Sorteo de habitaciones y toque de queda: la intimidad del cónclave que elegirá al nuevo papa
El 80% de los cardenales electores fue designado por Francisco, quien promovió nuevos cardenalatos en regiones remotas, por lo que muchos de ellos no se conocen personalmente

CIUDAD DEL VATICANO.- Entre licores del minibar, partidos de tenis y recreos con helado, los cardenales del mundo entero se preparan para el cónclave. A partir del 7 de mayo, se reunirán bajo los frescos de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina para elegir al nuevo líder de la Iglesia Católica, tras la muerte del papa Francisco. Antes de las votaciones, los electores se instalan en la residencia de Santa Marta, donde conviven durante algunos días y tienen la oportunidad de conocerse mejor.
El 80% de los cardenales electores fue designado por Francisco, quien promovió nuevos cardenalatos en regiones remotas, tradicionalmente marginadas por la Iglesia. Como consecuencia, muchos de ellos no se conocen personalmente. De hecho, según reveló el vocero del Vaticano, Matteo Bruni, los purpurados llevan carnés con sus nombres para poder identificarse entre sí.
“Nadie se quedará en la calle”, aseguró el vocero del Vaticano. Se habilitarán tanto la residencia de Santa Marta como el edificio contiguo, conocido como Santa Marta vieja, para alojar a los 133 participantes del cónclave.
Las habitaciones en Santa Marta son asignadas por sorteo, para que nadie proteste, según aseguró el arzobispo Ignazio Sanna. “Es como un hotel y por eso hay que tener cuidado”, indicó al diario italiano Corriere Della Sera el arzobispo emérito Anselmo Guido Pecorari. Sin querer develar la identidad del cardenal en cuestión, aseguró que: “Un cardenal extranjero que pensó que todo era gratis invitó a algunos colegas a su habitación para charlar después de la cena y rápidamente terminaron todos los licores en miniatura del minibar. Sólo entonces los encontró en su cuenta y se molestó“.
Escapadas
Los cardenales aprovechan cada momento lejos de los reflectores mediáticos para intercambiar impresiones, con mayor libertad, sobre quién consideran apto para suceder a Francisco, un papa que dejó una huella profunda con su carisma. Sin embargo, las conversaciones no se limitan a discutir candidaturas.
Con frecuencia, estos diálogos se convierten en un sutil juego de percepciones, en el que intentan conocer mejor a los posibles papables y descifrar quién estaría verdaderamente preparado para asumir el complejo desafío de guiar a la Iglesia.
Pecorari, con experiencia en varios cónclaves, relató cómo la rutina diaria convive con la solemnidad del acontecimiento. Contó que, tras las ceremonias religiosas de cada día, suelen tomarse un respiro en espacios más distendidos, como el Caffè dei Papi, un pequeño local romano que se ha vuelto un paso obligado para quienes, como él, necesitan despejarse por un momento de la intensidad del proceso.
Actualmente, es común ver a los cardenales sentados en La Rustichella, en la esquina de Via Emo, o en Marcantonio, en Borgo Pio, un restaurante muy frecuentado por el clero italiano gracias a su famosa carbonara.
Pecorari habló de las recomendaciones que les hizo a los cardenales extranjeros de los que al parecer, algunos restaurantes de la zona del Vaticano eligieron aprovecharse. “Le recomendé, sobre todo a mis amigos ingleses y americanos, que dejen la túnica roja en el colegio y se guarden el anillo cardenalicio en el bolsillo, porque de lo contrario los dueños de los restaurantes se aprovecharán de ello y les cobraran de más, sobre todo con el vino", aseguró Pecorari.
Al parecer, algo inusual ocurre cuando los cardenales cruzan ciertas puertas. No es solo que el precio del vino parezca dispararse. Hace poco, dos de ellos entraron en la tradicional heladería Latteria Giuliani en busca de un helado. El local estaba repleto y, de pronto, algunos clientes se arrodillaron para pedir una bendición. La escena fue algo incómoda: con cierta timidez, los cardenales intentaron que la gente se pusiera de pie.
La rutina durante los días previos al cónclave puede volverse monótona: los cardenales asisten dos veces al día a las Congregaciones Generales en el Aula Pablo VI, participan en las misas del novenario en San Pedro, visitan iglesias de referencia y mantienen encuentros con los fieles. Por eso, algunos optan por distenderse con hobbies como el deporte o los juegos de mesa.
Según relató el arzobispo Charles John Brown Pecorari, el cardenal español Santos Abril y Castelló suele dedicar parte de su tiempo al tenis, un deporte que lo apasiona. “Como odia perder, si el partido no va bien, le hace una seña a su asistente para que lo interrumpa diciendo que tiene una llamada urgente”, contó con humor Pecorari al Corriere della Sera.
Por su parte, el obispo brasileño Mauricio Jardim, de Mato Grosso, reveló al mismo medio que el pasatiempo favorito de su amigo Jaime Spengler, arzobispo de Porto Alegre, son las cartas.
Campaña electoral
Ahora comenzó la campaña electoral y empiezan a surgir videos de situaciones inéditas en los que se ve por ejemplo, al cardenal Luis Antonio Gokim Tagle, uno de los favoritos, cantando una canción de John Lennon.
En esta curiosa imagen se lo ve al papable entonando las estrofas de la canción Imagine, que habla del mundo sin religiones ni cultos.
Según afirma Pecorari, el cardenal Tagle se encuentra atemorizado por la circulación de videos en medio de la carrera electoral. Hace algunos días llegó a Roma un video de Tagle bailando en 2018 con la juventud.
El video en cuestión fue grabado durante una misa celebrada en Polonia en 2018. El cardenal Luis Antonio Tagle, considerado una de las figuras más progresistas dentro de la Iglesia Católica, expresó en esa ocasión: “El tono adoptado por la Iglesia hacia las personas homosexuales, los divorciados o las madres solteras ha dejado a muchos marcados y marginados socialmente”.
Agencia AFP