Cónclave: quién es Daniel DiNardo, el cardenal de Houston que elige al nuevo papa
Daniel DiNardo, cardenal de Houston, es uno de los electores en el cónclave para elegir al nuevo Papa. Descubre su trayectoria, desde su nombramiento por Benedicto XVI hasta su voto por Francisco.

En un cónclave marcado por una fuerte presencia estadounidense, solo cuatro cardenales en funciones representarán a diócesis activas en Estados Unidos. Sin embargo, entre los nombres con peso propio se encuentra el de Daniel DiNardo, arzobispo emérito de Galveston-Houston, quien a pesar de haberse jubilado este año integra la lista de 133 cardenales con derecho a voto.
De Pittsburgh al Vaticano: la formación de Daniel DiNardo
Daniel Nicholas DiNardo nació el 23 de mayo de 1949 en Steubenville, Ohio, y creció junto a sus tres hermanos en Castle Shannon, un suburbio de Pittsburgh, en el estado de Pensilvania, según cuenta la biografía que aparece en el portal de la Arquidiócesis de Galveston-Houston.
Desde sus años escolares se vinculó de forma estrecha con instituciones católicas de fuerte impronta académica y espiritual. Cursó estudios primarios en la escuela Saint Anne y luego asistió a la Bishop‘s Latin School, un colegio dirigido por jesuitas que funcionaba como semillero vocacional para seminaristas.
Su camino hacia el sacerdocio lo llevó a inscribirse en el Seminario de San Pablo y, en paralelo, en la Universidad Duquesne de Pittsburgh, donde se graduó. Posteriormente, se trasladó a Washington D.C. para realizar una maestría en Filosofía en la Universidad Católica de América. No conforme con eso, continuó su preparación en Roma, donde obtuvo títulos en Teología Sagrada en la Universidad Gregoriana y el Instituto Patrístico Augustinianum.
El 16 de julio de 1977 fue ordenado sacerdote para la diócesis de Pittsburgh. En sus primeros años de ministerio se desempeñó como párroco, profesor de seminario, director espiritual y funcionario en la curia local. Su perfil académico y su conocimiento del derecho eclesiástico llamaron la atención del Vaticano, que lo convocó en 1984 para trabajar en la Congregación para los Obispos, uno de los organismos más influyentes de la Santa Sede.
Durante su permanencia en Roma, que se extendió hasta 1991, también dirigió la Villa Stritch —residencia para el clero estadounidense— y fue docente adjunto en el Pontificio Colegio Norteamericano. Esa experiencia internacional le dio una perspectiva única sobre el funcionamiento de la Iglesia a nivel global.
Ascenso episcopal de Daniel DiNardo: de Sioux City a la Arquidiócesis de Houston
En octubre de 1997, el papa Juan Pablo II lo nombró obispo coadjutor de Sioux City, Iowa, una diócesis ubicada en el medio oeste estadounidense. Un año después, sucedió formalmente al obispo Lawrence Donald Soens.
En enero de 2004, fue promovido a coadjutor de la Arquidiócesis de Galveston-Houston, la más importante de Texas, y el 28 de febrero de 2006 se convirtió en arzobispo titular, en reemplazo de Joseph Fiorenza. Solo cuatro meses después, el papa Benedicto XVI le impuso el palio arzobispal, símbolo de su autoridad metropolitana, en una ceremonia en la Basílica de San Pedro.
DiNardo se convirtió en el primer cardenal de Texas en noviembre de 2007, cuando Benedicto lo incluyó en el Colegio Cardenalicio. Recibió el título de la iglesia romana de San Eusebio, como parte del simbolismo que vincula a todos los cardenales con una comunidad de Roma.
Desde entonces, tuvo una activa participación en organismos vaticanos, como el Consejo Pontificio para la Cultura, el de la Pastoral para Migrantes y Personas Itinerantes, y el Consejo para la Economía. También integra el consejo directivo de la Universidad Católica de América, en Washington D.C.
El trabajo de DiNardo como líder de una de las mayores diócesis de Estados Unidos
Durante casi dos décadas, el cardenal DiNardo presidió la Arquidiócesis de Galveston-Houston, una jurisdicción eclesiástica que abarca más de 23.000 kilómetros cuadrados y cuya población supera los 7,8 millones de habitantes. Bajo su liderazgo, la arquidiócesis albergó a más de dos millones de fieles católicos, 435 sacerdotes, 146 parroquias y 54 escuelas.
A lo largo de su gestión, enfrentó desafíos pastorales vinculados al crecimiento demográfico, la multiculturalidad de la región y las demandas de formación sacerdotal. Fue un firme defensor del acompañamiento a los migrantes y de la promoción de la enseñanza social de la Iglesia, en sintonía con el pontificado de Francisco.
En enero de 2025, al cumplir 75 años, presentó su renuncia al papa Francisco, quien la aceptó oficialmente el 20 de enero y nombró como sucesor a monseñor Joe S. Vásquez, entonces obispo de Austin.
La participación en cónclaves de DiNardo
Esta no será la primera vez que DiNardo participe en la elección de un papa. En marzo de 2013 integró el grupo de cardenales electores que, tras la renuncia de Benedicto XVI, eligió a Jorge Mario Bergoglio como el primer pontífice latinoamericano.
Hoy, en el nuevo cónclave que se celebrará en la Capilla Sixtina, vuelve a ocupar un rol clave como parte de los diez cardenales estadounidenses con derecho a voto, un grupo superado solo por Italia en número de electores.
De esos diez, solo cuatro —Timothy Dolan, Blase Cupich, Joseph Tobin y Robert McElroy— se encuentran actualmente al frente de diócesis activas. DiNardo, en cambio, asiste como arzobispo emérito, pero con la misma capacidad de influencia en la votación.