Proyecto RENACER: así ayudan las metástasis de 400 pacientes a la lucha contra el cáncer
Oncología cristinaff@uni… Sáb, 17/05/2025 - 07:58 Investigación "El primer día que ves un cerebro no se te olvida", dice Guillermo Blasco mientras retira con sumo cuidado la meninge que acaba de cortar. El neurocirujano del Hospital Universitario de La Princesa (Madrid) aparta el fino velo de la duramadre y ahí está el lóbulo occipital, latiendo al ritmo que marca el corazón.Blasco tiene razón: una experiencia así no se borra fácilmente. El pensamiento asalta mientras nos asomamos a la mesa de operaciones: ¿Cuántas ideas, recuerdos y emociones habrá debajo de ese tejido rosado y fragilísimo?Son poco más de las 10 de la mañana y en el quirófano, bajo la batuta del neurocirujano, otras cinco personas trabajan sincronizadamente, como si de una coreografía se tratara, para que nada falle en la intervención. Su objetivo es extirpar la metástasis cerebral que hace solo unos días dejó a Pepe, de 56 años, sin parte de su campo visual.El tumor, tal como vemos en el monitor, es muy grande, una masa similar a la de una pelota de golf que ha crecido rápidamente.En menos de 24 horas, este tejido maligno, con sus células aún vivas, estará en el laboratorio, ayudando a los investigadores a luchar contra otros tumores.Porque la metástasis de Pepe -y de otros más de 400 españoles- también están combatiendo el cáncer.Primer repositorio en el mundo Gracias a donaciones como esta, se está conformando el primer repositorio de muestras vivas de metástasis cerebral en el mundo. Una colección pionera diseñada para acelerar la búsqueda de terapias creada por la Red Nacional Española de Metástasis Cerebrales (RENACER). En el proyecto, coordinado por el Grupo de Metástasis Cerebrales y la unidad de Biobanco del CNIO, participan 20 hospitales de todo el país.La singularidad de esta colección es que las muestras están vivas. "Se conservan vivas en cultivos en los que las células siguen comportándose de forma similar a como lo hacían en el organismo", explica Manuel Valiente, jefe del grupo de Metástasis Cerebral del CNIO y director científico del proyecto.Esta peculiaridad hace posible, por ejemplo, estudiar de una forma más precisa la respuesta de las metástasis a fármacos específicos. "Permite hacer ensayos clínicos exvivo, con las muestras del paciente. Testar y validar en muestras humanas vivas los fármacos cuya utilidad se ha probado en ratones permite agilizar la investigación. Supone dar un paso muy importante para acercar los ensayos clínicos", señala el investigador.La estrategia, continúa, también permite crear avatares de cada paciente, una especie de gemelo de laboratorio que haga posible analizar, de manera personalizada, los tratamientos más efectivos en cada caso."Creo que el proyecto tiene un gran potencial transformador", subraya Valiente, quien recuerda que en los casi cuatro años que lleva en funcionamiento la red ya se han obtenido resultados notables.Un reto logísticoConseguir que las muestras lleguen vivas desde la mesa de operaciones al laboratorio no es, sin embargo, tarea fácil. Supone todo un desafío que exige una intrincada logística y una exquisita coordinación entre los participantes de la red.Lo comprobamos de primera mano, acompañando a la metástasis de Pepe -de quien no daremos más datos para proteger su identidad- en su viaje del quirófano al laboratorio.El periplo arranca en la propia mesa de operaciones, donde los cirujanos han logrado rodear el tumor y, con pericia, han extraído la metástasis en bloque. Control de las metástasis cerebrales en cáncer de pulmón ALK positivo, Un biomarcador predice la respuesta a la terapia en metástasis cerebral, Muchas metástasis cerebrales evolucionan de forma independiente "A diferencia de otros tumores cerebrales, que tienen unos límites más difusos, en la mayoría de las metástasis se diferencia perfectamente el tejido 'Viaje' al centro del proyecto que mantiene con vida las células tumorales para contribuir a la investigación del cáncer. Off Cristina G. Lucio Investigación Neurocirugía Off


"El primer día que ves un cerebro no se te olvida", dice Guillermo Blasco mientras retira con sumo cuidado la meninge que acaba de cortar. El neurocirujano del Hospital Universitario de La Princesa (Madrid) aparta el fino velo de la duramadre y ahí está el lóbulo occipital, latiendo al ritmo que marca el corazón.
Blasco tiene razón: una experiencia así no se borra fácilmente. El pensamiento asalta mientras nos asomamos a la mesa de operaciones: ¿Cuántas ideas, recuerdos y emociones habrá debajo de ese tejido rosado y fragilísimo?
Son poco más de las 10 de la mañana y en el quirófano, bajo la batuta del neurocirujano, otras cinco personas trabajan sincronizadamente, como si de una coreografía se tratara, para que nada falle en la intervención. Su objetivo es extirpar la metástasis cerebral que hace solo unos días dejó a Pepe, de 56 años, sin parte de su campo visual.
El tumor, tal como vemos en el monitor, es muy grande, una masa similar a la de una pelota de golf que ha crecido rápidamente.
En menos de 24 horas, este tejido maligno, con sus células aún vivas, estará en el laboratorio, ayudando a los investigadores a luchar contra otros tumores.
Porque la metástasis de Pepe -y de otros más de 400 españoles- también están combatiendo el cáncer.
Primer repositorio en el mundo
Gracias a donaciones como esta, se está conformando el primer repositorio de muestras vivas de metástasis cerebral en el mundo. Una colección pionera diseñada para acelerar la búsqueda de terapias creada por la Red Nacional Española de Metástasis Cerebrales (RENACER). En el proyecto, coordinado por el Grupo de Metástasis Cerebrales y la unidad de Biobanco del CNIO, participan 20 hospitales de todo el país.
La singularidad de esta colección es que las muestras están vivas. "Se conservan vivas en cultivos en los que las células siguen comportándose de forma similar a como lo hacían en el organismo", explica Manuel Valiente, jefe del grupo de Metástasis Cerebral del CNIO y director científico del proyecto.
Esta peculiaridad hace posible, por ejemplo, estudiar de una forma más precisa la respuesta de las metástasis a fármacos específicos. "Permite hacer ensayos clínicos exvivo, con las muestras del paciente. Testar y validar en muestras humanas vivas los fármacos cuya utilidad se ha probado en ratones permite agilizar la investigación. Supone dar un paso muy importante para acercar los ensayos clínicos", señala el investigador.
La estrategia, continúa, también permite crear avatares de cada paciente, una especie de gemelo de laboratorio que haga posible analizar, de manera personalizada, los tratamientos más efectivos en cada caso.
"Creo que el proyecto tiene un gran potencial transformador", subraya Valiente, quien recuerda que en los casi cuatro años que lleva en funcionamiento la red ya se han obtenido resultados notables.
Un reto logístico
Conseguir que las muestras lleguen vivas desde la mesa de operaciones al laboratorio no es, sin embargo, tarea fácil. Supone todo un desafío que exige una intrincada logística y una exquisita coordinación entre los participantes de la red.
Lo comprobamos de primera mano, acompañando a la metástasis de Pepe -de quien no daremos más datos para proteger su identidad- en su viaje del quirófano al laboratorio.
El periplo arranca en la propia mesa de operaciones, donde los cirujanos han logrado rodear el tumor y, con pericia, han extraído la metástasis en bloque.