Entrevista a Tiago Splitter: «Ahora tengo que tomar decisiones, no dar mi opinión. Esa es la gran diferencia»

En una semana de máximo frenesí en la capital francesa por la disputa de los NBA Paris Games, Tiago nos recibe en las entrañas de The One Ball, una extraordinaria instalación baloncestística situada en Noisy-le-Grand, en las afueras de París. Sonriente, confiado y con muchas ganas de recordar grandes momentos pocas horas antes de recibir […] La entrada Entrevista a Tiago Splitter: «Ahora tengo que tomar decisiones, no dar mi opinión. Esa es la gran diferencia» aparece en Gigantes del Basket.

Abr 7, 2025 - 22:07
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Entrevista a Tiago Splitter: «Ahora tengo que tomar decisiones, no dar mi opinión. Esa es la gran diferencia»

En una semana de máximo frenesí en la capital francesa por la disputa de los NBA Paris Games, Tiago nos recibe en las entrañas de The One Ball, una extraordinaria instalación baloncestística situada en Noisy-le-Grand, en las afueras de París. Sonriente, confiado y con muchas ganas de recordar grandes momentos pocas horas antes de recibir en el flamante Adidas Arena a Cholet Basket, líder de la clasificación doméstica, en un partido que puede ser muy determinante para el Playoff final de la Betclic Elite.

Artículo incluido en el número 1.554, en marzo de 2025, de Gigantes del Basket

Gigantes: En primer lugar, muchas gracias por sentarte a charlar aquí con Gigantes del Basket. Tras esta primera media temporada como entrenador aquí en París, ¿qué balance haces de la experiencia hasta el momento?

Tiago Splitter: Creo que es un balance positivo. A principio de año, queríamos competir todos los partidos y llegar con opciones de ganar los partidos al final y creo que es lo que estamos consiguiendo hacer en Euroliga. Y estar en los puestos de arriba en la liga francesa es importante de cara a llegar bien al Playoff, así que lo miro como un balance positivo, sí.

G: Primeros meses como primer entrenador. ¿Qué valoración haces de este inicio de carrera?

T. S.: Estoy en un momento de mucho aprendizaje. De aprender aún cómo lidiar con las personas, por ejemplo. Ahora tengo que tomar decisiones y no únicamente dar la opinión como cuando era asistente, que es lo que hice bastante en la NBA. Ahora tengo que tomar yo las decisiones y eso creo que es la gran diferencia.

G: ¿Cuál crees que ha sido la mayor dificultad a la hora de coger este proyecto desde la Eurocup y dar el salto a la Euroliga?

T. S.: Sin duda, la cantidad de partidos y tener la presión de tomar las decisiones de quién juega y qué hacemos constantemente. Esto es un no parar. Acaba un partido y ya tienes que cambiar el chip y empezar a pensar en el próximo partido. Casi no puedes ni lamentarte mucho en lo que ha pasado, porque te obliga a pensar en el siguiente. Ese cambio de mentalidad rápida quizás es lo más difícil, pero imagino que cada vez es más habitual entre los entrenadores y no es diferente en mi caso.

G: Hace ya unos años de tu retirada. ¿Cómo se cambia ese chip de pensar como jugador a pensar como entrenador?

T. S.: Bueno, eso lo hice ya hace tiempo (se ríe), cuando me fui de asistente a la NBA. Ves el juego distinto cuando juegas. Lo ves desde tu posición, lo que puedes hacer individualmente para ayudar al equipo en ataque y defensa. Ahora es una visión más global y lo ves todo más desde arriba, no tan individualizado. Ese chip ya está cambiado, sí.

G: ¿Hay algún momento en especial aún en la cabeza de tu carrera como jugador?

T. S.: Mira, hay momentos que aún le digo al equipo que me gustaría jugar. Recuerdo especialmente el día que jugábamos contra Partizan en Belgrado, por ejemplo. Antes de la charla motivacional, les dije que me encantaría salir a jugar ese partido y que tenían la oportunidad en su vida de jugar un partido tan especial, contra Partizan, contra 20000 personas, con todo en contra… un momento muy especial.

G: Hay tres personas muy importantes en tu carrera como jugador: Dusko Ivanovic en Vitoria, Rubén Magnano con la selección y Gregg Popovich en la NBA. ¿Qué han significado cada uno de ellos en tu carrera?

T. S.: Con Dusko… tengo buenos y malos recuerdos, por llamarlo de alguna manera. Era un entrenamiento físico y mental muy duro, de llegar a tu límite como jugador, pero él me dio la oportunidad de jugar y desde muy joven. Con él, el jugador que entrena duro y se dedica siempre tendrá su oportunidad. Y eso es lo mejor de Dusko. Desde muy joven tuve oportunidades que poca gente tiene al ser tan joven, con partidos tan importantes y jugando en Euroliga y ACB.

