El palacio de Cantabria donde Alfonso XIII celebraba sus reuniones en el que ahora podrás dormir
El Parador de Limpias reabre sus puertas tras una reforma que recupera el esplendor de un edificio histórico con vistas al río AsónEl parador 'encantado' de Jaén que atrae miles de turistas al año por su historia A tan solo 40 kilómetros de Santander, escondido entre árboles centenarios y caminos de la historia, el Parador de Limpias vuelve a la vida este 1 de abril tras un proceso de renovación. Lo hace en un edificio que no es un simple hotel, sino un palacio con solera aristocrática y muchas historias en sus muros: el antiguo Palacio de Eguilior, donde Alfonso XIII celebró reuniones con sus ministros y donde hoy puedes pasar la noche como un rey. Se trata del menos conocido de los paradores cántabros, y quizá por eso uno de los más especiales. Un lugar que fue testigo de la política de la Restauración, de la Guerra Civil y de las transformaciones de la Cantabria rural, y que ahora se abre como un alojamiento de cuatro estrellas con alma histórica. El Palacio de Eguilior: un edificio con linaje político y artístico Construido a comienzos del siglo XX por Manuel Eguilior, influyente abogado y político local que llegó a ser ministro de Hacienda y presidente del Banco de España, este palacete se convirtió pronto en símbolo de poder y prestigio. En 1905, Eguilior fue nombrado conde de Albox y rebautizó su residencia como Palacio de Eguilior, en honor a la localidad almeriense que ayudó a reconstruir tras unas graves inundaciones. En su época dorada, el palacio acogió a lo más granado de la vida política y social de España, incluyendo al rey Alfonso XIII, quien mantuvo aquí encuentros de gobierno durante sus estancias en Cantabria. Las estancias nobles estaban decoradas con obras de arte, entre ellas retratos firmados por Sorolla de los condes de Albox, testimonio de la elevada posición social de sus moradores. Jardines botánicos, chimeneas monumentales y un piano encantado El Parador de Limpias conserva los jardines diseñados por el propio Eguilior, aficionado a la botánica, que mandó plantar especies exóticas y árboles como un majestuoso magnolio protegido de 15 metros de altura. El acceso se realiza a través de un pórtico de estilo medieval que da paso a interiores donde destacan una gran escalera señorial, chimeneas esculpidas y vidrieras emplomadas que refuerzan el carácter palaciego del conjunto. Las leyendas también tienen su lugar: según la tradición local, en las noches tranquilas puede escucharse a una joven llamada Margarita tocando el piano, una sobrina del conde fallecida a temprana edad. Junto a ella, algunos aseguran haber sentido la presencia de un sirviente y una niña, alimentando la fama misteriosa de este enclave que parece salido de una novela gótica. De hospital y prisión a parador de cuatro estrellas Durante la Guerra Civil, el palacio fue hospital de sangre y más tarde prisión. Tras décadas de abandono, fue recuperado por el Gobierno de Cantabria en 1999 y cedido a la red de Paradores Nacionales, que lo transformó en hotel en 2004. Ahora, veinte años después, una amplia reforma ha devuelto el esplendor original, actualizando las instalaciones sin renunciar al encanto de su pasado. El edificio principal convive con un ala anexa de habitaciones reformadas, ideal para quienes buscan más tranquilidad o huyen de los ecos de piano nocturnos. Todo ello en un entorno natural privilegiado, junto al río Asón y con fácil acceso a rutas culturales y gastronómicas del norte cántabro. A la espera de Santillana del Mar Mientras el Parador de Santillana del Mar permanece cerrado hasta el verano de 2026 por obras, el de Limpias se postula como una alternativa perfecta para quienes desean vivir la experiencia de dormir en un auténtico palacio con historia, cultura y leyenda. Un lugar donde la arquitectura, la política y los susurros del pasado se entrelazan con el confort del turismo contemporáneo.

El Parador de Limpias reabre sus puertas tras una reforma que recupera el esplendor de un edificio histórico con vistas al río Asón
El parador 'encantado' de Jaén que atrae miles de turistas al año por su historia
A tan solo 40 kilómetros de Santander, escondido entre árboles centenarios y caminos de la historia, el Parador de Limpias vuelve a la vida este 1 de abril tras un proceso de renovación.
Lo hace en un edificio que no es un simple hotel, sino un palacio con solera aristocrática y muchas historias en sus muros: el antiguo Palacio de Eguilior, donde Alfonso XIII celebró reuniones con sus ministros y donde hoy puedes pasar la noche como un rey.
Se trata del menos conocido de los paradores cántabros, y quizá por eso uno de los más especiales. Un lugar que fue testigo de la política de la Restauración, de la Guerra Civil y de las transformaciones de la Cantabria rural, y que ahora se abre como un alojamiento de cuatro estrellas con alma histórica.
El Palacio de Eguilior: un edificio con linaje político y artístico
Construido a comienzos del siglo XX por Manuel Eguilior, influyente abogado y político local que llegó a ser ministro de Hacienda y presidente del Banco de España, este palacete se convirtió pronto en símbolo de poder y prestigio.
En 1905, Eguilior fue nombrado conde de Albox y rebautizó su residencia como Palacio de Eguilior, en honor a la localidad almeriense que ayudó a reconstruir tras unas graves inundaciones.
En su época dorada, el palacio acogió a lo más granado de la vida política y social de España, incluyendo al rey Alfonso XIII, quien mantuvo aquí encuentros de gobierno durante sus estancias en Cantabria.
Las estancias nobles estaban decoradas con obras de arte, entre ellas retratos firmados por Sorolla de los condes de Albox, testimonio de la elevada posición social de sus moradores.
Jardines botánicos, chimeneas monumentales y un piano encantado
El Parador de Limpias conserva los jardines diseñados por el propio Eguilior, aficionado a la botánica, que mandó plantar especies exóticas y árboles como un majestuoso magnolio protegido de 15 metros de altura.
El acceso se realiza a través de un pórtico de estilo medieval que da paso a interiores donde destacan una gran escalera señorial, chimeneas esculpidas y vidrieras emplomadas que refuerzan el carácter palaciego del conjunto.
Las leyendas también tienen su lugar: según la tradición local, en las noches tranquilas puede escucharse a una joven llamada Margarita tocando el piano, una sobrina del conde fallecida a temprana edad.
Junto a ella, algunos aseguran haber sentido la presencia de un sirviente y una niña, alimentando la fama misteriosa de este enclave que parece salido de una novela gótica.
De hospital y prisión a parador de cuatro estrellas
Durante la Guerra Civil, el palacio fue hospital de sangre y más tarde prisión. Tras décadas de abandono, fue recuperado por el Gobierno de Cantabria en 1999 y cedido a la red de Paradores Nacionales, que lo transformó en hotel en 2004.
Ahora, veinte años después, una amplia reforma ha devuelto el esplendor original, actualizando las instalaciones sin renunciar al encanto de su pasado.
El edificio principal convive con un ala anexa de habitaciones reformadas, ideal para quienes buscan más tranquilidad o huyen de los ecos de piano nocturnos. Todo ello en un entorno natural privilegiado, junto al río Asón y con fácil acceso a rutas culturales y gastronómicas del norte cántabro.
A la espera de Santillana del Mar
Mientras el Parador de Santillana del Mar permanece cerrado hasta el verano de 2026 por obras, el de Limpias se postula como una alternativa perfecta para quienes desean vivir la experiencia de dormir en un auténtico palacio con historia, cultura y leyenda. Un lugar donde la arquitectura, la política y los susurros del pasado se entrelazan con el confort del turismo contemporáneo.