Este restaurante de Madrid, tras el Congreso de los Diputados, es de los pocos sitios del centro que no es una trampa para guiris

La escena es un habitual del centro de cualquier ciudad cuando vemos restaurantes atrapaguiris. La turistificación significa, en muchos casos, franquicias de dudosa calidad y restaurantes de quinta gama donde aferrarse a clientes de paso que no tienen por qué saber qué se come en una ciudad, región o país. Sin embargo, contra todo eso se revela una pareja en el centro mismo de Madrid. Tanto como para que su restaurante, a espaldas del Congreso de los Diputados, sea un alegato de cocina española bien ejecutada, bien entendida y donde los pasitos que dan para convertir su apuesta en un valor seguro son cortos, pero firmes. Casa Mortero es su nombre y los dos términos cimientan de sobra lo que Pedro Gallego y Carmen Pereda persiguen: hogar y tradición. Él es cocinero, cuya carrera ha pasado por muchas cocinas con rango de chef ejecutivo; ella, diseñadora estratégica, y decidieron salir de su Salamanca natal para dar este paso clave con un restaurante sincero en el centro de Madrid que abrió sus puertas en septiembre de 2020. Sin embargo, antes de conquistar Madrid con sus torreznos sobre las patatas meneás, con sus albóndigas de vaca vieja, con sus croquetas cremosas de jamón o con sus escabeches, además de con las patatas a la importancia, hubo que repensar mucho y recalcular la ruta. Torreznos postpandemia detrás del Congreso Croquetas de jamón, torrezno sobre patatas meneás y mejllones tiberios de Casa Mortero. Tenían cosas claras, pero el arranque comenzó con tropiezo. El uno de febrero de ese 2020 firmaron el contrato del local y la apertura se demoró por la pandemia hasta el otoño. Mientras el mundo se encerraba y los restaurantes buscaban salir del atolladero con el delivery, ¿qué podía hacer un restaurante sin bagaje, más allá de estrellarse contra las puertas de la comida a domicilio en la que ya había grandes empresas y chefs consagrados? Pararon, pensaron y midieron: la zona era buena. La habían elegido por ello. "Es un lugar de paso con turistas, pero con muchas oficinas cerca e instituciones públicas", advierte Pedro a pie de mesa de este alargado restaurante en la calle Zorrilla. "Era duro porque mientras veías que restaurantes de toda la vida cerraban, nosotros abríamos", recuerda sobre ese infausto 2020. Saber gestionar: el valor de estar con Chicote o Gordon Ramsay Pochas con almejas, patatas a la importancia con huevo frito, albóndigas y colmenillas con sopa de cebolla. Sin embargo, los dos tenían cabeza y un plan de ruta a ejecutar. Dar de comer bien, que se estuviera a gusto y, sobre todo, prudencia. Pedro, al que no le gusta hablar de su pasado, ha trabajado para cocineros como Alberto Chicote, Gordon Ramsay o Javi Goya, de Grupo Triciclo, además de para el barcelonés Grupo Iglesias donde ha visto, aparte de cocina, gestión. Y con eso, sumado al expertise de Carmen, tenían claro que Casa Mortero debía ser un restaurante confortable, con cocina reconocible, casera, bien pensada y enfocada a un público de un nivel medio-alto, sin enfocarse a la batalla de pelear por un turista al que liar con paellas ramplonas. "Quería hacer cocina española, buena, sabrosa y que no estuviera muy vista", explicaba Pedro sobre ese 2020 que ahora, viendo el nuevo Madrid, puede parecer un elemento poco diferenciador. Arroz de pato. No obstante, Casa Mortero también vive de esos clásicos. "Hay cosas que ahora hace todo el mundo, pero siempre hemos mantenido nuestro toque", aclara Pedro como esos torreznos con patatas meneás, un clásico salmantino, o sobre sus croquetas cremosas, o sobre trabajar los escabeches. Turistas, oficinistas y locales Sala de Casa Mortero. "Hago una cocina que me gusta y que el público disfruta", comenta además sobre un perfil muy dispar que "lo mismo viene gente de oficinas, que alguien del Congreso o turistas a los que recomiendan desde hoteles cercanos". Algo que, aclara también Carmen, es relativamente nuevo: "Es bonito porque los mandan desde buenos hoteles que quieren multiplicar la experiencia de sus clientes, valorándonos positivamente". No faltan nombres en esta encrucijada del nuevo lujo madrileño que hace que un huésped del Four Seasons, del hotel Urban, del Gran Hotel Inglés o de los totémicos Palace y Mandarin Oriental Ritz acudan buscando patatas a la importancia, callos y cocina de temporada. Lo que empezó con seis empleados ahora ya se construye con más de quince, además de haber dado una gran visibilidad al vino y a una mejora cualitativa del trabajo en sala. Un restaurante de los que se puede considerar infalible y que tiene mimbres para ser un clásico madrileño. Casa Mortero Dirección: Calle de Zorrilla, 9. Ticket medio: 50 euros. Horario: de martes a sábado 13:15h a 16:00h y de 20:15h a 23:30h. Web: casamortero.com Te

May 6, 2025 - 20:00
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Este restaurante de Madrid, tras el Congreso de los Diputados, es de los pocos sitios del centro que no es una trampa para guiris

Este restaurante de Madrid, tras el Congreso de los Diputados, es de los pocos sitios del centro que no es una trampa para guiris

La escena es un habitual del centro de cualquier ciudad cuando vemos restaurantes atrapaguiris. La turistificación significa, en muchos casos, franquicias de dudosa calidad y restaurantes de quinta gama donde aferrarse a clientes de paso que no tienen por qué saber qué se come en una ciudad, región o país.

