Las empresas estiman un impacto de 1.600 millones tras 24 horas sin luz
Los empresarios ya han hecho cuentas del impacto del apagón que afectaba el lunes a toda España y que dejó miles de negocios congelados, sin actividad o, como poco, bajo mínimos, a la espera de que en algún momento del día volviera la luz. Algo que, en algunas zonas, no ocurrió hasta 24 horas después. La CEOE estima que la factura económica de esta crisis energética se elevará a los aproximadamente 1.600 millones de euros, o lo que es lo mismo, un 0,1% del Producto Interior Bruto (PIB) . Estos cálculos son muy iniciales habida cuenta de la dispersión de problemas que se fueron generando a lo largo de toda aquella caótica jornada. No se trató de un parón igual para todos los sectores ni para todos los territorios. Los cálculos de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) apuntan a que hubo una especial incidencia en los sectores de la hostelería y comercio. Porque para los pequeños negocios ha sido más complicada la gestión de esta contingencia, al no tener capacidad de respuesta con los cierres, empleados o gestión de mercancías. Algo de lo que sí disponen las grandes compañías. De hecho, la mayoría tienen planes de respuesta con los que pueden aguantar varias horas, e incluso algún día con su luz propia. «Todavía no es posible cuantificar el impacto económico de este corte eléctrico, pero las primeras valoraciones apuntan a pérdidas significativas». Las empresas del sector industrial reportaban hoy a sus patronales el primer balance de daños de un apagón que les obligó a suspender por completo la actividad durante la jornada del lunes y que ha dejado un reguero de pérdidas económicas en forma de retrasos de pedidos y prestación de servicios, e incluso en forma de desperfectos en una maquinaría no diseñada para dejar de operar de manera brusca. El sector de la automoción, obligado igualmente el lunes a parar sus cadenas de montaje, comenzaba este martes a recuperar la actividad de manera progresiva, aunque sin llegar al 100% de su operatividad, como se reconocía hoy a ABC fuentes de Seat . Reanudar la actividad en las plantas no es sencillo, ya que no solo depende de la existencia de suministor eléctrico sino que hay que reiniciar la maquinaria y los sistemas de robótica necesarios para facilitar el montaje de las piezas. Las grandes plantas de fabricación de automóviles domésticas confiaban en recuperar la normalidad en el transcurso de esta semana, aunque otras plantas necesitarán entre dos o tres días para operar con normalidad. En la hostelería no tienen todavía cálculos del impacto económico del apagón, pero la lectura general es incluso positiva. Fueron algunos hosteleros los que decidieron cerrar la persiana por el grave suceso, pero otros muchos lograron hacer el agosto y llenar las terrazas. «Cocinamos con fogones como pudimos y dimos de comer a los turistas que se quedaron tirados. Nosotros estamos a las duras y a las maduras», presume el presidente de Hostelería de España, José Luis Álvarez Almeida. Y eso a pesar de los problemas operativos que provocaron la caída de los terminales de pago y la imposibilidad de muchas cocinas de encender los fuegos por ser eléctricos. De hecho,Álvarez Almeida asegura que en días como el lunes fueron los establecimientos menos digitalizados «los que dieron el do de pecho». «Los que tenían cocinas de inducción no podían cocinar, pero los de gas sí». A la hora de cobrar, la única opción era el «denostado» efectivo, que muchos no pudieron usar por estar los cajeros inoperativos. De hecho, el representante de los hosteleros, dueño de un bar, dice tener hoy notas de crédito de clientes «porque anotamos a la gente que no podía pagar». Ahora asegura tener «plena confianza» en que esos clientes vuelvan al establecimiento y abonen sus cuentas pendientes. Igual de implicados estuvieron el lunes los hoteles, que acogieron a miles de pasajeros que se quedaron en tierra por la parálisis del ferrocarril en toda España. Buena parte de la planta hotelera española cuenta con generadores que les permite seguir prestando servicio con normalidad durante al menos ocho horas aún cuando sucede una emergencia de este calibre. «Solo hubo problemas puntuales con las llaves», relata el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, Óscar Perelli, a este periódico. «El trabajo del lunes es el reflejo de de un sector serio que cuenta con instalaciones preparadas para este tipo de eventos», añade. Perelli también destaca el trabajo de los empleados del sector que ampliaron turnos «para que el efecto para los clientes fuera el menor posible». Hoy los hoteles se encontraban ya plenamente operativos y se revisaban posibles daños técnicos por la caída eléctrica en las instalaciones. El comercio de proximidad jugó un papel clave en las primeras horas del apagón ante la avalancha de clientes tratando lo que consideraron en ese momento como bienes esenciales para prepararse ante el apagón: pilas, transistores, velas o conservas. Los comerciantes de electrodomésticos reconocían hoy que vendieron en horas l
