Cómo está hoy “El Carpintero” de Bienvenidos a Bordo: de abrir su propio local a proponerle casamiento a su novia en Punta Cana

Nahuel López Matheu viajó junto a su pareja y su hijo de dos años a República Dominicana; “Fue único”, dice a LA NACION sobre el momento en que le hizo la propuesta a la orilla del mar

Abr 30, 2025 - 01:16
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Cómo está hoy “El Carpintero” de Bienvenidos a Bordo: de abrir su propio local a proponerle casamiento a su novia en Punta Cana

“Siempre fui yo. Conservé a mi novia, que hoy es mi futura esposa, a mis amigos, mi lugar de entrenamiento, mi carpintería. Siempre conservé mi base. Porque siempre fui Nahuel, nunca fui un personaje. Eso traspasó la pantalla y la gente se dio cuenta. Por eso es muy lindo recibir ese amor, uno a veces no se da cuenta lo que genera sin querer. Todo lo que hice fue mostrarme lo más auténtico posible desde mi corazón”.

Nahuel López Matheu se hizo popularmente conocido como “El Carpintero” por su participación en Bienvenidos a bordo, el ciclo que conducía Guido Kaczka en Eltrece y al que fue a jugar por el lingote de oro. Sin embargo, terminó convirtiéndose en uno de los personajes favoritos del público compitiendo en el reto de “las dominadas”.

El joven siempre entrenó y llevó una vida saludable. Y aunque con el tiempo se convirtió en un boom y aprovechó para trabajar con marcas en sus redes sociales, jamás descuidó su trabajo principal: la carpintería. De ahí su apodo en televisión. Primero lo hacía con su padre, y luego se independizó y abrió su propio negocio en Remedios de Escalada, en zona sur. Hoy apuesta a abrir un segundo local en San Vicente.

En esta entrevista exclusiva con LA NACION, Nahuel habla de su presente profesional y personal. Acaba de volver de unas vacaciones familiares en las que le propuso casamiento a su novia, Natalia, después de ocho años de relación. Lo hizo en las paradisíacas playas de Punta Cana, en República Dominicana, y delante de Ciro, su hijo de dos años. Además, contó con ayuda de una familia de cordobeses que conocieron allí y quienes retrataron el romántico momento.

-¿Hace mucho que venías pensando proponerle casamiento a tu novia?

-Sí, desde hace varios meses, hace casi un año. Me pasaba que en cada reunión familiar o con amigos, nos preguntaban: “¿Cuándo se van a casar? Ustedes se lo merecen”. Y siempre estuvo esa motivación. Por ahí en ese momento me salía una sonrisa pero todavía no lo sentía. Hasta que lo sentí desde el corazón, desde el amor. Y la primera vez que lo sentí fue hermoso. Me da una satisfacción muy grande porque con la única mujer que sentí ganas de querer casarme fue con Nati.Nahuel y el momento en que le propuso matrimonio a su novia, Natalia, frente a su hijo Ciro, en Punta Cana

-¿Cómo se te ocurrió la propuesta?

-Pasó el tiempo y fueron floreciendo las ganas de dar ese paso. Siempre pensaba cómo la podía sorprender. Porque cuando le propuse que seamos novios fue en la playa, en la costa argentina: estábamos tomando sol y se lo escribí en la arena, le tapé los ojos y lo leyó. Entonces, acá también la quería sorprender, quería que sea algo lindo y romántico. No sé si hoy en día se perdió el romanticismo, pero por ahí lo hacen más sencillo y yo soy muy sentimental: me emociono mucho, me gusta demostrar el amor que le tengo a la otra persona, cuidarla, mimarla, estar en todos los detalles. Empecé a pensar ideas, tuve muchas estando acá en la Argentina, pero a mitad del año pasado surgió la posibilidad de hacer este viaje que hicimos ahora y dije: “Es el momento”.

-¿Costó organizarlo a la distancia?

-Antes de viajar, llamé al hotel a ver si se podía organizar alguna cena romántica para hacerle la propuesta, pero me dijeron que tenía que hablarlo cuando llegáramos. Nuestro aniversario es el 12 de febrero, así que todos los 12 cumplimos meses. Y el 12 de abril íbamos a estar en Punta Cana: esa era la fecha de la propuesta. Y empecé a “cranearla”, busqué el cintillo en la joyería de unos amigos, lo llevé escondido en mi riñonera para tenerlo siempre conmigo, después lo dejé en la caja fuerte de la habitación para que ella no lo viera.

-Y cuando llegó el día, ¿cómo fue?

-Ese 12 de abril busqué cómplices: fue una familia de Córdoba. Nos habíamos conocido unos días antes porque me reconocieron de Bienvenidos a bordo. Le conté a Lucas, que aceptó ayudarme y su hija, Stefi, también: grabó todo desde otro ángulo. Me arrodillé en la arena, frente al mar, era un clima espectacular.

-Todos tenían una prenda blanca. ¿Cuál fue la excusa para coincidir en el look?

-Le dije a Nati que un fotógrafo nos iba a sacar fotos. Ella aceptó, pero jamás imaginó que venía la propuesta. Cuando me arrodillé, era un mar de emociones. Tenía muchos sentimientos encontrados: ansiedad, nervios, felicidad, alegría, sonrisa. Todo junto. No lo podía explayar en ese momento. Lo tenía adentro hasta que llegara el día en que me dijera que sí.

