La OCU detecta reduflación y cheapflación en varios flanes de venta en supermercados
Estas estrategias engañosas y anticompetitivas se caracterizan por encubrir la subida del precio de los alimentos.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha denunciado este jueves que ha detectado en varios flanes de supermercado casos de reduflación y cheapflación después de realizar un análisis de 54 marcas. "Estas estrategias engañosas y anticompetitivas se caracterizan por encubrir la subida del precio de los alimentos a base de reducir la cantidad o la calidad del producto manteniendo el precio (y el diseño) del envase", ha afirmado.
En concreto, la OCO observa reduflación, que consiste en reducir la cantidad de producto manteniendo el precio del envase, en el flan sabor vainilla de Danone, que reduce su contenido por envase de 100 a 95 gramos (un 5% menos), enmascarando un incremento del precio del 4%.
Mientras que la cheapflación, que se basa en reducir la calidad de los ingredientes manteniendo el precio del envase, se detecta en el flan de huevo de Milsani (Aldi), que sustituye la leche entera por semidesnatada (más barata) y rebaja la cantidad de huevo (del 28% al 26%); y en el flan de huevo de La Fageda, cuya presencia de huevo baja del 12% al 10% sumando además un nuevo espesante no recomendable (E1442).
Fuentes de La Fageda se han puesto en contacto con este medio y han asegurado que la reducción en el porcentaje de huevo se "debe exclusivamente a motivos organolépticos". "Se trata de una reformulación que se realizó tras un testeo con el objetivo de atender las peticiones de los consumidores para suavizar ligeramente el sabor del huevo", han justificado.
La OCU ha considerado, tal y como ya recoge la legislación de países como Francia y Alemania, que el consumidor "debe ser informado de cualquier reducción del contenido (reduflación) o de la calidad de los ingredientes (cheapflación) de un alimento preenvasado que mantenga el precio y el diseño del envase con el fin de ocultar una subida de su precio de venta" y que estos cambios "deberían advertirse de forma inequívoca clara y comprensible en el envase del producto".
O en su defecto, "el fabricante tendría que informar expresamente de estas prácticas a los distribuidores para que se advierta de forma independiente y adicional junto al precio por unidad de medida de ese alimento en el lineal del supermercado".
La organización ha recordado que los consumidores tienen derecho a realizar "una compra informada y consciente, que tenga en cuenta el precio real y la calidad de los ingredientes". Mientras, y hasta que se conozca el resultado de las recientes alegaciones presentadas en este sentido por la Organización a la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, ha recomiendado "seguir comprobando si no ha habido cambios sustanciales en los ingredientes básicos de los alimentos procesados y preenvasados de la cesta de la compra habitual, así como sobre el precio por unidad de medida (por kilo, por litro, por docena…) que se indica en el lineal del supermercado".