Cuando Rubén Magnano vino a la selección de Brasil nos trajo algo distinto. La selección siempre fue ir al verano a jugar con los amigos y Rubén nos hizo tomárnoslo un poco más en serio, aunque también era muy duro. Él empezó a ponernos un poco más de normas en la cancha, que antes de él era mucho más jugar por libre. y Rubén fue encontrando el lugar de cada uno de nosotros.

Y sobre Popovich, ya lo agarré más formado como jugador. Quizás no fue tan complicado a nivel de exigencia porque ya estaba acostumbrado a otros entrenadores exigentes, pero sí me enseñó y me dejó claro cómo es la NBA. Qué es lo que necesitaba en una liga muy distinta en la que todos eran más rápidos y más explosivos. Poco a poco, él me ayudó a adaptarme a esa liga y no me tiró a los leones de primera. Me esperó un año, me dijo que me tomara ese primer año con tranquilidad, y el segundo año ya empecé a jugar, a ser titular y a crecer poco a poco.

G: ¿Qué hay de cada uno de ellos en el Tiago entrenador?

T. S.: La parte de Pop, es, sin duda, el trato con las personas. Y yo intento hacer algo parecido. Charlar con los jugadores fuera de la cancha y pedirles la opinión sobre lo que hacemos. Pop era muy bueno en eso.

De Dusko… no creo que sea un entrenador como él de exigente físicamente y mentalmente. Creo que las generaciones también han cambiado y no sé si incluso el propio Dusko también ha cambiado ahora mismo. Ahora no puedes copiar muchas de esas cosas, la verdad.

Y sobre Rubén, la estructura de algunos sistemas. Tener sistemas para cada jugador y tener las cosas claras sobre lo que quieres es un poco lo que cogí de Rubén.

G: Aquí no está Salburua o los bosques cercanos a Vitoria, claro…

T. S.: (Se ríe) No, yo creo que eso ya es un poco oldschool, ¿no? Lo de llevarnos a correr por fuera… Antes hacíamos pretemporada donde ni tocábamos el balón, lo que me parece una locura. Hoy en día eso ya no se hace y toda la preparación física se hace sobre una pista de baloncesto y eso me parece lo correcto.

G: Has empezado tu carrera aquí en Europa, pero no sé si tienes tu mirada puesta en ser algún día entrenador principal en la NBA…

T. S.: Sí, tengo mirada hacia todos lados, tanto en Europa como en la NBA. Soy entrenador, soy competidor y no quito ni descarto ninguna opción en mi futuro.

G: ¿Cómo se define el Tiago entrenador?

T. S.: Eso es muy difícil de decir… Creo que intento sacar lo mejor del grupo que tengo. No hay una fórmula propia y si te dijera eso, te mentiría. Voy a trabajar siempre de la forma que crea que puede sacar lo mejor del grupo que tengo. Tengo ciertos jugadores con unas ciertas características y tengo que ver cómo puedo utilizarlos de la mejor forma posible.

G: Has tenido esa parte NBA como jugador y entrenador. Se habla mucho de que este París tiene un juego “muy NBA”. ¿Entiendes que este es un poco el camino que está recorriendo el baloncesto europeo en su evolución?

T. S.: No sé cuál será la evolución del baloncesto europeo, la verdad. Sé que el baloncesto cada vez es más físico, más veloz, con más altura y más atlético. Y eso es lo que también tengo en mi equipo, jugadores con mucha velocidad y que les gusta jugar rápido y por eso jugamos rápido. Obviamente, si yo tuviera a Vezenkov o a Marcelinho Huertas quizás no podríamos jugar tan rápido y deberíamos jugar más cinco por cinco y a menos posesiones. Pero con el equipo que tengo… tengo jugadores explosivos que juegan en velocidad, que les gusta jugar en contraataque, les gusta penetrar y pasar… tenemos que utilizar esto.

G: Me decía un amigo tuyo… “siempre pensé que Marcelo sería entrenador antes que Tiago”. ¿Cómo te explicas esa longevidad? ¿Le ves también como entrenador en un futuro?

T. S.: Lo de Marcelo es increíble. Está rompiendo todos los tipos de barreras que puedes pensar de un jugador, de jugar tantos años… Se cuida mucho, es un profesional, le quiero mucho y es uno de mis mejores amigos. Y sí, será entrenador, está claro. Sólo nos falta saber el cuándo (se ríe).

G: Aparte de Dusko y los ya mencionados anteriormente, ¿hay algún otro entrenador sobre el que te hayas fijado a la hora de formarte?

T. S.: Sí, hay muchos, la verdad. Tuve la suerte en la NBA de estar rodeado de grandes entrenadores como Mike D’Antoni o Igor Kokoskov, por ejemplo. Aprendí mucho de ellos y también del trato de Kenny Atkinson o Jacque Vaughn… aprendí mucho de ellos. Todos tienen algo en especial y todos me han aportado cosas en mi carrera como entrenador.