-Y fue un re sí...

-Obviamente que fue un sí rotundo. Después cayó, entendió todo lo que estaba pasando. Nos abrazamos en medio de una emoción muy grande. Todavía lo hablo, como ahora, me acuerdo y me agarra una emoción muy grande. Es algo muy importante para mí, es otro paso en mi vida, otro sueño que tenía y que se está logrando. Así que es increíble.

-Entre tantas emociones que describís, ¿hoy qué recordás de ese momento?

-Fue muy lindo porque nos abrazamos los tres juntos, nos dimos amor. Ciro también estaba contento, feliz. Cuando vio que le daba el anillo a Nati, quería verlo, jugar, quería ponérselo él a ella. Fue un momento único que no me voy a olvidar jamás. Fue uno de los más importantes de mi vida, junto a otros acontecimientos, otras experiencias vividas. Fue un momento especial que viví con Nati y con Ciro en un lugar soñado.

-¿Cómo siguió aquel día, después de la propuesta?

-Finalmente, hablé con el hotel y a la noche hubo otra sorpresa que Nati tampoco esperaba, lógico: tuvimos una romántica a la orilla del mar. Le dije: “Gor, vamos a la orilla a darnos un abrazo”. “Pero tenemos que ir a comer”, me dijo ella. Le insistí, la convencí y fuimos. Y cuando estábamos llegando a la entrada de la playa, había una alfombra roja de 20 metros con velas, una mesa casi llegando a la orilla del mar. Esa noche había luna llena que se reflejaba perfecto en el mar. También hubo una estrella fugaz. Se dio todo. Fue especial y única. Estoy agradecido a la vida, al universo, a Dios, a nosotros y a nuestra familia. Es una felicidad hermosa.

-¿Cómo fue esa noche?

-Hablamos mucho, de nosotros, de lo que deseamos, de cómo queríamos encarar nuestro futuro, lo que pensamos uno del otro. Fue muy lindo.

-¿Le habías contado a alguien que le ibas a proponer casamiento a Nati?

-Prácticamente no lo sabía nadie, así que fue una sorpresa para todos. Les avisamos desde allá a nuestra familia y amigos. Todos se emocionaron con nosotros, estaban felices.

-¿Ya tienen fecha de casamiento?

-Tenemos ganas de que sea este año. Ya que sabemos que hay que organizar muchas cosas y queremos que sea un día único, una noche única. Que salga lo más lindo posible para que no nos olvidemos nunca. Igual, ya sabemos que de cualquier manera va a ser especial ese momento porque nos vamos a casar.Nahuel y Natalia todavía no planificaron su boda, pero esperan que sea un momento muy especial para compartir con familiares y amigos

-¿Se van a casar por civil y por iglesia?

-Tenemos ganas de casarnos por iglesia, pero seguramente a medida que pasen los meses y vayamos preparando todo, quizás cambia algo. Pero el fin ya lo sabemos: que terminemos siendo marido y mujer.

-¿Cómo siguió tu vida artística después del furor de Bienvenidos a bordo?

-Dos meses después de que terminó Bienvenidos a bordo, que fue una experiencia única, me convocaron para participar de una obra de teatro. Así que me preparé durante dos meses y debuté como actor: fue una experiencia hermosa, con un papel muy divertido y un elenco increíble. Luego, hice una coconducción con Julieta Puente en Fox Sports, en un programa de deporte en el que le enseñamos a la gente a entrenar desde su casa y a comer de manera saludable. Lo hice durante un año, y cuando nació Ciro me enfoqué en él y en la familia.

-Porque, además, nunca dejaste la carpintería.

-Claro. Ese programa lo grabábamos todos los sábados: grabábamos todos los programas de la semana en un solo día. Y al año siguiente me convocaron otra vez, pero había que grabar todos los días. Y yo no podía dejar la carpintería, porque es mi oficio, es mi trabajo madre, mi principal ingreso y sostén económico. O sea que si vuelve a surgir alguna propuesta laboral dentro de lo artístico, tendría que ser algo que me permita hacer las dos cosas y no descuidar ninguna. Algo que se amolde a mi horario en la carpintería. Las puertas siempre están abiertas.

-Y en lo personal, además del casamiento, ¿tenés otros proyectos a futuro?

-Con Nati queremos tener otro hijo. Traer otro hijo no es sencillo, hay que criarlo, darle amor, la familia tiene que estar unida, tiene que estar acompañado. Tenemos muchas ganas de tener otro.

-Te gusta mucho ser papá.

-Sí, Ciro fue lo mejor de mi vida. Amo ser papá, me encanta la familia que formé, es algo que anhelaba toda mi vida. Estoy muy enfocado en mi familia, en mi hijo. Tengo una energía tremenda, me genera mucha felicidad, mucho amor. Cada día que pasa es una experiencia nueva con él, descubro cosas nuevas. Me siento una de las personas más afortunadas porque tengo un hijo hermosísimo. Yo digo que es un bebé arcoíris porque Nati quedó embarazada al poco tiempo que murió mi abuela, que era como mi mamá. Después de tanto sufrimiento, llegó mi hijo para aliviar un poco ese dolor, aunque sé que mi abuela está conmigo. Ser papá es lo más lindo que me pasó en mi vida. Es un amor que no puedo explicar. Amo ser papá.