Los empresarios ya han hecho cuentas del impacto del apagón que afectaba el lunes a toda España y que dejó miles de negocios congelados, sin actividad o, como poco, bajo mínimos, a la espera de que en algún momento del día volviera la luz. Algo que, en algunas zonas, no ocurrió hasta 24 horas después. La CEOE estima que la factura económica de esta crisis energética se elevará a los aproximadamente 1.600 millones de euros, o lo que es lo mismo, un 0,1% del Producto Interior Bruto (PIB) . Estos cálculos son muy iniciales habida cuenta de la dispersión de problemas que se fueron generando a lo largo de toda aquella caótica jornada. No se trató de un parón igual para todos los sectores ni para todos los territorios. Los cálculos de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) apuntan a que hubo una especial incidencia en los sectores de la hostelería y comercio. Porque para los pequeños negocios ha sido más complicada la gestión de esta contingencia, al no tener capacidad de respuesta con los cierres, empleados o gestión de mercancías. Algo de lo que sí disponen las grandes compañías. De hecho, la mayoría tienen planes de respuesta con los que pueden aguantar varias horas, e incluso algún día con su luz propia. «Todavía no es posible cuantificar el impacto económico de este corte eléctrico, pero las primeras valoraciones apuntan a pérdidas significativas». Las empresas del sector industrial reportaban hoy a sus patronales el primer balance de daños de un apagón que les obligó a suspender por completo la actividad durante la jornada del lunes y que ha dejado un reguero de pérdidas económicas en forma de retrasos de pedidos y prestación de servicios, e incluso en forma de desperfectos en una maquinaría no diseñada para dejar de operar de manera brusca. El sector de la automoción, obligado igualmente el lunes a parar sus cadenas de montaje, comenzaba este martes a recuperar la actividad de manera progresiva, aunque sin llegar al 100% de su operatividad, como se reconocía hoy a ABC fuentes de Seat . Reanudar la actividad en las plantas no es sencillo, ya que no solo depende de la existencia de suministor eléctrico sino que hay que reiniciar la maquinaria y los sistemas de robótica necesarios para facilitar el montaje de las piezas. Las grandes plantas de fabricación de automóviles domésticas confiaban en recuperar la normalidad en el transcurso de esta semana, aunque otras plantas necesitarán entre dos o tres días para operar con normalidad. En la hostelería no tienen todavía cálculos del impacto económico del apagón, pero la lectura general es incluso positiva. Fueron algunos hosteleros los que decidieron cerrar la persiana por el grave suceso, pero otros muchos lograron hacer el agosto y llenar las terrazas. «Cocinamos con fogones como pudimos y dimos de comer a los turistas que se quedaron tirados. Nosotros estamos a las duras y a las maduras», presume el presidente de Hostelería de España, José Luis Álvarez Almeida. Y eso a pesar de los problemas operativos que provocaron la caída de los terminales de pago y la imposibilidad de muchas cocinas de encender los fuegos por ser eléctricos. De hecho,Álvarez Almeida asegura que en días como el lunes fueron los establecimientos menos digitalizados «los que dieron el do de pecho». «Los que tenían cocinas de inducción no podían cocinar, pero los de gas sí». A la hora de cobrar, la única opción era el «denostado» efectivo, que muchos no pudieron usar por estar los cajeros inoperativos. De hecho, el representante de los hosteleros, dueño de un bar, dice tener hoy notas de crédito de clientes «porque anotamos a la gente que no podía pagar». Ahora asegura tener «plena confianza» en que esos clientes vuelvan al establecimiento y abonen sus cuentas pendientes. Igual de implicados estuvieron el lunes los hoteles, que acogieron a miles de pasajeros que se quedaron en tierra por la parálisis del ferrocarril en toda España. Buena parte de la planta hotelera española cuenta con generadores que les permite seguir prestando servicio con normalidad durante al menos ocho horas aún cuando sucede una emergencia de este calibre. «Solo hubo problemas puntuales con las llaves», relata el vicepresidente ejecutivo de Exceltur, Óscar Perelli, a este periódico. «El trabajo del lunes es el reflejo de de un