G: Cuando los GM de la Euroliga te eligen como mejor entrenador de la temporada hasta el momento… ¿qué piensas?

T. S.: No me gusta echarme flores… Los jugadores han ganado partidos, han hecho su trabajo y han jugado bien. Ellos meten las canastas, yo no meto ya ni una (se ríe).

G: Estáis siendo el equipo revelación en la Euroliga. ¿Cómo explicas este rendimiento teniendo en cuenta el nivel de la competición?

T. S.: Tengo jugadores que están en su primer año de Euroliga y tienen unas ganas enormes de jugar todas las noches y dejar todo en la cancha. Jugadores que tienen las cosas claras y jugadores que han jugado juntos durante mucho tiempo. Los nuevos jugadores se han adaptado muy bien a sus roles y se han sumado a la forma de jugar, algo que no es fácil. Por ejemplo, un jugador como Maodo Lo, con años de Euroliga, llegar y cambiar su forma de ver su rol y jugar… no es fácil. Pero eso es lo que hemos conseguido hacer.

G: Has tenido una formación más americana que europea en tu faceta como entrenador… ¿ha sido una ventaja a la hora de aterrizar en Euroliga, el tener una visión diferente?

T. S.: En París, sin duda, por la forma que tenían de jugar ya el año pasado. Mi formación más americana seguramente ha pesado mucho en la decisión de incorporarme como entrenador este verano.

G: ¿Cómo valoras el trabajo hecho por Tuomas Iisalo, tu antecesor?

T. S.: Excepcional. Es un gran entrenador, con las ideas muy claras y que ha hecho cosas increíbles con este grupo. Y se nota todo lo que ha dejado aquí cuando hablas con jugadores y entrenadores que han estado con él. Tenía todo muy bien preparado, pocas cosas pero muy bien hechas. No era una gran variedad pero todo lo que hacían lo hacían muy bien.

G: Se habla mucho ahora de la evolución del triple, incluso en la NBA, con un aumento considerable de los intentos… ¿cómo lo ves como entrenador?

T. S.: Tengo dos puntos de vista: el de entrenador y el de espectador. El de entrenador… quieres ganar partidos. ¿Qué es lo que tengo que hacer para ganar partidos? Si la estadística me dice que tengo que tirar más triples, ¿por qué no voy a hacerlo? Sería tonto y un romántico que no quiere ganar partidos.

Desde el punto de vista del espectador… cuando ves un partido que es triple fallado, triple fallado, triple fallado… no sé ve bien y lo entiendo. Pero al final puedes estar seguro que todos los entrenadores y jugadores quieren ganar y si se tiran muchos triples es porque es la forma de ganar partidos.

G: Hablemos un poco de TJ (Shorts). Había dudas por su tamaño sobre su encaje en Euroliga. ¿Qué es lo que le hace un jugador tan especial pese a ello?

T. S.: Es un jugador espectacular. Es pequeño, sí, pero también muy explosivo, muy rápido y muy listo. Muy muy listo. Yo he jugado con grandes bases como Huertas, Prigioni, Calderón, Tony Parker… Y TJ, en lectura de juego, está a ese mismo nivel.

G: Este año regresaste a Vitoria, ahora como entrenador. ¿Cómo de especial fue ese día?

T. S.: Fue bastante emotivo. Regresar ahí… recibir todo el cariño de la afición… Siempre me tratan muy bien en Vitoria, no únicamente cuando voy al Buesa Arena, también por las calles, en los bares tomando pintxos… La único malo es que perdimos ese día (se ríe).

G: ¿Y algún día veremos a Tiago en el banquillo del Buesa Arena?

T. S.: No lo sé, ya veremos… Es cuestión del momento, de cómo esté mi carrera, de lo que busquen ellos en el futuro…

G: Pero imagino que es algo que te haría especial ilusión que sucediera…

T. S.: Sí, sí. Es un equipo en el que jugué y en el que tengo muchos amigos… aunque también hay mucha presión. Vitoria es una ciudad que ama mucho el baloncesto y que está muy involucrada en el equipo.

G: Hablemos de este proyecto de París Basketball que tiene poco bagaje respecto a otros equipos de la Euroliga. ¿Cuál es el futuro? ¿A cuántos pasos crees que está el proyecto de, por ejemplo, poder ganar una Euroliga?

