3 poemas de La memoria de la piel, de Dolors Fernández Guerrero

La piel es frontera y contorno, reconocimiento de lo que nos constituye. Donde acaba la piel empieza el mundo, la alteridad, la amenaza, pero también las sensaciones y el placer. La piel nos constituye como seres amantes y amados desde el seno materno, al tiempo que nos arma con su frágil coraza ante las adversidades. Es esa dualidad la que lo convierte en un poderoso interfaz entre el propio ser y el entorno. La poesía de La memoria de la piel surge de la herida. Su huella la convierte en un acto de resiliencia.

En Zenda publicamos tres poemas de La memoria de la piel (Vitruvio), de Dolors Fernández Guerrero.

***

Como un tiro a bocajarro

Como un tiro a bocajarro
que te partiera por la mitad,
el cuerpo desconsolado
a medio hacer
en su deshacer
y la furia de seguir,
de demostrar
que no aceptas el vacío
que te deroga,
aunque hoce la bala en tu herida
y aún seas capaz
de hacer lo imposible
por seguir
bajo el foco de la compostura
que mira a la bestia feroz
cara a cara,
arma en mano
con otro tiro en la recámara
y ese dolor recio, acre,
en el justo centro,
en tu mitad partida,
como un tiro a bocajarro
que preservara tu sonrisa,
tu peinado y el pliegue
de tu vestido
tan cruel…

Hurgar en el dolor
te hace más fuerte
… o te liquida.
No hay medias tintas
en la llama que se aproxima
a la mecha
de la dinamita.

***

Elegía de Penélope

En este cuarto sin nombre
deambulan elefantes violetas
y encantadoras serpientes de cascabel
que esperan tu presencia
y sé que si estuvieras,
sombra de árbol y ceniza,
harías de mi vida un rastrojo
−juguete roto,
muñeca desmembrada,
simple despojo−.

Aun así, aquí estoy,
cautiva de tu ausencia,
humillada,
cincelada por la angostura
de un olvido que solo finjo
para que no caigan sobre mí
la ruina y el desdoro.

Laten tus ojos en mi oscuridad
y en ellos el dolor del niño,
las ansias entreveradas
que te inflaman como un fénix
despiadado.
Amas el amor de Eros,
al dios de la flecha y el carcaj
que con su capricho
inicia todas las cacerías,
y no hay amada que lo sea
porque tu corazón es un polvorín
de sangre y miedo
que desecha pronto el cuello puro que se ofrenda.

Arrasas la hierba fresca a tu paso
y sacas los corazones con tu cuchillo
como si fueran de manzanas,
podridos.
No te engañes,
la huella de lo que fuimos permanece,
es la savia que nos conforma,
la que se transforma en dragón
y te espolea, agónica.

Contemplo tu iris en mis noches,
su obsidiana dura, reluciente,
cuando la espera es una herida abierta
y el ferviente estigma de la nada
me halla desvalida, desnuda.
Como un animal me siento
y te siento, ambos sometidos
al látigo que restalla en la piel,
entre ráfagas de deseo y silencios.

Amo el amor que tú desprecias,
aunque jamás quise ser Penélope
ni Circe ni Nausica.
Sé que sabes que lo sé,
que lo intuyes,
que lo ves,
porque eres un ídolo con los pies de barro
y por eso te amo,
pero anticipo el dolor de la muñeca rota,
su abandono
y en su derrota reside mi propio

absurdo,

falso

desdén.

***

A ese tigre

A ese tigre rayado de espino,
−eléctrico temblor en cada abrazo−
regalo sin aliento mi regazo,
pasión quebrada en el cristal del vino.

Y sé que me disuelvo en un retazo
inútil de su piel donde adivino
su voz, geometría sin destino,
triángulo armado en un pedazo.

Ser náufrago en un tiempo sin fluido,
viajar con este tigre que delata
el ansia mientras roe al vencido,

robarle al silencio el tiempo perdido,
nadar y perder la ropa que ata
el loco desamor a su rugido.

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Autora: Dolors Fernández Guerrero. Título: La memoria de la piel. Editorial: Vitruvio. Venta: Todos tus libros.

BIO

Dolors Fernández Guerrero (Barcelona, 1968), licenciada en Filología Hispánica, es autora de los poemarios Mi corazón mordido por tus labios (2017) y La memoria de la piel (accésit del Premio Vitruvio de Poesía 2024), así como de las novelas El club del tigre blanco (2020) y de las novelas breves Halogramas y Huye, Alisa (ambas en 2021). Colabora en diversas publicaciones literarias y en la actualidad es Secretaria General de la Junta Directiva de la ACEC (Asociación Colegial de Escritores de Cataluña).

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