sector serio que cuenta con instalaciones preparadas para este tipo de eventos», añade. Perelli también destaca el trabajo de los empleados del sector que ampliaron turnos «para que el efecto para los clientes fuera el menor posible». Hoy los hoteles se encontraban ya plenamente operativos y se revisaban posibles daños técnicos por la caída eléctrica en las instalaciones. El comercio de proximidad jugó un papel clave en las primeras horas del apagón ante la avalancha de clientes tratando lo que consideraron en ese momento como bienes esenciales para prepararse ante el apagón: pilas, transistores, velas o conservas. Los comerciantes de electrodomésticos reconocían hoy que vendieron en horas las existencias de determinados aparatos electrónicos que tienen para varios meses. Aún así el sector también tuvo pérdidas. Hubo establecimientos que no pudieron atender a sus clientes con normalidad o tuvieron que cerrar por la falta de suministro eléctrico, lo que les ocasionó un perjuicio económico. Este martes, no obstante, muchos comerciantes destacaban el papel clave que desempeñaron para satisfacer la demanda de productos de venta no habitual en una circunstancia tan excepcional. Mientras miles de pequeños comercios -carnicerías, pescaderías, colmados, etc.- se vieron obligados a tirar el producto que se les echó a perder a causa de la falta de suministro eléctrico para los refrigeradores en los que se conservan los productos frescos y congelados, el lunes una buena parte de los establecimientos de las grandes cadenas pudieron seguir operando con cierta normalidad gracias a sus propios generadores. Anged y Asedas, las dos principales patronales de la gran distribución, aseguran que ese fue el caso para la mayoría de sus asociados. Por su parte, desde Mercadona confirmaron que no cerró ni uno solo de los 1.614 establecimientos que tienen en España. Muy distinto fue el caso de la rama industrial del sector de la alimentación. Solo para en el ámbito de las empresas cárnicas, las patronales Anice y Fecic estiman las pérdidas a los 190 millones de euros. En los mataderos, las pérdidas se produjeron por el menoscabo económico por los animales aturdidos que no pudieron ser sacrificados; por los que fueron sacrificados pero no eviscerados; y los canales que quedaron colgando en las líneas de faenado o en las salas de oreo. En las industrias de elaborados -embutidoras, amasadoras, etc.-, el desecho del producto a medio elaborar generó también pérdidas a las empresas. En el sector primario, aún es pronto para hacer estimaciones, pero hoy COAG ya informaba de pérdidas de entre el 40% y el 50% en explotaciones de tomate, pimiento, calabaza y boniato de Cádiz y el Bajo Guadalquivir. En general, los agricultores prevén daños en cualquier alimento que estuviera en fase de siembra, a causa de la interrupción del bombeo de agua. El lunes las empresas de distribución de combustible trabajaron a destajo, pues fueron los ángeles custodios de hospitales, residencias de mayores, industrias y granjas. Sin embargo, desde la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (CEEES) explican que el llamado ‘apagón’ evidenció las vulnerabilidades del sistema. Según su director general, Nacho Rabadán, una de las cosas que resultó ser un problema fue la obligación que tienen los repartidores de llevar a bordo el llamado código de referencia electrónico, un ‘software’ impuesto por Hacienda que fiscaliza el pago de los impuestos sobre los carburantes. ¿Cómo repartir sin conexión a Internet? En el caso de los hospitales, las empresas optaron por realizar la entrega igualmente, exponiéndose a multas de hasta 60.000 euros. Y el otro problema, asegura Rabadán , fue la electrificación de las plantas de almacenaje que suministran a los distribuidores, que en muchos casos impidió o ralentizó el proceso de entrega. Por todo ello, desde la patronal piden que se lleven a cabo las reformas legislativas necesarias para cubrir las situaciones de emergencia. Las aseguradoras afirmaron hoy que están a disposición total de sus clientes y que ya están tramitando siniestros, en especial de autos en la noche del 28 al 29 de abril. Mapfre, Linea Directa, Allianz, Axa. .. las compañías tramitan los partes declarados. Las recomendaciones del sector asegurador, según las fuentes consultadas, es que el cliente se dirija a su compañía de seguros, guarde los recibos de compra, haga fotos de los daños sufridos y revise lo que cubre su póliza, ya sea un particular o una empresa. En las coberturas influirá la duración del apagón en su comunidad autónoma. Por el momento, las empresas no detectan un aluvión de siniestros declarados.
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