Segunda oportunidad para un matrimonio arruinado: le perdonan 437.848 euros euros tras avalar a su hijo "de buena fe"
El juzgado mercantil número 1 de Lérida libera a la pareja de saldar la deuda, contraída en la crisis de 2008 y que le impidió hacer frente a la hipoteca

Normalmente, son las sentencias judiciales impopulares las que acaparan la atención mediática. Sin embargo, en este caso, el Juzgado mercantil número 1 de Lérida ha tomado una llamativa decisión que presumiblemente contará con la aquiescencia de los ciudadanos. Y es que, en un auto al que ha tenido acceso 'Vozpópuli', ha perdonado una deuda de 437.848,11 euros a un matrimonio que avaló un negocio de su hijo que no llegó a buen puerto, por lo que la pareja se arruinó y no pudo hacer frente a la hipoteca de su domicilio. En concreto, al hombre se le han condonado 366.930,90 euros y a la mujer, 70.917,21. Para ello, el magistrado ha aplicado la denominada Ley de la Segunda Oportunidad, norma que, en determinadas circunstancias, permite exonerar a los deudores de un pasivo insatisfecho.
La deuda causante de la insolvencia del matrimonio se retrotrae a la crisis económica de 2008. Fue entonces cuando el negocio de su hijo, que hasta ese momento había funcionado con normalidad, hubo de cerrar poque la entidad bancaria que renovaba anualmente la póliza que estaba vinculada a la empresa decidió no renovarla —una decisión fruto del contexto de recesión que se vivía a la sazón—. Debido a ello, tanto la la madre como el padre, que trabajaba en el negocio del hijo y le había avalado, perdieron su vivienda al no poder hacer frente a la hipoteca. Para más inri, aunque el inmueble fue ejecutado, quedó un remanente impagado que los colocó en una tesitura extremadamente delicada, por lo que toda la familia se vio obligada a mudarse a Cervera.
La situación se complicó aún más tras la jubilación del matrimonio y la consiguiente reducción de sus ingresos, lo que convirtió en inasumible saldar la deuda. Así, tras "años de esfuerzo y sacrificio, llegaron a su jubilación con la angustia de no poder cubrir ni siquiera sus necesidades básicas", según ha dado cuenta la abogada que ha llevado el caso y socia fundadora de Bergadà Abogados, Marta Bergadà. La letrada ha añadido que el bufete se apercibió de que se trataba de "deudores de buena fe", como muchos de los damnificados por la crisis de 2008, con lo que aceptaron ocuparse del caso. Un episodio judicial que, según su opinión, demuestra que la "Ley de la Segunda Oportunidad funciona y ofrece una vía real para las personas que han acumulado deudas sin culpa".