¿Quién podría pensar que esa sería su última foto?
Como sucedía cada año, en el colegio de Ema se iban a tomar las fotografías a los alumnos. Ese viernes, ella se preparó a conciencia: se arregló el cabello, estrenó una camisa y feliz se fue al colegio. Su belleza fresca de 15 años quedó registrada en esa foto escolar que nadie imaginaba que sería la última.Porque Ema se suicidó al día siguiente, luego de que un compañero viralizara un video donde se los veía teniendo relaciones sexuales.Cuando las autoridades de la institución se enteraron de la difusión de este video, minimizaron lo ocurrido. Apenas un “reto” a los responsables. Pero no se brindó ningún tipo de contención para la víctima, tan solo un llamado a su mamá para contarle lo que había pasado. Nada más.Así como Ema, cada 20 horas una niña, niño o adolescente de entre 10 y 19 años se suicida en la Argentina. Si bien los suicidios se explican por múltiples causas, en muchos casos, las violencias que sufren niños y adolescentes (como el bullying o el ciberacoso) son el detonante.Hoy, Laura, la mamá de Ema, trabaja junto a un grupo de legisladoras y organizaciones sociales en la Guía Ema, que busca darles herramientas a las escuelas para que sepan cómo actuar ante un caso de violencia digital. Porque, como ella nos explica: “hay que concientizar y educar pensando que esto le puede pasar a cualquiera. Concientizar a nuestros adolescentes para que puedan poner la mirada en el otro también”.Conocé la historia completa haciendo click aquíSi querés saber más sobre los signos de alerta y cómo actuar cuando un adolescente tiene ideas de muerte o pensamientos suicidas, podés entrar a esta guía para padres y escuelas que LA NACION armó con un equipo de especialistas.

Como sucedía cada año, en el colegio de Ema se iban a tomar las fotografías a los alumnos. Ese viernes, ella se preparó a conciencia: se arregló el cabello, estrenó una camisa y feliz se fue al colegio. Su belleza fresca de 15 años quedó registrada en esa foto escolar que nadie imaginaba que sería la última.
Porque Ema se suicidó al día siguiente, luego de que un compañero viralizara un video donde se los veía teniendo relaciones sexuales.
Cuando las autoridades de la institución se enteraron de la difusión de este video, minimizaron lo ocurrido. Apenas un “reto” a los responsables. Pero no se brindó ningún tipo de contención para la víctima, tan solo un llamado a su mamá para contarle lo que había pasado. Nada más.
Así como Ema, cada 20 horas una niña, niño o adolescente de entre 10 y 19 años se suicida en la Argentina. Si bien los suicidios se explican por múltiples causas, en muchos casos, las violencias que sufren niños y adolescentes (como el bullying o el ciberacoso) son el detonante.
Hoy, Laura, la mamá de Ema, trabaja junto a un grupo de legisladoras y organizaciones sociales en la Guía Ema, que busca darles herramientas a las escuelas para que sepan cómo actuar ante un caso de violencia digital. Porque, como ella nos explica: “hay que concientizar y educar pensando que esto le puede pasar a cualquiera. Concientizar a nuestros adolescentes para que puedan poner la mirada en el otro también”.
Conocé la historia completa haciendo click aquí
Si querés saber más sobre los signos de alerta y cómo actuar cuando un adolescente tiene ideas de muerte o pensamientos suicidas, podés entrar a esta guía para padres y escuelas que LA NACION armó con un equipo de especialistas.