Reservas "en pausa": sin sumar dólares, advierten efectos adversos en el arranque de la Fase 3
El Gobierno privilegia la desinflación y la estabilidad cambiaria antes que la compra de dólares para las reservas. Los talones de Aquiles del programa monetario y cambiario.

La acumulación de reservas no es prioritaria en la Fase 3 del programa económico.
Tras el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que incluyó el desembolso de u$s 12.000 millones, y la cancelación de las Letras Intransferibles, la compra de dólares para engrosar las tenencias del Banco Central fue condicionada a que el tipo de cambio oficial caiga al piso de la banda, es decir a $ 1000 o incluso menos.
Si eso no sucede, no habrá compra de dólares ni por parte del BCRA ni tampoco del Tesoro.
Esa decisión revela que el Gobierno privilegia la desinflación y la estabilidad cambiaria antes que la acumulación de reservas. Pero, como todo antibiótico que busca solucionar un desorden macroeconómico puntual, también tiene efectos "adversos": complica la baja del riesgo país y, por lo tanto, la posibilidad de volver a los mercados internacionales.
Sin salida... al mercado
Sin ir más lejos, ayer el riesgo país operó debajo de los 700 puntos básicos, por encima del mínimo de 560 unidades registrado en la era Milei.
En tanto, las reservas brutas del BCRA cayeron u$s 248 millones y cerraron en u$s 38.304 millones. Su hoja de balance mejoró luego que el Tesoro decidiera el martes cancelar Letras Intransferibles por u$s 12.000 millones.
Pero el dato que los economistas subrayan es el motivo por el que subieron: por nueva deuda y no por compra de dólares en el Mercado Libre de Cambios (MLC). De hecho, las tenencias cayeron en lo que va de mayo u$s 624 millones.
Poder de fuego
El poder de fuego que recibió el BCRA tras el acuerdo con el FMI le dio margen de maniobra al Gobierno para optar por prioridades: entre la desinflación y la consolidación de las reservas, optaron por la primera.
Lorenzo Sigaut Gravina, economista de Equilibra, destaca cuál es el impacto negativo de la decisión del Tesoro y del BCRA: "No comprar divisas complica la meta de acumulación de Reservas Internacionales Netas y también la baja del riesgo país".
El analista describe que desde la asunción de Javier Milei hubo una correlación entre la compra de divisas del Central y la caída del dato que informa el JP Morgan, mientras que cuando empezó a perder reservas éste rebotó.
"Sin acceso al financiamiento externo y con mínimas reservas, el repago de la deuda soberana en moneda dura depende de la capacidad de compra de divisas del BCRA (más allá de q se traduzca en acumulación de Reservas netas tras pagos de deuda en dólares)", escribió en su cuenta de la red social X.
Objetivos en la mira
El nuevo esquema cambiario también generó otras críticas de economistas. "Dejar que el peso se aprecie, para recién comprar en el piso de la banda, puede significar que se desconoce cómo funcionan este tipo de bandas o que directamente no hay un objetivo de acumulación de reservas", aseguró a El Cronista Javier Okseniuk, director ejecutivo de LCG.
Según su mirada, cuando el dólar se acerque a $ 1000 aumentarán las expectativas de depreciación del peso: "Las bandas tienden a mostrar una dinámica autorreguladora. Si se llegara al piso de la banda, ocurrirían dos cosas: i) desaparecen los vendedores especulativos y aparecen los compradores especulativos, y ii) los saldos comerciales externos están en un mínimo posible. Entonces, en el momento que se tira la red para pescar, los peces ya se fueron".
Max Capital también destacó que la presión bajista del tipo de cambio es estacional: "El Gobierno confía en que se alcanzará el piso de la banda cambiaria, aunque en nuestra visión la presión bajista responde a exportaciones estacionalmente altas con menores retenciones, en un contexto donde las empresas aún enfrentan regulaciones y restricciones cambiarias. Esta presión a la baja se revertiría en el tercer trimestre, cuando el tipo de cambio debería comenzar a subir gradualmente hacia el techo de la banda".