Los cardenales apuestan por retrasar el cónclave hasta el 7 de mayo para conocerse mejor

La elección de la fecha del cónclave ha sido una derrota simbólica para el grupo de cardenales que empujaba para empezar a votar lo antes posible. Un sector, formado sobre todo por italianos, deseaba votar ya el lunes 5, pero por sorpresa una mayoría de cardenales ha preferido darse más tiempo para conocerse mejor, y que el cónclave no comience hasta el miércoles 7 de mayo. En el inminente cónclave no participará el cardenal Angelo Becciu, pues tiene previsto renunciar a sus pretensiones para no distorsionar con su diatriba las conversaciones sobre el futuro de la Iglesia. El responsable de dirigir el cónclave será el cardenal Pietro Parolin, de 70 años, en sustitución del cardenal decano Giovanni Battista Re y del cardenal vicedecano Leonardo Sandri, que aunque están guiando impecablemente el pre-cónclave, no podrán entrar en la Capilla Sixtina pues tienen más de 80 años y no son cardenales electores. El cónclave comenzará el miércoles 7 de mayo por la mañana con una misa celebrada por el cardenal decano Giovanni Battista Re en la basílica de San Pedro para rezar «por la elección del Papa ». Luego, a primera hora de la tarde, los 134 cardenales electores entrarán en la Sixtina para empezar a votar y justo antes del atardecer se espera la primera fumata. Es previsible que uno o dos días más tarde la Iglesia católica tenga ya un nuevo obispo de Roma y que, si no hay sorpresas, la misa de inicio de Pontificado sea el 13 de mayo, aniversario de las apariciones de Fátima. La votación sobre la fecha del cónclave permite ya calibrar qué sector está predominando en la decisión sobre el futuro de la Iglesia. La constitución 'Universi Dominici Gregis' establece que el cónclave empiece 15 días después del inicio de la Sede Vacante y no más tarde de 20, por lo tanto, tenían la posibilidad de esperar hasta el 10 de mayo para empezar. Al final han optado por comenzar el día 7. Curiosamente, varios purpurados, sobre todo italianos, habían filtrado que la elección papal comenzaría el primer día útil que permite la norma, el lunes 5 de mayo, quizá porque tienen ya las ideas claras sobre qué necesidades tiene la Iglesia y sobre todo dos o tres candidatos sólidos con capacidad para afrontarlas. Por sorpresa, no lo han aceptado los cardenales que piden más tiempo para conocerse mejor, y con su victoria han podido comprobar el músculo que tendrán en la elección decisiva. Aunque no tendrán fácil conocerse entre ellos pues están celebrando sólo una «congregación general» al día. En la última Sede Vacante, en marzo de 2013, los purpurados celebraban dos, una por la mañana y otra por la tarde. Además, descansarán de reuniones tanto este jueves 1 de mayo como el próximo domingo. En la congregación de este lunes participaron 180 purpurados de los cuales algo más de un centenar eran electores. Aparte de votar la fecha de inicio del cónclave han intervenido 20 cardenales. Según Matteo Bruni, portavoz de la Santa Sede, «en los discursos han abordado cuestiones de especial relevancia para el futuro de la Iglesia, como la relación con el mundo contemporáneo y algunos retos como la evangelización, la relación con otras confesiones, la cuestión de los abusos. Entonces, se habló de las cualidades que deberá reunir el nuevo Pontífice para responder eficazmente a estos desafíos». A las puertas del Vaticano, el cardenal jesuita argentino Ángel Sixto Rossi, de 66 años, dijo este lunes que asiste a las reuniones «con la esperanza de dar una mano para encontrar la figura que les ayude a seguir caminando». «No se necesita que sea igual al Papa Francisco, pero sí que no se pierda el camino de misericordia que él comenzó», aseguró. También se ha escuchado la voz del cardenal Baldo Reina, quien ha presidido la tercera misa de los novendiales, a la que estaba invitado el pueblo de Roma. «Este no puede ser el momento de hacer equilibrios, de tácticas, de prudencia, de plegarse al instinto de volver