El juego de la oca, ¿inspirado en el Camino de Santiago?
Varias teorías unen al mítico trayecto con el popular juego, que tendría tantas casillas como etapas del Camino FrancésRecomendaciones para hacer el Camino de Santiago con perro La creación de los juegos de mesa es bien diversa y el origen de más uno de esos “pasatiempos” con tablero y dados puede resultar de lo más original. De ahí que a más de uno le pueda sorprender una curiosa vinculación: ¿El Juego de la Oca… se inspiró en el Camino de Santiago? Y es que hay expertos que aseguran que el Juego de la Oca es una guía encriptada del Camino de Santiago… pero de ida y vuelta. Concretamente, esas primeras señales que delatan la relación mencionada señalan al Disco de Phaistos o Festos, una pieza de arcilla circular de unos 16 centímetros de diámetro y 2 centímetros de espesor. Está datado entre el 1700 y el 1580 a.C., tiene 61 palabras, 31 en un lado y 30 en otro, que van acompañadas de dibujos como las ocho aves que se pueden apreciar, tal vez ocas. Otro de los posibles orígenes de la curiosa relación es medieval. Y es que hay expertos que aseguran que ese vínculo parece residir en la Orden del Temple, creada en 1118 en Jerusalén, con la intención de proteger y defender a cristianos que se dirigían a Santiago, entre otros lugares santos de peregrinación. Cristianos que necesitaban un mapa criptográfico… muy parecido al Juego de la Oca. En todo caso, el ejemplar más antiguo que se conoce del Juego de la Oca no es medieval, sino que es el que regala Francisco I de Médici de Florencia a Felipe II de España en la segunda mitad del siglo XVI. Un ejemplar en madera del año 1640, que se populariza a partir de 1880. Constantes referencias De hecho, en la toponimia del Camino de Santiago Francés encontramos algunas localidades con el término “oca” o cuyo nombre se refiere a un ganso: Oca o Anza, Villafranca Montes de Oca, Castrojeriz (ciudad de ocas), El Ganso, Ocón, Puerto de Oca, Manjarín (el hombre de las ocas), etc. Y también podemos ver representada la pata de la oca en diferentes capiteles y monumentos. En lo que también coinciden muchas de las personas que han estudiado a fondo la posible vinculación es que la forma de la pata de oca la podemos encontrar en el Cristo de la Pata de Oca, un crucifijo que podemos visitar en la iglesia del Crucifijo de Puente La Reina (Navarra). No olvidemos que el Juego de la Oca es un tablero rectangular con una espiral dentro en la que hay 63 casillas: Las primeras 32 casillas serían el viaje de ida a Santiago de Compostela desde la frontera con Francia, mientras que las otras restantes serían la vuelta. Las casillas 6 y 12 son un puente, algo que nos ayuda a evitar un obstáculo, y separarían lo mundanal de lo celestial; se cree que el primer puente podría ser también el de Puente La Reina (Navarra). La casilla 52 sería la cárcel, que en la Edad Media sería el Hospital de San Marcos de León. La casilla 58 es la muerte, aunque también el renacer, pues vuelves a la casilla de salida a comenzar de nuevo el camino. Por último, la casilla 63, la de la gran oca, sería Santiago de Compostela (o Finisterre, para algunos), final del Camino, la llegada al Jardín de la Sabiduría, el final de casi todo.

Varias teorías unen al mítico trayecto con el popular juego, que tendría tantas casillas como etapas del Camino Francés
Recomendaciones para hacer el Camino de Santiago con perro
La creación de los juegos de mesa es bien diversa y el origen de más uno de esos “pasatiempos” con tablero y dados puede resultar de lo más original. De ahí que a más de uno le pueda sorprender una curiosa vinculación: ¿El Juego de la Oca… se inspiró en el Camino de Santiago?
Y es que hay expertos que aseguran que el Juego de la Oca es una guía encriptada del Camino de Santiago… pero de ida y vuelta. Concretamente, esas primeras señales que delatan la relación mencionada señalan al Disco de Phaistos o Festos, una pieza de arcilla circular de unos 16 centímetros de diámetro y 2 centímetros de espesor. Está datado entre el 1700 y el 1580 a.C., tiene 61 palabras, 31 en un lado y 30 en otro, que van acompañadas de dibujos como las ocho aves que se pueden apreciar, tal vez ocas.
Otro de los posibles orígenes de la curiosa relación es medieval. Y es que hay expertos que aseguran que ese vínculo parece residir en la Orden del Temple, creada en 1118 en Jerusalén, con la intención de proteger y defender a cristianos que se dirigían a Santiago, entre otros lugares santos de peregrinación. Cristianos que necesitaban un mapa criptográfico… muy parecido al Juego de la Oca.
En todo caso, el ejemplar más antiguo que se conoce del Juego de la Oca no es medieval, sino que es el que regala Francisco I de Médici de Florencia a Felipe II de España en la segunda mitad del siglo XVI. Un ejemplar en madera del año 1640, que se populariza a partir de 1880.
Constantes referencias
De hecho, en la toponimia del Camino de Santiago Francés encontramos algunas localidades con el término “oca” o cuyo nombre se refiere a un ganso: Oca o Anza, Villafranca Montes de Oca, Castrojeriz (ciudad de ocas), El Ganso, Ocón, Puerto de Oca, Manjarín (el hombre de las ocas), etc. Y también podemos ver representada la pata de la oca en diferentes capiteles y monumentos.
En lo que también coinciden muchas de las personas que han estudiado a fondo la posible vinculación es que la forma de la pata de oca la podemos encontrar en el Cristo de la Pata de Oca, un crucifijo que podemos visitar en la iglesia del Crucifijo de Puente La Reina (Navarra).
No olvidemos que el Juego de la Oca es un tablero rectangular con una espiral dentro en la que hay 63 casillas: Las primeras 32 casillas serían el viaje de ida a Santiago de Compostela desde la frontera con Francia, mientras que las otras restantes serían la vuelta.
Las casillas 6 y 12 son un puente, algo que nos ayuda a evitar un obstáculo, y separarían lo mundanal de lo celestial; se cree que el primer puente podría ser también el de Puente La Reina (Navarra). La casilla 52 sería la cárcel, que en la Edad Media sería el Hospital de San Marcos de León.
La casilla 58 es la muerte, aunque también el renacer, pues vuelves a la casilla de salida a comenzar de nuevo el camino. Por último, la casilla 63, la de la gran oca, sería Santiago de Compostela (o Finisterre, para algunos), final del Camino, la llegada al Jardín de la Sabiduría, el final de casi todo.