La Alemania nazi se rinde: 80 años del final del 'infierno' en Europa
Una capitulación en dos frentes que trajo la paz al continente y un juego de alianzas y desconfianzas que un general alemán trató de explotar en su beneficio

Es el 8 de mayo de 1945, quedan apenas 20 minutos para las once de la noche en la pequeña localidad de Karlshorst, en el distrito de Lichtenberg, en Berlín. En una pequeña casa de este pueblo cercano a la capital germana, sede de la Administración Militar Soviética en Alemania, se encuentran tres representantes del "Oberkommando der Wehrmacht" (OKW) alemán, miembros de la Fuerza Expedicionaria Aliada representada por los británicos y liderada por Arthur Tedder, mariscal de la RAF (Royal Air Force), y oficiales del Alto Mando Supremo del Ejército Rojo, con Georgy Zhukov al frente.
Estas tres delegaciones se habían desplazado al cuartel de la URSS en territorio alemán para firmar el texto definitivo de la capitulación total del Ejército alemán. Junto a los enviados alemanes, ingleses y soviéticos, se desplazaron, Jean de Lattre de Tassigny, General del Ejército francés, y Carl Spaatz, apodado "Tooey", general estadounidense, firmando ambos como testigos y representantes de las fuerzas francesas y norteamericanas.
En esta ocasión, el mariscal de campo Wilhelm Keitel era el máximo representante de Alemania desplazado a la ceremonia para la firma. Además de la total rendición de las fuerzas del Tercer Reich, el documento supuso la consecuente caída del régimen de la Alemania Nazi. Sin un gobierno estable, los Aliados tomaron control de facto del territorio de Alemania, lo que posteriormente fue ratificado mediante la Declaración de Berlín por los cuatro países vencedores de la contienda (Francia, URSS, Reino Unido y Estados Unidos), que se conviertieron representantes de la nueva Alemania, desde el 5 de junio de 1945.
Imágenes de Berlín tras la batalla | Bundesarchiv / Wikipedia
Se redactaron tres versiones del documento de rendición, en los tres idiomas principales de los participantes en el acto -inglés, ruso y alemán-, aunque sólo las versiones inglesa y rusa fueron designadas como las únicas con autoridad, por el propio documento.
Caída de Berlin
El asedio de Berlín fue la última gran batalla en Europa en la Segunda Guerra Mundial. La contienda empezó a mediados de abril de 1945, con una gran ofensiva del Ejército Rojo sobre la capital del Tercer Reich, y finalizó a principio de mayo de 1945, cuando, agotados y diezmados, los defensores alemanes rindieron la ciudad a la Unión Soviética.
Imágenes de Berlín tras la batalla | Bundesarchiv / Wikipedia
La Batalla de Berlín fue designada como la Operación Ofensiva Estratégica de Berlín por la Unión Soviética, convirtiéndose en una de las últimas grandes ofensivas del teatro de operaciones europeo de la Segunda Guerra Mundial. El 16 de abril de 1945, fuerzas soviéticas atacaron desde el norte, el este y el sur, cercando casi por completo la ciudad y atrapando a todo soldado y civil que estuviera dentro. En el transcurso de las semanas siguientes, el Ejército Rojo fue capturando gradualmente toda la ciudad.
Las fuerzas de las que disponía el ya debilitado Ejército alemán para la defensa de la ciudad incluían apenas 45.000 soldados de distintas divisiones del ejército alemán y de las Waffen-SS gravemente mermadas e incompletas. Estas divisiones fueron complementadas con las fuerzas policiales, los miembros de las Juventudes Hitlerianas, las unidades auxiliares femininas y cualquier civil capaz de enfundar un arma. Desde que comenzara la batalla por la capital del Tercer Reich los soldados del Ejército Rojo se vieron luchando incluso contra niños. El material con el que contaban los defensores también era escaso, los carros de combate y piezas de artillería que habían podido rescatar en su huida a Berlín y de los campos de entrenamiento de la Wehrmacht.
