Rompe su silencio la monja que huyó de Belorado tras el cisma: "Estaba todo preparado"
Las declaraciones se producen el día que el Arzobispo de Burgos ha declarado en el juzgado de Briviesca

El día en el que las ex monjas de Belorado han conseguido su propósito de levantar un escándalo y llevar al Arzobispo de Burgos, Mario Iceta, al juzgado de Briviesca como investigado, el también Comisario Pontificio ha puesto sobre la mesa la mejor de sus estrategias para desenmascarar a las exreligiosa que aún permanecen en el interior de su monasterio: este miércoles, se ha dado a conocer que las que mujeres que formaban parte de la Congregación de las Clarisas lo tenían "todo preparado" y que la decisión la tomó un grupo reducido de monjas, sin contar con el resto.
Las palabras son de sor Amparo, una religiosa que huyó del monasterio de Belorado nada más conocer que sus hermanas habían emprendido el camino del cisma. Cuando Laura García de Viedma supo de su oposición no dudó en expulsarla del convento por contravenir las órdenes de la superiora del centro.
"Ellas lo tenían todo planeado, pero el capítulo de la comunidad no tenía ni idea", ha asegurado la monja clarisa el día en el que don Mario Iceta ha sido citado para declarar ante el juez en Briviesca (Burgos). "Fue imprevisto", ha asegurado sor Amparo, que ha declarado ante los periodistas que la noticia se les dio en una reunión en la que se calificó al Arzobispo como "payaso". En la misma, la que aún era sor Isabel de la Trinidad (Laura García de Viedma), les dijo que pasaban a estar bajo la jurisdicción del falso obispo Pablo de Rojas, y de la Pía Unión Sancti Apostoli.
"Sor Isabel ya lo tenía previsto", ha indicado la monja clarisa en una rueda de prensa convocada por el Arzobispado. "Mi casa es Belorado, y son mis hermanas mayores lo que más me cuesta", ha dicho emocionada sor Amparo, al tiempo que ha insistido en que si es verdad lo que se ha dicho de que el cisma se llevaba preparando cuatro años, ella no sabía nada, y ni hubo reunión ni se acordó en comunidad.
¿Por qué ha acudido el Arzobispo de Burgos a declarar al juzgado?
El Arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ahora también Comisario Pontificio, ha comparecido ante el juez del Juzgado de Briviesca tras haber sido denunciado por las exmonjas por "coacciones, administración desleal y revelación de secretos". El clérigo ha insistido en que están dispuestos a llegar hasta el final en la demanda de desahucio, cuya vista oral está prevista para el 13 de mayo, un año después del cisma, para que "sor Amparo pueda volver a su casa, porque la echaron".
El proceso se va a alargar en el tiempo "lo que ellas quieran" ya que la Iglesia tiene "paciencia infinita", y van a mantener sus acciones "hasta que se restablezca la verdad y la justicia". Ha indicado que, con el restaurante de Arriondas (Asturias), y el criadero de perros que han montado allí, demuestran que "tienen cómo ganarse la vida"; y aunque "el tema de los inmuebles es algo secundario", defiende a sor Amparo y a las monjas mayores, que llevan 80 años en Belorado, para que "mueran católicas".
Las monjas piden cambio de juez
La juez que debe decidir sobre el deshucio de las que en su día fuesen monjas de Beloado es posible que cambie tras solicitud que recusación que han realizado las exreligiosas. Así lo ha comunicado su abogado, Florentino Aláez, que asegura "que tiene un prejuicio que la inhabilita para tener suficiente imparcialidad". Su afirmación se sustenta en que dispone de un conocimiento extraprocesal de la situación en la que se encuentran las exmonjas, derivado de los procesos penales que instruye.
El abogado del Arzobispado, Enrique Molina, ha indicado que el motivo esgrimido por las exmonjas para la recusación no se contempla en la Ley Orgánica del Poder Judicial, y lo ve como una "patada hacia adelante" para intentar ganar un mes más al procedimiento. Asimismo, ha insistido en que la Iglesia se ha hecho cargo del sostenimiento de los monasterios con una partida de 360.000 euros para pagar facturas, deudas, préstamos y las obligaciones laborales de los 11 trabajadores que había en Belorado.