T. S.: Creo que aún hay varios pasos por hacer, la verdad. Por ejemplo, a nivel de estructura, aún no tenemos un centro de entrenamiento propio. Sí tenemos buen pabellón como es el Adidas Arena, o incluso podemos jugar en el ACCOR Arena, pero aún hay algunos pasos de estructura que tenemos que dar. Pero es normal. Somos un club muy joven y no ha habido tiempo aún para darlos. A nivel económico, todavía estamos por debajo de lo que son las grandes potencias de Europa. Nosotros tenemos un presupuesto de fichajes de algo más de 5 millones y competimos contra rivales que están por encima de los veinte. ¿Cómo compites contra eso? Necesitas inversión, con patrocinadores, con la ciudad… y eso es de lo que dependerá la evolución de París. Quieras o no, necesitas dinero para hacer buenos equipos y poder fichar jugadores.

G: ¿Cómo de difícil es convivir en esta ciudad tan de fútbol con el PSG y qué impacto está teniendo París Basketball en la sociedad parisina?

T. S.: No sé si es el fútbol lo que nos pueda quitar afición, la verdad. París es una ciudad con muchas atracciones, no únicamente deportivas, hay muchas cosas que hacer. Aunque la ciudad es grande, creo que hay una competencia gigantesca en ocio. París es una de las ciudades con más ocio del mundo y compites contra todo esto. Aún así, es espectacular que en sólo 6 años hemos podido ya llenar con 14.000 personas en más de un partido de Euroliga como fue como contra Panathinaikos o el Barça. Espectacular.

G: ¿Y cómo es el espectador de París Basketball? ¿Es más americano o europeo?

T. S.: Creo que todavía son más espectadores en general. Poco a poco se empieza a generar esa sensación de “hincha” que conocemos más. Hay gente joven que está aprendiendo sobre el baloncesto y se nota ya que empiezan a presionar, que empiezan a quejarse a los árbitros, que animan y empujan en los momentos correctos… Tenemos una afición joven, igual que el equipo.

G: Estamos en una semana muy especial para París, con la disputa de los NBA París Games. ¿Cómo de importante es esto para el crecimiento del baloncesto francés?

T. S.: Creo que Francia está en un momento muy dulce en el baloncesto. Una selección muy fuerte, llegando a la final de los Juegos Olímpicos con muchos jugadores jóvenes de talento tanto en la NBA como en Europa y con un futuro tremendo. La Liga está mejorando cada vez más y tenemos tres equipos en Euroliga. Un jugador como Wembanyama que es estrella mundial, francés también, en pura ascensión. Creo que el baloncesto francés está en un momento muy dulce, sí.

G: En los últimos años la liga francesa se ha convertido en un gran vivero de jugadores jóvenes para la NBA, con el propio Wembanyama, Coulibaly o Risacher. ¿Este camino que está cogiendo Francia es un buen ejemplo para seguir en otras ligas?

T. S.: Sí, creo que aquí invierten mucho dinero en el desarrollo de jóvenes. Tienen una estructura tremenda y, por ejemplo, si lo comparo con Brasil, es que no se puede ni comparar el tamaño de inversión que han hecho, y están sacando sus frutos. Obviamente, tienen un ADN muy privilegiado aquí en Francia y es inevitable que vayan sacando jugadores que acaben en la NBA.

G: Te tengo que preguntar por Wembanyama. No sé si habías visto nunca un jugador así…

T. S.: No, nunca. Es más, cuando ves su proyección… es incomparable. Ves a Anthony Edwards y piensas que es parecido o se mueve como Kobe Bryant o Michael Jordan, pero cuando ves a Wembanyama… no puedes compararlo con nadie. No hay nadie de 2’20 que se mueva igual que él, que tire igual que él, que drible igual que él, que pase igual que él… Él es un jugador único que va a marcar tendencia.

G: Ya te has enfrentado a él con la selección, pero no sé si aún sigues dándole vueltas a cómo se le puede intentar defender de alguna manera…

T. S.: De momento, hay que jugar muy físico contra él. Es un poco aún lo que tiene que mejorar, ser un jugador más físico y ganar un poco de peso. Y ahora es la única forma que tienes para intentar pararlo.

G: Ya para acabar, mirando un poco hacia atrás… ¿qué le diría el Tiago entrenador al Tiago jugador?

T. S.: Buah, buena pregunta (se ríe y se queda pensando). No lo sé… El juego ha cambiado bastante desde que jugué yo. Quizás ya no podría jugar de cuatro como algunas veces jugué. Sería un cinco puro leñador, de poste bajo y pick&roll. La verdad es que no sé qué me diría a mí mismo.

G: Para encajar más en el juego actual… ¿horas de entrenamiento tirando triples?

T. S.: No te creas que no lo intenté (se ríe). Entrené mucho para tirar mejor, pero no era un tirador natural, la verdad. Nunca tuve el talento para eso. Pero bueno, al final… somos como somos.

G: Muchas gracias por atendernos y mucha suerte para el futuro, Tiago.

T. S.: Un placer.

Foto: Getty Images Etiquetas de Mautic

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