atrás, o aún peor, de las represalias y las alianzas de poder», dijo en la homilía. «Lo que se necesita es una disposición radical para entrar en el sueño de Dios, que ha confiado a nuestras pobres manos», ha dicho Reina dirigiéndose a los cardenales. Lo cierto es que este lunes ha parecido tocar a su fin el culebrón sobre las pretensiones del cardenal Angelo Becciu de entrar en el próximo cónclave. Y lo ha hecho del único modo digno posible, con el anuncio de que el purpurado sardo pretende renunciar a entrar en la Capilla Sixtina. Becciu habría tomado la decisión durante la Congregación general de cardenales del lunes. Según varias reconstrucciones, ha podido ver dos cartas firmadas por el Papa Francisco, una en 2023 y otra en marzo de 2025, en las que confirmaba que la renuncia que presentó en 2020 a los derechos cardenalicios, y la posterior condena a 5 años y 6 meses de prisión, le imposibilitan para participar en un cónclave. Él habría subrayado que esta marcha atrás no significa que admita ser culpable. En una comparecencia este lunes con los periodis

Abr 29, 2025 - 03:50
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Los cardenales apuestan por retrasar el cónclave hasta el 7 de mayo para conocerse mejor
La elección de la fecha del cónclave ha sido una derrota simbólica para el grupo de cardenales que empujaba para empezar a votar lo antes posible. Un sector, formado sobre todo por italianos, deseaba votar ya el lunes 5, pero por sorpresa una mayoría de cardenales ha preferido darse más tiempo para conocerse mejor, y que el cónclave no comience hasta el miércoles 7 de mayo. En el inminente cónclave no participará el cardenal Angelo Becciu, pues tiene previsto renunciar a sus pretensiones para no distorsionar con su diatriba las conversaciones sobre el futuro de la Iglesia. El responsable de dirigir el cónclave será el cardenal Pietro Parolin, de 70 años, en sustitución del cardenal decano Giovanni Battista Re y del cardenal vicedecano Leonardo Sandri, que aunque están guiando impecablemente el pre-cónclave, no podrán entrar en la Capilla Sixtina pues tienen más de 80 años y no son cardenales electores. El cónclave comenzará el miércoles 7 de mayo por la mañana con una misa celebrada por el cardenal decano Giovanni Battista Re en la basílica de San Pedro para rezar «por la elección del Papa ». Luego, a primera hora de la tarde, los 134 cardenales electores entrarán en la Sixtina para empezar a votar y justo antes del atardecer se espera la primera fumata. Es previsible que uno o dos días más tarde la Iglesia católica tenga ya un nuevo obispo de Roma y que, si no hay sorpresas, la misa de inicio de Pontificado sea el 13 de mayo, aniversario de las apariciones de Fátima. La votación sobre la fecha del cónclave permite ya calibrar qué sector está predominando en la decisión sobre el futuro de la Iglesia. La constitución 'Universi Dominici Gregis' establece que el cónclave empiece 15 días después del inicio de la Sede Vacante y no más tarde de 20, por lo tanto, tenían la posibilidad de esperar hasta el 10 de mayo para empezar. Al final han optado por comenzar el día 7. Curiosamente, varios purpurados, sobre todo italianos, habían filtrado que la elección papal comenzaría el primer día útil que permite la norma, el lunes 5 de mayo, quizá porque tienen ya las ideas claras sobre qué necesidades tiene la Iglesia y sobre todo dos o tres candidatos sólidos con capacidad para afrontarlas. Por sorpresa, no lo han aceptado los cardenales que piden más tiempo para conocerse mejor, y con su victoria han podido comprobar el músculo que tendrán en la elección decisiva. Aunque no tendrán fácil conocerse entre ellos pues están celebrando sólo una «congregación general» al día. En la última Sede Vacante, en marzo de 2013, los purpurados celebraban dos, una por la mañana y otra por la tarde. Además, descansarán de reuniones tanto este jueves 1 de mayo como el próximo domingo. En la congregación de este lunes participaron 180 purpurados de los