De las arenas del Nilo a un laboratorio de Baltimore: haciendo una momia moderna

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May 6, 2025 - 17:39
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De las arenas del Nilo a un laboratorio de Baltimore: haciendo una momia moderna

Imagen vía Depositphotos.

Aunque solemos pensar en Egipto cuando oímos hablar de momias, lo cierto es que el primer cuerpo embalsamado intencionadamente no procede del país de las pirámides. La momia más antigua conocida hasta la fecha es la de un niño de unos 7 u 8 años, hallada en el desierto de Atacama, en Chile, perteneciente a la cultura Chinchorro y que data aproximadamente del año 5050 a.C., es decir, más de 2.000 años antes de que los egipcios comenzaran a embalsamar a sus muertos.

Si esa fue la primera conocida, la última fue la de un hombre que murió en Baltimore en 1994 de un ataque al corazón cuando tenía setenta años. El caso es el que el cuerpo de este hombre cuyo nombre nunca se hizo público fue donado al Programa Estatal de Donación de Cuerpos de Maryland. Gracias a esta donación, el egiptólogo Bob Brier y el anatomista Ronn Wade pudieron embarcarse en una empresa tan ambiciosa como inaudita: momificar un ser humano utilizando únicamente las técnicas y materiales del antiguo Egipto.

Este proyecto no fue una simple recreación para alimentar la curiosidad histórica. Brier y Wade querían comprobar, con rigor científico, si los métodos descritos en textos antiguos y observados en momias milenarias eran realmente eficaces. El cuerpo fue sometido a un meticuloso proceso que duró varios meses. Primero, se extrajo el cerebro por la nariz, tal y como hacían los embalsamadores egipcios, y luego se retiraron los órganos internos a través de una incisión en el abdomen. Después, el cadáver fue cubierto con natrón durante 35 días para deshidratarlo completamente. Una vez seco, se envolvió en tiras de lino empapadas en resinas naturales.

El resultado fue tan sorprendente como revelador: el cuerpo, rebautizado como MUMAB (acrónimo de Mummy of the University of Maryland at Baltimore), quedó perfectamente preservado, sin señales de putrefacción ni deterioro visibles, incluso décadas después del proceso. A diferencia de otras momias modernas que han sido sometidas a técnicas químicas contemporáneas, MUMAB es la única momia embalsamada con el procedimiento original egipcio y en condiciones controladas que permiten estudiarla científicamente a lo largo del tiempo.

MUMAB se encuentra actualmente en el Museo del Hombre de San Diego, donde sigue sorprendiendo a expertos y visitantes. Gracias a esta momia moderna, se han podido contrastar hipótesis sobre los métodos de momificación egipcia, la eficacia del natrón como agente deshidratante y el impacto de los distintos pasos del proceso sobre la conservación del cuerpo humano.

Esta insólita conexión entre el antiguo Egipto y la medicina moderna nos recuerda que el deseo de trascender la muerte es una constante en la historia de la humanidad. Desde el desierto de Atacama hasta un laboratorio universitario en Baltimore, la momificación ha sido una forma de rendir homenaje a los muertos, de preservar la memoria, y, en cierto modo, de desafiar el olvido. Así, la historia de las momias no es solo un viaje arqueológico, sino también una exploración profunda de nuestras propias aspiraciones: comprender la muerte, conservar la vida y perpetuar el legado de quienes fuimos. Y mientras el cuerpo de MUMAB reposa, silencioso, en su vitrina, nos recuerda que la historia sigue viva, incluso después de la muerte.

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