Gaviotas, las verdaderas estrellas inesperadas del Vaticano
Mientras todo el mundo mira al cielo del Vaticano esperando la famosa fumata blanca, ellas ya están ahí. Tranquilas, desafiantes y perfectamente ubicadas junto a la chimenea de la Capilla Sixtina, las gaviotas han robado cámara en uno de los eventos más solemnes de la Iglesia católica. Sin quererlo (o tal vez sí), estas aves […]

Mientras todo el mundo mira al cielo del Vaticano esperando la famosa fumata blanca, ellas ya están ahí. Tranquilas, desafiantes y perfectamente ubicadas junto a la chimenea de la Capilla Sixtina, las gaviotas han robado cámara en uno de los eventos más solemnes de la Iglesia católica. Sin quererlo (o tal vez sí), estas aves marinas se han convertido en un símbolo inesperado del cónclave, acumulando memes, miradas curiosas y hasta reflexiones espirituales.
Gaviotas, de ícono viral a problema urbano
Sí, las gaviotas en la Capilla Sixtina son fotogénicas, pero Roma las conoce por otro lado. Estas aves, que solían reinar en zonas costeras, han migrado hacia la ciudad (a más de 40 km del mar) y ahora dominan los cielos romanos con descaro absoluto. Hoy, se calcula que hay más de 40,000 gaviotas en la capital italiana. Se alimentan de basura, roban comida, y han aprendido a sobrevivir (y prosperar) en un entorno urbano que no las esperaba, pero tampoco ha sabido cómo sacarlas. Su presencia ha obligado a los vecinos a modificar sus hábitos y a las autoridades a poner en marcha medidas costosas, pero necesarias.
¿Santo presagio o sólo buscan calor?
Cada vez que hay un cónclave, la escena se repite: chimenea, humo y… una gaviota. En 2013 ya causaron sensación posándose justo antes del anuncio del papa Francisco. En este 2025, regresan como si tuvieran pase VIP al evento más cerrado del catolicismo. ¿Pueden sentir lo que pasa dentro? ¿Son mensajeras del Espíritu Santo versión low-cost? ¿O solo están ahí por el calor del conducto de humo y los restos de bocadillo de algún periodista? No sabemos.
La conquista de Roma
Las gaviotas son aves de mar, pero Roma, a 40 kilómetros de la costa, es ahora su reino. Su población ha crecido hasta unos 40 mil ejemplares, según estimaciones. ¿Por qué? Vertederos llenos de comida, calles con restos y una ciudad que no siempre está impecable. Roma es un paraíso para estas aves oportunistas. Sin embargo, no todo es glamour. En 2024, todos vimos cómo una gaviota y un cuervo atacaron a dos palomas liberadas por el papa Francisco en la Plaza de San Pedro. Fue un momento salvaje que dejó claro quién manda en los cielos romanos.
Un fenómeno de redes (y memes)
Lo que pasa en el Vaticano no se queda en el Vaticano. En plena era digital, las gaviotas se convirtieron en virales, generando memes que las visten con capas papales, les ponen nombres como “Seagull I” y las hacen hablar en latín. Se han ganado un lugar en la cultura pop, protagonizando TikToks, threads en X y hasta reels con música de fondo dramática. Una especie de papal influencer alada que ni el propio Vaticano se esperaba.
Más que un meme
Fuera del foco mediático, la historia cambia. En la vida cotidiana, estas aves son una molestia creciente. Han llegado a atacar palomas, ratas y hasta humanos si se sienten amenazadas. El Ayuntamiento ha tenido que destinar 4 millones de euros para controlar su expansión. Además, cada primavera, su comportamiento se vuelve más agresivo al proteger sus nidos, que muchas veces instalan en balcones, techos o terrazas urbanas. Las autoridades ya recomiendan instalar redes, plantas altas y mantener los espacios limpios para evitar que se adueñen del lugar. Su comportamiento no es una casualidad: es la consecuencia directa de la sobreurbanización, el mal manejo de residuos y la escasez de depredadores naturales. En pocas palabras, nosotros les abrimos la puerta… y ahora no quieren irse.
Allí están. Imperturbables, dueñas del cielo y de la mejor vista al corazón del cristianismo. Las gaviotas nos recuerdan, con su actitud desinteresada, que a veces la naturaleza se cuela en los momentos más solemnes, se roba el show y nos obliga a mirar con otros ojos lo que parecía inmutable. En un mundo donde todo se retransmite y todo se interpreta, ellas simplemente están ahí. Sin presiones, sin votos, sin boletines. Observando desde las alturas… como si supieran algo que nosotros no.
Per fortuna è tutto in streaming.
ABSOLUTE CINEMA. https://t.co/o9qZR13rTr pic.twitter.com/kvn2LoT8kU
— Gazzismo
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