Sin embargo, contra todo eso se revela una pareja en el centro mismo de Madrid. Tanto como para que su restaurante, a espaldas del Congreso de los Diputados, sea un alegato de cocina española bien ejecutada, bien entendida y donde los pasitos que dan para convertir su apuesta en un valor seguro son cortos, pero firmes.

Casa Mortero es su nombre y los dos términos cimientan de sobra lo que Pedro Gallego y Carmen Pereda persiguen: hogar y tradición. Él es cocinero, cuya carrera ha pasado por muchas cocinas con rango de chef ejecutivo; ella, diseñadora estratégica, y decidieron salir de su Salamanca natal para dar este paso clave con un restaurante sincero en el centro de Madrid que abrió sus puertas en septiembre de 2020.

Sin embargo, antes de conquistar Madrid con sus torreznos sobre las patatas meneás, con sus albóndigas de vaca vieja, con sus croquetas cremosas de jamón o con sus escabeches, además de con las patatas a la importancia, hubo que repensar mucho y recalcular la ruta.

Torreznos postpandemia detrás del Congreso

Croquetas De Jamon Torrezno Sobre Patatas Meneas Y Mejllones Tiberios De Casa Mortero Croquetas de jamón, torrezno sobre patatas meneás y mejllones tiberios de Casa Mortero.

Tenían cosas claras, pero el arranque comenzó con tropiezo. El uno de febrero de ese 2020 firmaron el contrato del local y la apertura se demoró por la pandemia hasta el otoño. Mientras el mundo se encerraba y los restaurantes buscaban salir del atolladero con el delivery, ¿qué podía hacer un restaurante sin bagaje, más allá de estrellarse contra las puertas de la comida a domicilio en la que ya había grandes empresas y chefs consagrados?

Pararon, pensaron y midieron: la zona era buena. La habían elegido por ello. "Es un lugar de paso con turistas, pero con muchas oficinas cerca e instituciones públicas", advierte Pedro a pie de mesa de este alargado restaurante en la calle Zorrilla. "Era duro porque mientras veías que restaurantes de toda la vida cerraban, nosotros abríamos", recuerda sobre ese infausto 2020.

Saber gestionar: el valor de estar con Chicote o Gordon Ramsay

Pochas Con Almejas Patatas A La Importancia Con Huevo Frito Albondigas Y Colmenillas Con Sopa De Cebolla Pochas con almejas, patatas a la importancia con huevo frito, albóndigas y colmenillas con sopa de cebolla.

Sin embargo, los dos tenían cabeza y un plan de ruta a ejecutar. Dar de comer bien, que se estuviera a gusto y, sobre todo, prudencia. Pedro, al que no le gusta hablar de su pasado, ha trabajado para cocineros como Alberto Chicote, Gordon Ramsay o Javi Goya, de Grupo Triciclo, además de para el barcelonés Grupo Iglesias donde ha visto, aparte de cocina, gestión.

Y con eso, sumado al expertise de Carmen, tenían claro que Casa Mortero debía ser un restaurante confortable, con cocina reconocible, casera, bien pensada y enfocada a un público de un nivel medio-alto, sin enfocarse a la batalla de pelear por un turista al que liar con paellas ramplonas. "Quería hacer cocina española, buena, sabrosa y que no estuviera muy vista", explicaba Pedro sobre ese 2020 que ahora, viendo el nuevo Madrid, puede parecer un elemento poco diferenciador.

Arroz De Pato Casa Mortero Arroz de pato.

No obstante, Casa Mortero también vive de esos clásicos. "Hay cosas que ahora hace todo el mundo, pero siempre hemos mantenido nuestro toque", aclara Pedro como esos torreznos con patatas meneás, un clásico salmantino, o sobre sus croquetas cremosas, o sobre trabajar los escabeches.

Turistas, oficinistas y locales

Casamortero3 Sala de Casa Mortero.

"Hago una cocina que me gusta y que el público disfruta", comenta además sobre un perfil muy dispar que "lo mismo viene gente de oficinas, que alguien del Congreso o turistas a los que recomiendan desde hoteles cercanos". Algo que, aclara también Carmen, es relativamente nuevo: "Es bonito porque los mandan desde buenos hoteles que quieren multiplicar la experiencia de sus clientes, valorándonos positivamente".

No faltan nombres en esta encrucijada del nuevo lujo madrileño que hace que un huésped del Four Seasons, del hotel Urban, del Gran Hotel Inglés o de los totémicos Palace y Mandarin Oriental Ritz acudan buscando patatas a la importancia, callos y cocina de temporada.

Lo que empezó con seis empleados ahora ya se construye con más de quince, además de haber dado una gran visibilidad al vino y a una mejora cualitativa del trabajo en sala. Un restaurante de los que se puede considerar infalible y que tiene mimbres para ser un clásico madrileño.

Casa Mortero

  • Dirección: Calle de Zorrilla, 9.
  • Ticket medio: 50 euros.
  • Horario: de martes a sábado 13:15h a 16:00h y de 20:15h a 23:30h.
  • Web: casamortero.com
  • Teléfono: 910595570

Imágenes | Casa Mortero

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La noticia Este restaurante de Madrid, tras el Congreso de los Diputados, es de los pocos sitios del centro que no es una trampa para guiris fue publicada originalmente en Directo al Paladar por Jaime de las Heras .