Conoce a Salvador, el pulpo milagroso de 9 tentáculos que desconcierta a los científicos

En las profundidades del mar ibicenco, entre cuevas rocosas y praderas de posidonia, vive Salvador, un pulpo común que se ha convertido en una celebridad del mundo científico. Pero no por su coloración ni por alguna habilidad de camuflaje digna de documental: lo que hace a Salvador especial es que tiene nueve tentáculos. Sí, nueve. […]

May 6, 2025 - 17:37
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Conoce a Salvador, el pulpo milagroso de 9 tentáculos que desconcierta a los científicos

En las profundidades del mar ibicenco, entre cuevas rocosas y praderas de posidonia, vive Salvador, un pulpo común que se ha convertido en una celebridad del mundo científico. Pero no por su coloración ni por alguna habilidad de camuflaje digna de documental: lo que hace a Salvador especial es que tiene nueve tentáculos. Sí, nueve. Lo más increíble no es solo que sobreviviera a un ataque perdiendo varias extremidades. Lo alucinante es cómo su cuerpo las regeneró… y cómo su mente aprendió a usarlas.

Pulpo Salvador, un superviviente con nueve brazos

Salvador no solo regeneró uno de sus brazos, sino que este creció bifurcado, como si se dividiera en dos ramas independientes. Y ahí viene el giro de guión: cada uno de esos nuevos tentáculos hace tareas diferentes. Uno lo usa para comer. El otro, para explorar su entorno. Este hallazgo, registrado por investigadores del Instituto de Investigaciones Marinas y del Centro Oceanográfico de Baleares del IEO-CSIC, es un hito en el estudio de cefalópodos. Es la primera vez que se documenta algo así en estado salvaje. Nada de laboratorios o pulpos en cautiverio: Salvador está ahí afuera, adaptándose, aprendiendo y sorprendiendo.

Una mente flexible en un cuerpo cambiante

Los pulpos tienen un sistema nervioso distribuido, con dos tercios de sus neuronas en los brazos, lo que les da una flexibilidad única. Salvador no solo regeneró sus extremidades, sino que reorganizó su comportamiento motor. Al principio, usaba los brazos bifurcados para tareas simples, pero con el tiempo los adaptó para acciones complejas, como cazar. Curiosamente, evita usar los brazos dañados en situaciones arriesgadas, sugiriendo una memoria del dolor o aprendizaje. Esto plantea preguntas: ¿cómo integra su cerebro estas nuevas extremidades? ¿Regenera neuronas o redistribuye las existentes?

Salvador, pulpo con 9 tentáculos

¿Qué significa esto para la ciencia?

La historia de Salvador no es solo una anécdota simpática con potencial de meme. Es una ventana abierta a entender mejor el sistema nervioso y la capacidad de adaptación de los animales. Los científicos observaron a Salvador durante cinco meses y notaron que evita usar los brazos que antes resultaron dañados para tareas peligrosas. ¿Podría ser esto una forma primitiva de memoria del dolor? ¿Aprendió Salvador a proteger lo que alguna vez perdió? Además, su capacidad para darle diferentes usos a tentáculos nuevos sugiere un nivel de plasticidad neuronal que podría inspirar avances en robótica, neurociencia y medicina regenerativa. ¿Te imaginas una prótesis que aprenda sola qué función debe cumplir? Salvador podría tener parte de la respuesta.

Salvador, pulpo con 9 tentáculos

El pulpo que desafía lo que creíamos saber

Este tipo de pulpos (Octopus vulgaris) es bastante común en el Mediterráneo, pero eso no los hace menos fascinantes. Son animales inteligentes, sensibles a su entorno, esenciales para el equilibrio ecológico, y ahora, protagonistas de uno de los casos más extraños que ha documentado la ciencia marina. Que Salvador haya desarrollado no solo un brazo regenerado, sino dos completamente funcionales y diferenciados, es una hazaña evolutiva que nos obliga a repensar los límites de la adaptación en el reino animal.

Salvador, pulpo con 9 tentáculos

La vida de Salvador en Ibiza

Salvador vive en un ecosistema rico, entre praderas de posidonia y cuevas rocosas de Ibiza. Los Octopus vulgaris son depredadores clave, comiendo crustáceos y siendo presa de peces mayores. Su presencia indica un ecosistema saludable, pero son sensibles a la contaminación. El seguimiento de Salvador, con vídeos submarinos y observaciones in situ, fue un desafío, ya que la mayoría de los estudios de pulpos se hacen en laboratorios. Este trabajo, parte del proyecto ECOSUMA, resalta la importancia de estudiar animales en su hábitat natural.

Salvador, pulpo con 9 tentáculos

Para los investigadores, el caso abre nuevas líneas de exploración: ¿cómo se reorganiza el cerebro del pulpo cuando aparecen nuevas extremidades? ¿Qué tan consciente es de su propio cuerpo? ¿Puede un animal así enseñar algo sobre el dolor, el aprendizaje y la reconstrucción? Salvador seguirá en las aguas de Ibiza, ajeno a la fama, pero dejando un legado que podría cambiar la forma en que entendemos la regeneración y el comportamiento animal.