Carlos de Andrés, especialista en inversión: "El oro sigue siendo un valor refugio contra la inflación"
El oro no toca techo: aún podría subir hasta un 20% pese a estar en máximos históricos

El oro vive un momento dorado. A pesar de encontrarse en máximos históricos, los analistas de WisdomTree advierten: aún podría quedarle recorrido al alza. Carlos de Andrés, portavoz de la firma, explica que el metal precioso sigue brillando gracias a un cóctel de factores que van más allá de su tradicional papel de refugio. “No solo actúa como activo defensivo; en épocas de bonanza económica también se comporta bien”, asegura.
Para entender por qué el oro sigue subiendo, desde WisdomTree utilizan un modelo multifactorial basado en cuatro variables clave: expectativas de inflación, tipos de interés a diez años, evolución del dólar y sentimiento inversor. Sorprendentemente, incluso cuando algunas de estas variables no han jugado a favor, el oro ha mantenido su fortaleza. “En los últimos meses, otros factores han cobrado más peso, como las compras de bancos centrales y las tensiones geopolíticas”, añade de Andrés.
La incertidumbre política, las políticas arancelarias y la creciente volatilidad en los mercados también están impulsando la demanda de este activo. “Cuando aumenta la incertidumbre, los inversores buscan refugios seguros y el oro sigue siendo la opción preferida”, explica el experto.
El oro aún tiene recorrido: escenarios alcistas a 4.200 dólares
Para quienes temen llegar tarde a la fiesta, De Andrés lanza un mensaje tranquilizador: “El oro está en una tendencia alcista clara y en ese contexto el movimiento natural es seguir viendo subidas”. Según las proyecciones de WisdomTree, en los próximos 12 meses el precio del oro podría alcanzar los 3.600 dólares por onza en su escenario de consenso, e incluso los 4.200 dólares en su proyección más optimista, lo que supondría un alza cercana al 20% desde los niveles actuales.
Más allá de su rol tradicional como cobertura ante la inflación y la volatilidad, el oro se consolida también como activo táctico, capaz de aportar valor tanto a corto como a largo plazo. “Su papel descorrelacionador sigue siendo clave y cuesta imaginar qué factores harían que deje de ser percibido como un activo interesante para las carteras”, subraya de Andrés.
En cuanto a las vías para invertir, el experto recomienda optar por productos como los ETC con réplica física, que ofrecen una exposición directa al precio del metal. Advierte, sin embargo, de las limitaciones de otras alternativas como los futuros, que pueden verse penalizados por costes asociados al “contango”, o las acciones de compañías mineras, que introducen riesgos adicionales derivados de la propia gestión empresarial.
La plata, la otra apuesta: podría revalorizarse hasta los 50 dólares
Aunque el oro sigue acaparando titulares, WisdomTree también pone el foco en la plata. “Es una alternativa interesante para quienes ya tienen oro en cartera y buscan diversificar dentro de los metales preciosos”, apunta de Andrés. La plata mantiene una alta correlación histórica con el oro -entre 0,80 y 0,90- y podría replicar su senda alcista en los próximos meses.
Además de su valor como metal precioso, la plata cuenta con un componente industrial que podría impulsar su demanda. “Su papel en las células fotovoltaicas y en la industria automovilística podría ser clave en los próximos trimestres”, señala. En este sentido, WisdomTree maneja un escenario de consenso de 40 dólares por onza para la plata, con un potencial alcista de hasta 50 dólares si se cumplen las previsiones más optimistas.