Condecoración de un niño-soldado con la Cruz de Hierro | Bundesarchiv / Wikipedia
Conocedor de su inevitable destino y decidido a no caer preso en manos de la URSS, Adolf Hitler se suicidó, junto a su mujer y la cúpula del Partido Nazi, el 30 de abril en un búnker subterráneo de Berlín. Mientras tanto, y durante dos días enteros, la guarnición de la ciudad luchó hasta finalmente deponer las armas el 2 de mayo, aunque algunos los combates continuaron en la periferia de la ciudad hasta el final oficial de la guerra en Europa con la rendición total y formal del alto mando militar alemán a los aliados occidentales el 7 de mayo y a la Unión Soviética, en una ceremonia separada, pero con miembros británicos, americanos y estadounidenses, el 9 de mayo.
Dos rendiciones, un desenlace
Antes de su suicidio, Hitler nombró a Karl Dönitz, almirante naval y un ferviente seguidor del partido, como su sucesor en caso de que muriera. Pero Dönitz no llegó nunca a llevar las riendas del país, fue más bien ficha clave en la disolución del Tercer Reich. Sobrepasado por el cerco soviético de la ciudad, Dönitz delegó en Alfred Jodl, jefe del mando de operaciones de las Wehrmacht, para que negociara la total rendición de las fuerzas alemanas con el general estadounidense Dwight D. Eisenhower.
Con esto, Karl Dönitz trataba de ganar tiempo para evacuar a soldados y civiles ante el imparable avance ruso. Pero su plan oculto era aprovechar la aprovechar la desconfianza de Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia en la URSS, para continuar la guerra contra Stalin y con la esperanza de que los Aliados traicionaran a la Unión Soviética. Sin embargo, Eisenhower previó un posible engaño por parte de los oficiales alemanes por lo que forzó Jodl para que firmara un acta de capitulación sin posibilidad de negociación alguna.
La capitulación alemana en Reims | Bundesarchiv / Wikipedia
Así pues, el 7 de mayo, Alfred Jodl firmó un "acta de capitulación militar" incondicional y un consecuente alto el fuego que entrarían en vigor a las 23:01 hora local del 8 de mayo. Sin embargo, cuando llegó a oídos de Joseph Stalin que Alemania había firmado la capitulación incondicional de todos sus soldados en Reims, entró en cólera. Bajo la opinión del líder comunista, los sacrificios realizados por Moscú en la guerra no estaban siendo respetados, y argumentó que la firma debía hacerse en la capital del Tercer Reich, ahora en manos del Ejército Rojo.
Además, Stalin exijó la presencia del más alto oficial de la Werhmacht en la firma de la capitulación, cargo que Jodl no ostentaba. Los Aliados occidentales, preocupados porque la rendición germana pudiera ser considerada ilegítima si alguien que no tuviera el cargo del mariscal de campo Wilhelm Keitel, comandante supremo de las fuerzas alemanas, firmaba presencialmente la redición incondicional, los aliados decidieron reorganizar la capitulación.
Firma de la rendición por parte de Keitel | Bundesarchiv / Wikipedia
De esta manera, el 8 de mayo, Keitel acudió a Karlshorst, un suburbio de Berlín, para firmar el documento frente al mariscal soviético Georgy Zhukov y la pequeña delegación aliada. Zhukov ofreció al comandante en jefe alemán la promesa de que el ejército alemán tendría un periodo de gracia de por lo menos 12 horas para la totalidad de las fuerzas de Alemania recibieran correctamente las órdenes de alto al fuego y evitar sanciones, cuestión que Keitel pidió que fuera incluida en el texto, aunque sus esfuerzos fueron en vano.
El documento no se ejecutó hasta pasada la hora en la que comenzaba el alto el fuego y 8 de mayo ya había pasado, y el 9 ya había llegado. Desde entonces, se conocen dos fechas para la rendición del Tercer Reich y Rusia celebra su Día de la Victoria cada 9 de mayo.