Los nuevos aranceles de Donald Trump: los medicamentos que podrían aumentar en las próximas semanas
La administración federal de Trump planea nuevos aranceles que podrían subir el precio de medicamentos en EE.UU. Conoce los fármacos afectados y la estrategia para fortalecer la industria farmacéutica local.

Donald Trump encendió las alarmas en la industria farmacéutica con su decisión de aplicar aranceles a la importación de medicamentos. La medida, aún no oficializada, pero ya anunciada públicamente, podría alterar de forma drástica los precios de muchos tratamientos en Estados Unidos y afectar no solo a las grandes compañías, sino también a los pacientes que dependen de fármacos esenciales para tratar enfermedades.
El plan de Trump para la industria farmacéutica: aranceles, relocalización y una orden ejecutiva
El 5 de mayo, desde la Oficina Oval, Trump firmó una orden ejecutiva que busca acelerar la fabricación de medicamentos en suelo estadounidense. El objetivo, según explicó el mandatario, es garantizar la seguridad nacional y evitar depender de suministros extranjeros en momentos críticos, como conflictos armados o crisis sanitarias.
La orden instruyó a la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) a reducir el tiempo necesario para aprobar nuevas plantas de producción en Estados Unidos. Para lograrlo, eliminó requisitos considerados innecesarios y aceleró los procesos de revisión. Además, ordenó aumentar las inspecciones en plantas extranjeras, pasar de visitas programadas a arribos sorpresivos y elevar las tasas de inspección a laboratorios fuera del país norteamericano.
Los laboratorios ya reaccionaron: inversiones millonarias para evitar sanciones
Frente al posible anuncio de aranceles específicos en las próximas semanas, los grandes laboratorios comenzaron a reestructurar sus cadenas de producción y distribución. El objetivo es eludir los impuestos relocalizando su fabricación dentro de Estados Unidos.
Algunas de las inversiones más importantes anunciadas en los últimos meses, según informó The Guardian, son:
- Johnson & Johnson comprometió US$55.000 millones para investigación y manufactura dentro de Estados Unidos en los próximos cuatro años. Actualmente, gran parte de su producción se encuentra en Europa, lo que la hace especialmente vulnerable a los aranceles.
- Eli Lilly, conocida por sus medicamentos para la diabetes y la obesidad, se encuentra en la construcción de cuatro nuevas plantas en Estados Unidos, con una inversión estimada de al menos US$27.000 millones.
- Roche y Novartis, dos gigantes suizos, confirmaron inversiones de US$50.000 millones y US$23.000 millones, respectivamente, para ampliar su presencia en territorio norteamericano.
- AstraZeneca, de origen británico, destinó US$3500 millones a trasladar parte de su producción desde Europa a Estados Unidos.
La firma de análisis EY estimó que, si los aranceles llegan al 25% sobre los productos farmacéuticos importados, los costos de los medicamentos en Estados Unidos podrían aumentar hasta un 12,9%.
En términos económicos, esto representaría una suba de aproximadamente US$51.000 millones al año, de acuerdo con un estudio encargado por la Pharmaceutical Research and Manufacturers of America, citado por The Guardian.
Las farmacéuticas genéricas, en riesgo: márgenes bajos y estructuras más frágiles
Las compañías dedicadas a la producción de medicamentos genéricos, alternativas más económicas a los productos de marca, podrían ser las más afectadas por los nuevos impuestos. A diferencia de los grandes laboratorios, estas empresas operan con márgenes de ganancia muy ajustados, lo que dificulta su capacidad de absorber costos adicionales sin trasladarlos a los consumidores.
Giovanni Barbella, jefe global de estrategia y cadena de suministro de Sandoz, una de las mayores productoras de genéricos del mundo, explicó: “Estamos produciendo con márgenes muy estrechos. Un aumento en los costos de producción, incluidos los aranceles, terminará en precios más altos”.
También advirtió que muchas empresas podrían abandonar el mercado estadounidense y priorizar otros países, lo que provocaría aún más interrupciones en el abastecimiento. “El que más va a sufrir es el paciente estadounidense”, afirmó.
En ese sentido, la red de producción de Sandoz es un ejemplo de la complejidad del sistema global. La empresa fabrica la sustancia activa de antibióticos como la amoxicilina en Austria, España y Eslovenia; mientras que el producto final se elabora en Austria y otras plantas en Polonia, Alemania y Turquía. Algunos ingredientes provienen de China e India, al igual que la producción de otros medicamentos que se ensamblan o envasan en Brasil, India o Polonia.
Barbella también detalló que, en el caso de medicamentos biológicos, su compañía depende de Novartis para obtener las sustancias base, aunque ya inició la construcción de una nueva planta en Eslovenia para garantizar independencia productiva.