Los testigos indican que la niña no fue golpeada por el coche del jefe de la Policía Municipal, sino que su madre tiró de ella

El accidente que dejó herida leve a una niña de 10 años el pasado 28 de abril, sobre las 13.30 horas, en el paseo de Extremadura, revela, según la declaración de los testigos, que la menor no fue golpeada por el coche en el que viajaba el director general de la Policía Municipal, Pablo Enrique Rodríguez , sino que fue su madre la que tiró de ella y cayó al suelo. El turismo lo conducía el chófer, un inspector de su confianza. Aquella jornada hacía apenas una hora que se había preoducido el apagón que dejó a oscuras España y el alto cargo se direigía a las instalaciones policiales de la Casa de Campo para una reunión de crisis. Uno de los temores era que el sistema informático del Cuerpo se hubiese resentido. Las conclusiones provisionales del atestado, a las que ha tenido acceso ABC, indican que dos testigos vieron que el vehículo circulaba a una velocidad normal y que los peatones cruzaban la calzada por un paso de cebra habilitado y regulado por un semáforo que, debido a la incidencia , no funcionaba. Cuando el coche sobrepasó el paso de peatones, explicaron, la mujer que acompañaba a la menor tiró de su brazo y provocó su caída, descartando el atropello inicial y sin poder determinarse que la niña hubiese sufrido un arrollamiento como tal. La madre dijo que, según cruzaban desde la acera de los impares, el vehículo policial (que iba con las sirenas y luces puestas) golpeó con la parte trasera la rodilla de la víctima, lo que hizo que cayera al suelo, a diferencia de la versión de los investigadores. La patrulla que acudió al suceso procedió a abrir el parte de accidentes al día siguiente, a las 13.03 horas, dentro del plazo de 24 horas posible por ley, en el que el conductor insistió en que llevaba los rotativos policiales puestos y que circulaba con prudencia. Añadió que se percató de la caída de una menor en mitad de la calzada, cuando sobrepaso el paso de peatones. Respecto a la prueba de alcoholemia, que no fue realizada, explican los investigadores que fue porque el coche patrulla que acudió no llevaba etilómetro (es un vehículo camuflado). Ello, unido a los problemas ocasionados en la ciudad por el apagón, hizo priorizar estos instrumentos para sucesos graves. De hecho, de los 23 accidentes con heridos leves registrados en la ciudad ese día desde el fundido en negro, en 18 no se realizó la prueba de alcohol. A día de hoy, miércoles 7 de mayo, la Policía Municipal de Madrid no ha recibido denuncia de los perjudicados ni requerimiento judicial para investigar las lesiones producidas en el accidente, constando por tanto como leves según informe de Samur. Se procederá a la apertura de diligencias en el momento que se reciba requerimiento judicial o denuncia de los perjudicados.

May 7, 2025 - 16:59
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Los testigos indican que la niña no fue golpeada por el coche del jefe de la Policía Municipal, sino que su madre tiró de ella
El accidente que dejó herida leve a una niña de 10 años el pasado 28 de abril, sobre las 13.30 horas, en el paseo de Extremadura, revela, según la declaración de los testigos, que la menor no fue golpeada por el coche en el que viajaba el director general de la Policía Municipal, Pablo Enrique Rodríguez , sino que fue su madre la que tiró de ella y cayó al suelo. El turismo lo conducía el chófer, un inspector de su confianza. Aquella jornada hacía apenas una hora que se había preoducido el apagón que dejó a oscuras España y el alto cargo se direigía a las instalaciones policiales de la Casa de Campo para una reunión de crisis. Uno de los temores era que el sistema informático del Cuerpo se hubiese resentido. Las conclusiones provisionales del atestado, a las que ha tenido acceso ABC, indican que dos testigos vieron que el vehículo circulaba a una velocidad normal y que los peatones cruzaban la calzada por un paso de cebra habilitado y regulado por un semáforo que, debido a la incidencia , no funcionaba. Cuando el coche sobrepasó el paso de peatones, explicaron, la mujer que acompañaba a la menor tiró de su brazo y provocó su caída, descartando el atropello inicial y sin poder determinarse que la niña hubiese sufrido un arrollamiento como tal. La madre dijo que, según cruzaban desde la acera de los impares, el vehículo policial (que iba con las sirenas y luces puestas) golpeó con la parte trasera la rodilla de la víctima, lo que hizo que cayera al suelo, a diferencia de la versión de los investigadores. La patrulla que acudió al suceso procedió a abrir el parte de accidentes al día siguiente, a las 13.03 horas, dentro del plazo de 24 horas posible por ley, en el que el conductor insistió en que llevaba los rotativos policiales puestos y que circulaba con prudencia. Añadió que se percató de la caída de una menor en mitad de la calzada, cuando sobrepaso el paso de peatones. Respecto a la prueba de alcoholemia, que no fue realizada, explican los investigadores que fue porque el coche patrulla que acudió no llevaba etilómetro (es un vehículo camuflado). Ello, unido a los problemas ocasionados en la ciudad por el apagón, hizo priorizar estos instrumentos para sucesos graves. De hecho, de los 23 accidentes con heridos leves registrados en la ciudad ese día desde el fundido en negro, en 18 no se realizó la prueba de alcohol. A día de hoy, miércoles 7 de mayo, la Policía Municipal de Madrid no ha recibido denuncia de los perjudicados ni requerimiento judicial para investigar las lesiones producidas en el accidente, constando por tanto como leves según informe de Samur. Se procederá a la apertura de diligencias en el momento que se reciba requerimiento judicial o denuncia de los perjudicados.