la raza. Sin embargo, ni el sexo del animal ni las condiciones de alojamiento (si vive solo o con otros) parecen influir de forma significativa.

El trabajo, además de ofrecer una panorámica sobre la situación actual de la dirofilariosis felina, también conocida como enfermedad del gusano del corazón, en el área mediterránea, subraya la importancia de incorporar esta posibilidad diagnóstica en los gatos que presenten síntomas respiratorios crónicos o inespecíficos.