José Paz, el atleta paralímpico que 'renació' con el deporte: "Estoy en el mejor momento de mi vida"
José Paz, con distrofia muscular de cinturas, se prepara para ser arquero y competir en los próximos paralímpicos

El atleta gallego José Paz asegura que empezar a hacer deporte a nivel profesional hace apenas nueves meses hizo que lo "negro" de su pasado se convirtiese en "blanco" y que comenzase a "ir para arriba en todos los aspectos" de su vida.
Paz, que tiene distrofia muscular de cintura -una enfermedad genética degenerativa que tiene desde hace más de 20 años pero que le diagnosticaron apenas hace seis- fue contactado el pasado agosto por la organización Lanzadera Deportiva para implicarse en un programa de entrenamiento y especializarse en tiro con arco de cara a las Olimpiadas de Los Ángeles de 2028.
"Me lo propusieron por mis condiciones físicas y porque no hay muchos arqueros en mi categoría de discapacidad, que sería BC1", explica a EFE este deportista compostelano, que antes de empezar a tener síntomas ya practicaba el atletismo, además de ganarse la vida como procurador de los tribunales tras estudiar Derecho e Informática.
Desde el momento en que aceptó la propuesta de convertirse en arquero profesional y seguir un programa de entrenamiento, su vida ha cambiado.
"Estoy más centrado en otras cosas, aprendí a apreciar lo que antes no valoraba. Veo la vida diferente, estoy muy contento y feliz", dice el atleta que explica que le están saliendo oportunidades "que nunca había soñado".
Con el reto deportivo, asegura, "quitas del medio el resto de cosas, la enfermedad, la banalizas un poco. Lo ves diferente, ahora estoy dentro de la sociedad, no soy un chico que voy en silla de ruedas por ahí y al que la gente mira como con pena o dice: mira qué guapo, pobre".
Paz intenta transmitir el cambio que ha experimentado apoyando a la gente que se encuentra en parecidas circunstancias y darle ánimos diciéndole: "mientras respires, puedes".
Antes de conseguir que le hicieran un diagnóstico de su rara enfermedad, pasó años muy duros: empezó a notar síntomas a los 20, viendo que se cansaba demasiado haciendo deporte, pero no pudo saber lo que tenía hasta los 40.
"Tenía mucho dolor, llegaron a darme fentanilo, al que estuve enganchado ocho meses, sin un control quincenal. Fue una locura, una experiencia horrible, que no recomiendo absolutamente a nadie", subraya.
Los especialistas no entendían nada por qué la enfermedad iba tan lenta, por qué se manifestaba con dolor.... Tardaron 17 años en diagnosticarme
Después le pusieron una bomba con morfina para controlar el dolor, que ahora no funciona, pero que, por protocolo -le dicen- tiene que fallar tres veces para poder arreglarse.
"Yo convivo con el dolor 24 horas, es como si me clavaran agujas encima de la rodilla", afirma y apunta que el suyo es un caso raro dentro de esta ya rara enfermedad, que normalmente no cursa con dolor. De hecho, de las cerca de 3.000 personas en España con esta distrofia, solo dos casos -el suyo y el de otra chica de Madrid- la experimentan con mucho dolor.
A la gran mayoría de enfermos se les manifiesta ya a muy temprana edad, aunque él no empezó a notar sus efectos hasta los veinte años y pasaron casi otros tantos hasta que los médicos dieron con ella.
"Cuando fui a especialistas de este tipo de enfermedades no entendían nada. Por qué iba tan lenta, por qué se manifestaba con dolor. Tardaron 17 años en diagnosticarme, justo el mes antes de que naciese mi hijo", recuerda.
Lo pasó muy mal, pero ha encontrado en la preparación física y el deseo de superación el remedio que recomendaría a cualquiera en similares circunstancias.
Por ello, si consigue llegar a los Ángeles estupendo, pero si no seguirá entrenando y participando en otras competiciones.
"Ahora estoy en el mejor momento de mi vida, con unos dolores brutales porque la bomba no me funciona, pero entrenando a tope y feliz".