Adiós a la mampara de la ducha: esta es la nueva moda llena de estilo, pero sin charcos
Hubo un tiempo en que el baño sin mampara era sinónimo de hotel barato o piso antiguo. Hoy, sin embargo, lo más elegante que puedes hacer en tu casa es no poner absolutamente nada entre tu ducha y el resto del baño. Ni puertas, ni plásticos, ni cristales. Parece arriesgado, pero en realidad es una tendencia bien pensada. El nuevo lujo es la comodidad, y eso empieza por no tener que estar limpiando cristales cada semana. O por no tener que esquivar raíles oxidados. Las duchas abiertas no solo son bonitas, también son prácticas. Y son más de revista. En lugar de cerrarse, ahora las duchas se integran. Se hunden en el suelo, se alinean con el azulejo, y muchas veces ni siquiera se distinguen a simple vista. No hay barreras físicas ni visuales. Y sí, el suelo puede mojarse un poco, pero todo tiene truco. En Directo al Paladar Privacidad sin obras en tu terraza: ocho soluciones asequibles para proteger tu terraza o balcón de los curiosos Sin charcos: el secreto La clave está en la pendiente del suelo y el tipo de desagüe. Una buena ducha sin mampara necesita una ligera inclinación para que el agua no se escurra al resto del baño. Los nuevos platos extraplanos y rejillas de canal largo lo resuelven sin complicaciones ni charcos. También influyen los materiales: suelos antideslizantes, revestimientos sin juntas y tratamientos hidrófugos. Ya no hay miedo a la humedad. De hecho, al eliminar la mampara se mejora la ventilación y se contribuye a evitar el clásico moho en las esquinas. Para quien necesita una separación visual, hay opciones como paredes de obra, biombos de diseño o incluso cortinas textiles impermeables (sí, han vuelto, pero con más gusto). Lo importante es que el baño respire, se abra, no se encierre en compartimentos. Y a nivel estético, el impacto es inmediato. El baño se ve más grande, más limpio y más moderno. Gana luz, amplitud y sobre todo, carácter. Es un diseño que apuesta por lo esencial, por la forma más que por el accesorio. Eso sí, esta tendencia no es para todos los baños. En espacios pequeños puede complicar más que ayudar, y sin una buena obra, la comodidad se convierte en problema. Pero si el espacio lo permite, decir adiós a la mampara puede ser lo más inteligente (y bonito) que hagas este año. Fotos | Max Vakhtbovycn y Jean van der Meulen En DAP | Con estos siete elementos puedes transformar tu balcón o pequeña terraza de forma barata sin hacer reformas En DAP | Olvida el mantel de siempre y haz como Samantha Vallejo-Nágera para darle color a tu mesa con la mejor alternativa - La noticia Adiós a la mampara de la ducha: esta es la nueva moda llena de estilo, pero sin charcos fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Joana Costa .

Hubo un tiempo en que el baño sin mampara era sinónimo de hotel barato o piso antiguo. Hoy, sin embargo, lo más elegante que puedes hacer en tu casa es no poner absolutamente nada entre tu ducha y el resto del baño. Ni puertas, ni plásticos, ni cristales.
Parece arriesgado, pero en realidad es una tendencia bien pensada. El nuevo lujo es la comodidad, y eso empieza por no tener que estar limpiando cristales cada semana. O por no tener que esquivar raíles oxidados. Las duchas abiertas no solo son bonitas, también son prácticas. Y son más de revista.
En lugar de cerrarse, ahora las duchas se integran. Se hunden en el suelo, se alinean con el azulejo, y muchas veces ni siquiera se distinguen a simple vista. No hay barreras físicas ni visuales. Y sí, el suelo puede mojarse un poco, pero todo tiene truco.
Sin charcos: el secreto
La clave está en la pendiente del suelo y el tipo de desagüe. Una buena ducha sin mampara necesita una ligera inclinación para que el agua no se escurra al resto del baño. Los nuevos platos extraplanos y rejillas de canal largo lo resuelven sin complicaciones ni charcos.
También influyen los materiales: suelos antideslizantes, revestimientos sin juntas y tratamientos hidrófugos. Ya no hay miedo a la humedad. De hecho, al eliminar la mampara se mejora la ventilación y se contribuye a evitar el clásico moho en las esquinas.

Para quien necesita una separación visual, hay opciones como paredes de obra, biombos de diseño o incluso cortinas textiles impermeables (sí, han vuelto, pero con más gusto). Lo importante es que el baño respire, se abra, no se encierre en compartimentos.
Y a nivel estético, el impacto es inmediato. El baño se ve más grande, más limpio y más moderno. Gana luz, amplitud y sobre todo, carácter. Es un diseño que apuesta por lo esencial, por la forma más que por el accesorio.
Eso sí, esta tendencia no es para todos los baños. En espacios pequeños puede complicar más que ayudar, y sin una buena obra, la comodidad se convierte en problema. Pero si el espacio lo permite, decir adiós a la mampara puede ser lo más inteligente (y bonito) que hagas este año.
Fotos | Max Vakhtbovycn y Jean van der Meulen
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Joana Costa
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