cuales algo más de un centenar eran electores. Aparte de votar la fecha de inicio del cónclave han intervenido 20 cardenales. Según Matteo Bruni, portavoz de la Santa Sede, «en los discursos han abordado cuestiones de especial relevancia para el futuro de la Iglesia, como la relación con el mundo contemporáneo y algunos retos como la evangelización, la relación con otras confesiones, la cuestión de los abusos. Entonces, se habló de las cualidades que deberá reunir el nuevo Pontífice para responder eficazmente a estos desafíos». A las puertas del Vaticano, el cardenal jesuita argentino Ángel Sixto Rossi, de 66 años, dijo este lunes que asiste a las reuniones «con la esperanza de dar una mano para encontrar la figura que les ayude a seguir caminando». «No se necesita que sea igual al Papa Francisco, pero sí que no se pierda el camino de misericordia que él comenzó», aseguró. También se ha escuchado la voz del cardenal Baldo Reina, quien ha presidido la tercera misa de los novendiales, a la que estaba invitado el pueblo de Roma. «Este no puede ser el momento de hacer equilibrios, de tácticas, de prudencia, de plegarse al instinto de volver atrás, o aún peor, de las represalias y las alianzas de poder», dijo en la homilía. «Lo que se necesita es una disposición radical para entrar en el sueño de Dios, que ha confiado a nuestras pobres manos», ha dicho Reina dirigiéndose a los cardenales. Lo cierto es que este lunes ha parecido tocar a su fin el culebrón sobre las pretensiones del cardenal Angelo Becciu de entrar en el próximo cónclave. Y lo ha hecho del único modo digno posible, con el anuncio de que el purpurado sardo pretende renunciar a entrar en la Capilla Sixtina. Becciu habría tomado la decisión durante la Congregación general de cardenales del lunes. Según varias reconstrucciones, ha podido ver dos cartas firmadas por el Papa Francisco, una en 2023 y otra en marzo de 2025, en las que confirmaba que la renuncia que presentó en 2020 a los derechos cardenalicios, y la posterior condena a 5 años y 6 meses de prisión, le imposibilitan para participar en un cónclave. Él habría subrayado que esta marcha atrás no significa que admita ser culpable. En una comparecencia este lunes con los periodistas, el portavoz del Vaticano Matteo Bruni había asegurado que en la Congregación general no se había llegado «a ninguna resolución» sobre este problema. Hasta hace unos días, Becciu aseguraba que la entidad de su renuncia no es la misma que aquel fatídico 23 de septiembre de 2020, cuando la oficina de prensa del Vaticano comunicó que Francisco había «aceptado la renuncia al cargo de Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y los derechos anejos al cardenalato, presentada por Su Eminencia el cardenal Giovanni Angelo Becciu». Hasta hoy, su teoría era que en la intención del Papa «no había voluntad explícita» de excluirle del cónclave, que nunca se le pidió una renuncia escrita y que supuestamente Francisco estaba a punto de tomar una decisión personal sobre esta cuestión en sus últimas semanas de vida. A su favor tiene que la ley vaticana estable que ningún cardenal elector puede ser excluido del cónclave, pero sí que puede renunciar a participar en caso de «un impedimento grave, que deberá ser reconocido por el Colegio de los cardenales». Según la norma, no pueden participar en el cónclave «los cardenales depuestos canónicamente o que hayan renunciado, con el consentimiento del Romano Pontífice, a la dignidad cardenalicia». Además, «durante la Sede vacante, el Colegio de los cardenales no puede readmitir o rehabilitar a éstos». Ya este domingo, un cardenal explicó a ABC que esperaba que personas de confianza de Angelo Becciu convencieran al purpurado sardo de que renunciara a sus pretensiones. Las otras dos vías para salir del entuerto eran la creación de una comisión especial formada por cinco cardenales, entre ellos Angelo Becciu, que decidiera qué se debía hacer; y la otra, que los cardenales electores votaran directamente sobre esta cuestión.