Una triple interrupción de la cadena informativa dejó al Cecopi sin datos sobre el 'tsunami' del Poyo
El presidente de la CHJ no informó al Cecopi ni a Pilar Bernabé de la enorme crecida y la Sala de Control omitió el correo electrónico al mando de la Emergencia

La instrucción judicial sobre qué sucedió en la gestión de la DANA va arrojando algo de luz sobre algunas de las principales incógnitas que persisten, como la tardanza en enviar el mensaje de alerta a la población y la falta de reacción ante el 'tsunami' que descendía por el barranco del Poyo. La principal respuesta a esa situación es que el Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi), donde el mando de la Emergencia debía tomar decisiones, se quedó sin datos sobre lo que sucedía en la cuenca del Poyo por una triple interrupción de la cadena informativa.
En uno de los autos de la titular del Juzgado de Instrucción 3 de Catarroja ironizaba explicando que los miembros del Cecopi, a la luz de las informaciones que se sucedían alrededor, parecían "perder la memoria" en la sala donde se reunían. La juez, Nuria Ruiz, entiende que el mensaje de alerta a la población fue "erróneo y tardío". Da por supuesto que en el Cecopi se estaba al tanto de todo lo que conocían los técnicos y los organismos estatales pero los testimonios prestados en sede judicial apuntan a que no fue así.
El primer eslabón de la cadena de comunicación que se rompió en la jornada del 29 de octubre, en lo referente al barranco del Poyo, fue el de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) que envió un correo electrónico a las 16:13 horas informando de que el caudal descendía y no volvió a informar por mensajería electrónica hasta las 18:43 horas cuando el caudal superaba los 1.600 metros cúbicos por segundo.
El correo de las 16:13 horas se envió antes de la constitución del Cecopi (con toda claridad convocado con retraso) y con esa información actuaron los técnicos de Emergencias cuando se constituyó oficialmente.
Rápidas y drásticas
No es algo raro que hubiera fluctuaciones del caudal en el barranco porque –como reconoció el pasado lunes en la comisión de investigación del Senado, Carmen González, la técnico del Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) de la CHJ que envió el correo sobre la subida en el Poyo– "las crecidas y bajadas de caudal en los barrancos de la cuenca mediterránea son rápidas y drásticas".
Ese correo que envió González, el de las 18:43 horas, llegó a la Sala de Control de Emergencias (entre otras agencias involucradas en la emergencia) pero, al parecer, ahí se quedó.
El segundo eslabón quebrado era el de la conexión de Emergencias con el Cecopi. La declaración ayer del técnico de Emergencias encargado de enviar el ES-Alert, junto con otro compañero, reveló que una de sus compañeras situadas más hacia atrás en la Sala donde trabajaba le dijo que se había recibido "una comunicación del (SAIH)" sobre el barranco del Poyo.
La cadena de mando y comunicación hubiera apuntado como lógico que el contenido de ese correo se trasladara al subdirector de Emergencias, Jorge Suárez, (el superior directo del ayer declarante ante el tribunal y miembro del Cecopi) pero no se hizo. El aviso se dio al jefe de la Unidad de Análisis, Juan Ramón Cuevas, y se anotó en el control del sistema Coordcom que coordina y registra las comunicaciones internas de Emergencias y de la Generalitat. Así se daba conocimiento "al resto de agencias", explicaba el técnico.
El silencio de Miguel Polo
Dieron por hecho, según lo expresado ante la juez que, al estar Miguel Polo en el Cecopi éste trasladaría la información al resto de integrantes. Polo, por contra, no informó (lo que resulta muy sorprendente) y los técnicos omitieron al Cecopi ese correo electrónico que en condiciones normales Jorge Suárez lo hubiera debido conocer. La enorme carga de trabajo vivida en la Sala de Control durante las horas más críticas de la DANA también jugó en contra a la hora de que el mando de la Emergencia dispusiera de los datos fundamentales.
En el informe enviado a la juez por el propio Suárez ya se apunta que no tuvieron información sobre el barranco del Poyo. La declaración de ayer lo corrobora y no es la única.
Quizás la peor de las rupturas en esa cadena de información se produjo pues en la figura del presidente de la CHJ, Miguel Polo, quien no informó en el Cecopi (del que era miembro) de la situación en el barranco del Poyo pese a que preside el organismo informante y responsable del seguimiento de los caudales. Tampoco lo hizo con su superior, la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, que es la coordinadora de los organismos estatales como la CHJ y la Aemet, además de la Guardia Civil o la Policía Nacional.
La que será candidata a la Alcaldía de Valencia declaró ante la juez que la primera vez que se enteró de la avenida de agua gigantesca fue por la alcaldesa de Paiporta a las 19:05 horas y que con anterioridad sólo habló con Polo sobre la situación en la presa de Forata y con Adif para ver la conveniencia de cortar el tráfico ferroviario durante un receso telemático del Cecopi (ya que, como Polo, no estuvo de manera presencial en La Eliana).
El correo electrónico de la discordia también obraba en poder de la Delegación del Gobierno y también de la subdelegación del Gobierno en la provincia de Valencia: nadie alertó de ello.
El mundo exterior
Los dos únicos investigados hasta la fecha, la exconsellera de Emergencias Salomé Pradas y el exdirector autonómico de Emergencias Emilio Argüeso, también incidieron en sus declaraciones ante el tribunal en que no se informó ni por escrito ni verbalmente de lo que sucedía en el barranco del Poyo, que estaba en alerta hidrológica desde las doce de la mañana, pero del que la última información que tuvieron era que su caudal descendía.
El tercer eslabón de la cadena también falló. Es el referente a lo que sucedía en el 'mundo exterior' más allá de los muros del Centro de Emergencias y las pantallas de los que estaban conectados telemáticamente al Cecopi: lo que reflejaban los medios de comunicación y la realidad que vivían los valencianos.
Las emisiones sobre lo que sucedía en el barranco del Poyo, como las de la radiotelevisión pública valenciana y otros medios de comunicación (a los que la juez ha solicitado documentación), no se veían en el Cecopi porque no tenían pantallas de televisión ni accedían a los que publicaban los medios.
La jefa de Comunicación de Emergencias, Aurora Roca, no trasladó al Cecopi estos acontecimientos reflejados en los medios de comunicación. Era la responsable de hacerlo pero según los testimonios escuchados ante la juez, no lo hizo.
La juez la ha citado a declarar como testigo, al igual que a la jefa de Servicio del 112, Inmaculada Piles, quien también acudirá a declarar en relación a qué sucedió con el informe sobre las llamadas de auxilio de miles de ciudadanos durante la tarde del 29 de octubre y si se dio traslado o no al Cecopi de esas comunicaciones.
Las defensas de los dos investigados insisten en que hubo un "apagón informativo" en el Cecopi y por lo visto hasta ahora en la instrucción esa tesis cobra relevancia a la espera del paso de los siguientes testigos.